Nueva York recibe dos autobuses con inmigrantes, en su mayoría venezolanos
Texas envió a Nueva York dos nuevos autobuses de inmigrantes, los cuales se suman a las otras tres unidades que llegaron al estado el pasado 10 de agosto. La medida responde a una nueva política del gobernador de Texas, Greg Abbot, de repartir la carga que supone la inmigración.
Los autobuses llegaron a la Terminal central, conocida como Port Authority, con 89 inmigrantes a bordo, que montaron un dispositivo de acogida de emergencia con varias organizaciones benéficas para dirigir a los recién llegados a los albergues públicos.
La mayoría de los inmigrantes son de nacionalidad venezolana; sin embargo, también hay personas provenientes de Perú, México y de la República Democrática del Congo. En la unidad viajaban familias con menores de edad, aunque en su mayoría eran hombres solteros que habían hecho un viaje de dos días de duración desde que salieron de un refugio en la frontera misma entre Texas y México.
Pese a que organizaciones caritativas les proveyeron de comida y bebida durante el viaje, la mayoría «vienen con hambre y sed», incluso con enfermedades, y uno de ellos tuvo que ser trasladado de inmediato a un hospital, dijeron fuentes a la agencia de noticias Efe.
Los inmigrantes consultados alegaron tener familiares o amigos dentro de Estados Unidos, pero aseguraron que primero intentarían probar fortuna buscando algún trabajo en Nueva York.
Antes de subir a bordo de los autobuses, los inmigrantes reciben una carta de consentimiento en Texas en la que dice que tanto Nueva York como Washington «han sido nombradas ciudades santuario por sus Alcaldías y están proveyendo refugio y comida a todos los que llegan al país«.
El proceso
Eric Adams, alcalde de Nueva York, dijo que el estado ha dado albergue, desde mayo, a 5.000 solicitantes de asilo y migrantes, «y vamos a seguir haciéndolo», pero añadió que han «hablado con la Casa Blanca para discutir el tema y dejar claro que necesitamos ayuda para superar este momento».
Adams también ha denunciado la metodología de Texas para enviar a los migrantes, y aseguró que «poner a alguien en un autobús durante 45 horas sin asistencia médica, sin comida ni agua ni condiciones higiénicas apropiadas, y mandarlos a una ciudad de la que nada conocen, es traumático para cualquiera».
«La forma en que (Abbot) se comporta, sin coordinar el transporte y mandando gente aquí con falsas promesas, es simplemente antiamericana«, dijo Adams en una declaración ante los medios.
Horas antes, Abbot había escrito un artículo para la cadena Fox en el que decía: «Si los alcaldes de la ciudad más poblada de Estados Unidos y la capital de la nación se están quejando por unos pocos miles de emigrantes, imaginen lo que sufren esas pequeñas poblaciones de la frontera con recursos limitados«.
Escribió además en su cuenta de Twitter: «Texas está tomando una acción sin precedentes para detener el flujo de emigrantes ilegales que crucen la frontera y dañen la forma de vida de nuestros granjeros que trabajan duro».
Según escribió Abbot en Fox, la Policía estatal de fronteras ha detenido hasta fines de julio a 290.000 personas, que vinculan con el tráfico de drogas y concretamente con el decomiso de 326 millones de dosis de fentanilo también en la frontera, una cantidad de droga «suficiente para matar a casi todos los estadounidenses».