Nueva caravana de 3.000 migrantes centroamericanos ingresa en sur de México
Una nueva caravana de unos 3.000 inmigrantes centroamericanos y cubanos ingresó la madrugada del viernes en el sur de México a través de un puente sobre el río Suchiate, en la frontera con Guatemala, dijo el sacerdote Alejandro Solalinde, defensor de los derechos de los migrantes.
«Cerca de 3.000 migrantes centroamericanos ingresaron desde la madrugada de este viernes y comenzaron un trayecto, desde el río Suchiate (límite natural de México y Guatemala) hacia Tapachula», unos 40 kilómetros de la frontera, dijo el fundador del refugio Hermanos en el Camino, en Oaxaca (sur).
Solalinde, asesor del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en materia migratoria, se quejó en los últimos días que las autoridades han endurecido los controles e incluso han deportado cientos de migrantes.
En la carretera Panamericana que corre paralela a las costas de Chiapas sobre el Pacífico, «hay miles de centroamericanos, hay hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, y cubanos, algunos de ellos vienen con polleros (traficantes de migrantes)», dijo a la agencia de noticias rusa Sputnik el religioso que colabora con la subsecretaría de Derechos Humanos de la cartera de Gobernación, encargada de la política federal interior.
«Me llamaron varios migrantes y organizaciones esta mañana, les dije que no hay que confundir a los ‘polleros’ con la gente que viene a México y sale para salvar su vida por la violencia, por eso no los deben deportar», dijo el activista, que ganó el Premio Nacional de Derechos Humanos en 2012 por su trabajo en su refugio para centroamericanos.
«Algunas autoridades están actuando como en los viejos tiempos, ante el reto del tráfico de personas, están entre dos aguas, por un lado las presiones de Donald Trump (presidente de EEUU), y por otro los grupos como Pueblos Sin Frontera que están trayendo a la gente a como sea», expresó Solalinde.
Según el experto, que trabaja con un equipo de colaboradores en un albergue católico localizado en Ixtepec, estado de Oaxaca, a unos 400 kilómetros de la frontera con Guatemala, en el sureste del país «hay tráfico de personas, comercio humano, y drogas, las autoridades capturan bastantes cargamentos de droga que entra al país con complicidad de la policía federal».
Las autoridades enfrentan ese flujo que «a veces ingresa con la máscara y apariencia de crisis humanitaria que les da cobertura», sostuvo.
Desde octubre, miles de personas han partido en caravanas desde Centroamérica en busca de asilo en EEUU.
México en la encrucijada
El Gobierno de México está en «una encrucijada», explica el religioso: por un lado las presiones de EEUU para que controle las oleadas de migrantes, y por otro el compromiso de respetar los derechos humanos.
«Es posible que los migrantes que comenzaron a llegar tengan que esperar un mes o hasta tres meses, hasta que se abran de nuevo esa estación migratoria», advirtió el sacerdote.
Las autoridades mexicanas están actuando sin el apoyo de la sociedad civil, lamentó, y agregó que el propio Instituto Nacional de Migración, «está infiltrado por el crimen organizado y por las acciones de corrupción de sus propios agentes de migración».
La nueva caravana marcha custodiada por agentes de protección civil, policías municipales, de Chiapas y federales.