Más de un mes después, otro incendio despertó a Beirut
Según las autoridades libanesas, el incendio ya está "controlado"
Un gran incendio en el puerto de Beirut, capital del Líbano, ha despertó este 10 de septiembre los temores a una nueva tragedia, como la ocurrida hace poco más de un mes, y ha oscurecido el cielo de la capital libanesa por la humareda negra que se elevó del almacén de aceite y neumáticos donde se inició el fuego por motivos aún desconocidos.
Siete horas después de que estallara, el incendio ya está «controlado», informó a Efe el jefe de Información de la brigada de bomberos de Beirut, Ali Najm, detallando que falta por apagar un foco en uno de los almacenes.
Najm afirmó que no hay pérdidas humanas, aunque al menos dos de sus hombres se desmayaron por el humo inhalado y otro cayó de espaldas, y los tres fueron tratados en el lugar.
Por su parte, el portavoz de la Cruz Roja libanesa, Rodney Eid, dijo a Efe que ninguna persona ha tenido que ser trasladada al hospital y sólo un civil resultó herido y fue atendido en el lugar.
Ayuda humanitaria
Este mediodía, dos fuegos se originaron en dos almacenes en el mercado libre de impuestos del puerto de Beirut, según informó el Ejército libanés en su cuenta de Twitter, sin ofrecer más detalles.
Sin embargo, el director regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Fabrizio Carboni, afirmó a través de su cuenta de Twitter que «en el almacén en llamas el CICR en el Líbano almacena miles de porciones de comida y 0,5 millones de litros de aceite».
Carboni alertó que tras el incendio de hoy podría verse «seriamente afectada» la operación humanitaria lanzada por el CICR tras la gigantesca explosión del 4 de agosto en el puerto, que dejó 191 víctimas, más de 6.500 heridos y 300.000 personas sin hogar.
El director general de la Defensa Civil libanesa, Raymond Khattar, señaló a Efe que el fuego «se originó en hangares que ya estaban afectados por la explosión» del 4 de agosto, donde había neumáticos y aceite, y lejos del lugar de la explosión.
Posible sabotaje
El Ministerio de Justicia libanés ha ordenado una investigación «inmediata» para esclarecer las causas de este incendio y ha ordenado al fiscal general, Ghassan Oueidat, que se encargue del caso.
El presidente del Líbano, Michel Aoun, aseguró al inicio de una reunión con el Consejo Supremo de Defensa que «el incendio de hoy puede ser un acto de sabotaje deliberado o resultado de un fallo técnico, o por ignorancia o por negligencia».
«En todo caso, hay que conocer el motivo lo más rápido posible y que los responsables rindan cuentas», afirmó.
«Ya no es aceptable que ocurran errores, sean cuales sean, que lleven a incendios de este tipo, sobre todo después de la catástrofe que provocó el primer incendio», dijo Aoun en referencia a la explosión del 4 de agosto, causada por un fuego en el puerto.
Previamente, el ministro interino de Obras Públicas, Michel Najjar, señaló que las primeras informaciones apuntan a que un trabajador que estaba realizando reparaciones con una herramienta eléctrica «provocó una chispa que desató el fuego», según la Agencia de Noticias Libanesa (ANN).
Se trata del segundo incendio del que informa el Ejército en dos días, después de que el 8 de septiembre fuera apagado otro que se originó en un lugar del puerto donde había escombros y restos de basura, madera y neumáticos.
Malos recuerdos
La gran humareda negra que salía del puerto de Beirut ha hecho temer a los ciudadanos de la capital una nueva tragedia de la magnitud de la del mes pasado.
El joven libanés Mohamed Serhan afirmó a Efe que estaba dejando su trabajo en el centro de Beirut cuando vio «el pánico».
«Me di cuenta de la gran humareda negra encima de mí y la seguí. Estaba asustado porque mi casa quedó destrozada por la última explosión», indicó.
Kiana Saidah, otra libanesa que vivió la tragedia del 4 de agosto, indicó a Efe que tras ver el incendio estaba «esperando la nube de hongo», en referencia a la onda expansiva que se produjo por la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que llevaban seis años almacenados en el puerto de Beirut.
«Estaba convencida de que iba a llegar» también en esta ocasión, sentenció.