La izquierda francesa logró una mayoría simple en las elecciones
La ultraderecha queda relegada al tercer lugar, con un resultado de 120 a 150 escaños, siempre según los sondeos
Este domingo, el Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierda quedó en primer lugar en las elecciones legislativas francesas, con el mayor grupo parlamentario en la Asamblea Nacional, según varios institutos de sondeos.
Según una nota de EFE, el NFP obtiene entre 160 y 215 diputados, mientras que el bloque macronista logra de 150 a 180 y la ultraderecha de Marine Le Pen queda relegada a la tercera posición, con 115-152 escaños, de acuerdo a los cuatro principales institutos demoscópicos.
Esas cifras suponen una sorpresa después de que la ultraderecha ganó de forma holgada la primera vuelta, con el 33,15 % de los votos, y seguía en cabeza en los sondeos y en las últimas proyecciones de escaños que se divulgaron hasta el viernes, último día de la campaña.
Pero al cierre de los centros de voto, el NFP aparece como el ganador, según la proyección de Ifop para los canales TF1 y LCI, con 180-215 diputados, además de otros 10 escaños para independientes de izquierda, netamente por delante del bloque macronista (150-180).
La ultraderecha queda relegada al tercer lugar, con un resultado de 120 a 150 escaños, siempre según los sondeos.
Las proyecciones de Ipsos para la radiotelevisión pública son similares, con 172-192 diputados para el NFP, frente a 150-170 para los macronistas y 132-152 para la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.
Las de Elabe para BFMTV dan a la izquierda 175-205 diputados, por 150-170 para el bloque macronista y 115-150 para el RN.
Finalmente, el sondeo de Opinionway da al NFP de 160 a 210 escaños, con los macronistas también en segundo lugar (160-180), y la ultraderecha en tercera con 130-160.
Esos franceses no saben en qué palo ahorcarse. Hasta ayer los favoritos eran los neofascistas de la extrema derecha los más votados y unas semanas después votan por la alianza de izquierda. Así son los franceses de incoherentes y cambiantes, de tornadizos e inconsecuentes, como lo probaron en la Revolución Francesa cuando imitando a los Estados Unidos derrocaron al Rey y lo guillotinaron para a los pocos años votar para que el General golpista Napoleón Bonao fuera ratificado como «Emperador de los Franceses» restableciendo la monarquía para después otra vez establecer la República y después otras vez la monarquía hasta que se decidieron por la República. Y en la Segunda Guerra Mundial se rindieron mansitos a los primeros tiros de los alemanes y basta colaboraron con los nazis persiguiendo judíos y republicanos españoles para entregarselos amarrados a Hitler para que los mataran en los campos de exterminio y después que los gringos y los británicos los liberaron de los alemanes inventaron que casi toda Francia estaba metida en la Resistencia luchando contra los ocupantes alemanes cuando fue al revés: Casi toda Francia colaboró con Hitler y los nazis. La Citroën, la Renault y todas las fábricas francesas de automóviles y aviones se dedicaron a construir camiones, tanques y aviones de guerra para la Alemania Nazi. Hasta Sartre se dedicó a publicar sus libros y estrenar sus obras de teatro en París, y cuidó mucho de no meterse con Hitler y sus Nazis por miedo a la retaliación cuidando su pellejito, porque la Resistencia «Francesa» en verdad estaba en los hombros de los españoles antifranquistas, que derrotados por Franco en España continuaron peleando como valientes contra los fascistas en suelo francés, porque los españoles, hombres y mujeres, eran gente con guáramo, con tabaco en ls vejiga y no les tembló el pulso para enfrentarse a los nazis mientras los cobardes «Generales» franceses lloraban como «Magdalenas» en vez de echarle plomo a los alemanes. Allí están todos los documentos de la época que exponen la mediocridad, la pusilanimidad y la cobardía de los franceses ante la ocupación alemana y después los franceses se empeñaron en mantener su imperio colonial y cometieron graves crímenes contra los pueblos de Argelia y de la Indochina, y las Guerras de Argelia y de Vietnam son vergonzosas pruebas de la hipocresía de los gobernantes de Francia, que pontificaban sobre la libertad y democracia mientras no renunciaban a ejercer el yugo colonial. En ésta hipocresía francesa sempre ha estado latente sus simpatías por los nazis y demás fascistas, por eso la ultraderecha nunca ha sido borrada en Francia y siempre acecha amenazando a la democracia, a la libertad, a la civilización. Nada puede esperarse de gente sin brújula moral y de mentalidad fascista. Lo mismo puede decirse de los ultra derechistas, fascistas y filo-nazis de Alemania, Austria y del resto de Europa. Y en Estados Unidos mucha de ésta gente tiene simpatías por el demagogo Trump, que amenaza con repetir en la Presidencia para destruir la democracia en la Primera Potencia Mundial y antes Vanguardia de Occidente.