La falta de novedades llena de incertidumbre la intensa búsqueda de submarino
La búsqueda en el Atlántico Sur del submarino argentino ARA San Juan, cuyo rastro se perdió hace seis días con 44 tripulantes a bordo, incrementó la incertidumbre entre los familiares después de que se descartara que la luz de unas bengalas y una balsa vacía en medio del mar pertenezcan a la nave.
Tras varias jornadas de mala meteorología, las mejoras que se prevén en la zona de búsqueda suponen un halo de luz en un caso que mantiene en vilo a todo el país, en especial a los más allegados a la tripulación, que aguardan noticias en la localidad costera de Mar del Plata, a la que, si todo hubiera ido bien, debería haber llegado ya el submarino tras completar su travesía.
«En estas horas difíciles, enviar nuevamente todo mi apoyo y afecto a los familiares de la tripulación del submarino ARA San Juan. Creo que hasta los extranjeros saben a esta altura lo que estamos viviendo«, señaló el presidente de Argentina, Mauricio Macri.
En la noche del pasado jueves, la Armada resolvió activar el protocolo de búsqueda del sumergible después de haber perdido la comunicación con él alrededor de 48 horas antes.
Desde entonces, la sucesión de noticias, en un principio esperanzadoras pero finalmente frustrantes, se han ido desencadenando casi con la misma rapidez que ha ido creciendo la colaboración internacional para hallar el submarino.
La preocupación trasciende fronteras
España, Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Colombia, Uruguay y Perú enviaron dotaciones para unirse al operativo de aviones y barcos argentinos que bregan por localizar la nave, de origen alemán, que había partido el 13 de noviembre del sureño puerto de Ushuaia y que al desaparecer su rastro se dirigía de regreso a su base, en Mar del Plata.
Por esta razón, es ahí donde vive la mayoría de sus tripulantes, y donde actualmente están sus familiares, atendidos por casi una decena de especialistas en psicología y psiquiatría.
«Lo único que los compensa es decir, ‘bueno, mi hijo está haciendo lo que realmente le gusta’ y eso es importante porque genera un sentimiento de pertenencia», relató el psicólogo de la Armada Víctor Hugo Dugar.
Según añadió, «la gran preocupación» para ellos en este momento es si todavía la tripulación tiene oxígeno.
El ingeniero naval Martín Delia dijo a EFE que la mejor condición climática puede generar una «mejor inmersión» y «una renovación del oxígeno» y evitaría que el submarino, esté donde esté, se transforme en un frigorífico por el frío del agua.
El oxígeno disponible es clave ya que comenzará a escasear en la medida en que pasen los días de búsqueda sin resultados positivos.
«Si el submarino no pudo emerger, tiene siete u ocho días de oxígeno (almacenado)», señaló Delia.
Todos los tripulantes son profesionales de la Armada con gran experiencia, como la teniente Eliana Krawczyk, de 35 años y única mujer, así como la primera submarinista en obtener el cargo de oficial de la historia del país.
«Una excelente amiga, una excelente persona, una persona muy segura de su trabajo con una capacidad formidable», explicó en Mar del Plata una de sus amigas junto a una pancarta en la que, entre corazones, le desea «fuerza» a Krawczyk.
Incertidumbre marcada por tres momentos clave
Tres momentos clave han subido y bajado el ánimo de los familiares en los últimos días.
El primero fue cuando se desmintió que una serie de llamadas satelitales registradas el pasado sábado, que en un principio se pensó podrían haber salido del submarino, pudieran haber salido de la nave.
También el hecho de que, a pesar de que entre el domingo y lunes estuviera programada la llegada del submarino a la Base Naval de Mar del Plata, tras volver de su viaje a Ushuaia para participar en unas maniobras, esto finalmente no ocurriera.
Por último, la Armada confirmó ayer que un «ruido» detectado en la zona del Atlántico Sur donde se busca el submarino, que había despertado las esperanzas, era «biológico» y no corresponde al sumergible.
«Se nos produjo una descompensación masiva de gente», indicó el psicólogo, que reconoció que «ser submarinista es una profesión muy riesgosa y los submarinistas lo saben, y por ende las familias también».
A esto hay que sumar que esta madrugada se divisaron una balsa vacía y unas luces de bengalas blancas que también se determinó nada tienen que ver con la nave.
Sin embargo, a pesar de todo, lo que hasta ahora en general no han perdido los seres queridos de los tripulantes es la fe y la esperanza.
«Estoy angustiada esperando noticias buenas, si Dios quiere y la virgen», cuenta una familiar.
Otro allegado desvela la «incertidumbre» por no tener novedades, aunque «con toda la esperanza y la fe» de que los 44 llegarán «a buen puerto».
En medio de la intensa búsqueda, desde la sureña ciudad de Comodoro Rivadavia zarparon hoy dos buques de Estados Unidos con material de alta tecnología para buscar en el fondo del mar, y se prevé que en un día y medio lleguen al área de operaciones.
La última posición conocida del sumergible fue en el área de operaciones a través del Golfo San Jorge, en la Patagonia Argentina, a 240 millas náuticas, el equivalente a 432 kilómetros.