Japón detiene a tres personas involucradas en una red de corrupción vinculadas a las Olimpiadas
Autoridades japonesas arrestaron a tres personas relacionadas a una red de corrupción vinculada al desarrollo de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Haruyuki Takahashi, miembro de la junta directiva del comité organizador de los Juegos Olímpicos, fue detenido el pasado 17 de agosto por aceptar dinero de la de la marca de trajes Aoki con el objetivo de hacerlo patrocinante de la competición.
Recientemente, el martes 6 de septiembre, la fiscalía agregó un nuevo cargo a su expediente. Se le acusa de haber recibido de 600.000 dólares en sobornos de la empresa Kadokawa. Toshiyuki Yoshihara y a Kyoji Maniwa, miembros de dicha compañía, también fueron detenidos.
Se presume que, entre octubre de 2017 y marzo de 2022, Takahashi recibió más de 50 transacciones por medio de una cuenta bancaria de una empresa que dirige.
Takahashi es un empresario japonés y una personalidad conocida en el mundo del deporte. Dirigió Dentsu Inc, una importante agencia de publicidad de Japón.
Otros sospechosos
Medios locales informaron que las autoridades creen que en la red también están involucrados el expresidente del comité organizador y el ex primer ministro de Japón Yoshihiro Mori.
El escándalo se suma a una lista de sucesos que se desarrollaron durante la organización de los Juegos Olímpicos, como la renuncia de Mori como presidente ejecutivo del comité organizador de los Juegos Olímpicos, luego de hacer unas declaraciones sexistas cinco meses antes de que iniciaran las Olimpiadas.
“Los consejos de administración con muchas mujeres llevan demasiado tiempo. Si aumentas el número de miembros ejecutivos femeninos, y que su tiempo de palabra no está limitado en cierta medida, tienen dificultades para terminar, lo que es molesto”, dijo entonces el político nipón.
Encuestas revelan que 32,5% de los ciudadanos japoneses no estaban de acuerdo con que el país llevara a cabo los Juegos Olímpicos de Tokio. A su juicio, la competición debió ser cancelada por la pandemia del Covid-19 y por el costo que implicaba realizarla un año después.
Japón gastó 12.592 millones de dólares en la villa olímpica y posponer la competencia por un año tuvo un costo de 2.100 millones de dólares más.