ISIS y grupo talibán paquistaní reclaman autoría ataque en Pakistán
La principal formación insurgente de Pakistán, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), reclamó la autoría del ataque a un centro policial en Quetta, que causó 62 muertos, después de que también lo haya reivindicado el grupo terrorista Estado Islámico.
«El ataque fue en respuesta a los asesinatos de nuestros luchadores en custodia policial. Continuaremos con estos asaltos hasta que la ley islámica sea impuesta en el país», indicó el grupo terrorista TTP en un comunicado enviado a periodistas.
Según la nota, firmada por la división del TTP en la ciudad meridional paquistaní de Karachi, cuatro hombres participaron en el asalto y mataron a 65 policías.
Sin embargo, el mayor general del cuerpo de la guardia fronteriza Sher Afgan responsabilizó del ataque al grupo insurgente suní de vocación sectaria Lashkar-e-Jhangvi, una organización diferente al TTP, y añadió además en declaraciones a medios locales que el ataque se controló desde el vecino Afganistán.
Además, el ISIS reivindicó la autoría del ataque, indicó la agencia Amaq, vinculada a los yihadistas, según la cual tres de sus combatientes»se enfrentaron a miembros de la Policía durante cerca de cuatro horas y usaron fusiles automáticos y bombas caseras».
El asalto comenzó poco antes de la medianoche, cuando tres terroristas entraron en las instalaciones policiales y empezó una batalla contra las fuerzas de seguridad que se alargó durante varias horas.
Los tres asaltantes llevaban chalecos bomba y dos de ellos activaron los explosivos que portaban.
El TTP está compuesto por diferentes grupos islamistas y desde la operación militar que comenzó en junio de 2014 en las zonas tribales paquistaníes sus actividades han disminuido significativamente.
La provincia de Baluchistán, de la que Quetta es su capital, es escenario habitual de ataques de grupos secesionistas, milicias islamistas y redes mafiosas que operan en todo el país.
El pasado mes de agosto un suicida acabó con la vida de 72 abogados en un hospital de Quetta, a donde habían acudido por el asesinato una hora antes de otro letrado.
