HRW denuncia tres ataques químicos de ISIS al sur de Mosul
Los combatientes del grupo yihadista Estado Islámico lanzaron al menos tres ataques químicos los pasados meses de septiembre y octubre al sur de la ciudad de Mosul, denunció Human Rights Watch (HRW).
Los ataques tuvieron como blanco la ciudad de Al Qayara, situada a unos 50 kilómetros al sur de Mosul y cuyo control fue arrebatado al ISIS por el ejército a fines de agosto.
Tras ser expulsados de la urbe, los yihadistas dispararon proyectiles con agentes químicos desde las afueras y contra posiciones militares en Al Qayara.
No obstante, hubo cohetes que impactaron en casas de civiles y cerca de una cafetería, causando quemaduras graves y otros síntomas a al menos siete personas.
HRW insistió en su comunicado en que el uso de agentes químicos tóxicos como medio de guerra es «una seria amenaza para los civiles y los combatientes y es un crimen de guerra».
«Los ataques del Estado Islámico con agentes químicos muestran un desprecio brutal por la vida humana y las leyes de la guerra», dijo Lama Fakih, directora adjunta de HRW para Oriente Medio, quien agregó que estas agresiones ya se han dado antes coincidiendo con la huida de los yihadistas de zonas recuperadas por las autoridades.
Un experto independiente en la detección de agentes químicos, Keith B. Ward, concluyó que los extremistas emplearon el llamado «vesicante», que provoca ampollas en la piel, según la nota de HRW.
Otros síntomas propios de este agente, además de la aparición de ampollas, son el quemazón en los ojos -que un hombre describió justo después del ataque en su jardín-, y el enrojecimiento posterior de la piel.
Las víctimas pudieron estar expuestas a este agente directamente en el momento del ataque o por contacto posterior con objetos cercanos contaminados, agregó Ward.
Además de los efectos inmediatos, la exposición a estos agentes químicos puede tener consecuencias a largo plazo, entre ellas cánceres del sistema respiratorio, conjuntivitis crónica, y enfermedades cutáneas.
El uso de estos agentes está prohibido por la Convención de 1993 sobre Armas Químicas, a la que se sumó Irak en 2009, y es calificado de crimen de guerra bajo el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.