Hamás acepta en principio un Estado palestino en las fronteras de 1967
El movimiento islamista palestino Hamás acepta en principio la creación de un Estado palestino en las fronteras anteriores a la Guerra de los Seis Días de 1967 sin que ello suponga el reconocimiento del Estado de Israel, según un documento publicado este lunes en su página en internet.
El denominado Documento Político de Renovación incluye una cláusula según la cual a partir de ahora, y en concordancia con otras facciones palestinas, Hamás estaría dispuesto a la creación de un estado en el territorio reconocido a los palestinos por la comunidad internacional.
Según la fuente, este hecho no significa tampoco la renuncia a la Palestina histórica.
«Hamás cree que ninguna parte de la tierra de Palestina será comprometida o concedida, independientemente de las causas, las circunstancias y las presiones y no importa cuánto tiempo dure la ocupación», en alusión a la presencia de Israel en la zona, dice la cláusula 20 del documento difundido.
También «rechaza cualquier alternativa a la completa liberación de Palestina, desde el río (Jordán) hasta el mar» (Mediterráneo), lo que en principio significa la aspiración a toda la Palestina histórica, incluido el territorio, reconocido por la comunidad internacional, donde hoy se asienta Israel.
«Sin embargo, sin comprometer su rechazo a la entidad sionista (Israel) y sin renunciar a los derechos de los palestinos, Hamás considera el establecimiento de un Estado palestino plenamente soberano e independiente, con Jerusalén como capital en las líneas del 4 de junio de 1967», se agrega.
El contenido del documento, con el que Hamás quiere actualizar su ideología y compromisos 30 años después de su fundación, fue dado a conocer por el jefe del movimiento, Jaled Meshal, en una rueda de prensa en Doha.
En él se expone además que, independientemente de la aceptación de un Estado en las fronteras de 1967, «los refugiados y los desplazados deben regresar a los hogares de los que fueron expulsados», una posibilidad que Israel rechaza por el desequilibrio demográfico que le supondría.