Habitantes de Alepo temen al azote de la hambruna
El riesgo de hambruna y escasez generalizada aumenta para los más de 200.000 habitantes de los barrios controlados por los rebeldes en Alepo (norte de Siria), actualmente por completo sitiada por el ejército sirio.
«No sé qué será de nosotros», declaró Mohamad Rukbi, desocupado y padre de cuatro niños, quien reside en el barrio rebelde de Bustan al Qasr. «Todas las rutas están cerradas, y desde hace días falta pan, los alimentos en general, prácticamente de todo», añadió este hombre de 38 años de edad.
La escasez de alimentos y combustible se hace sentir en los barrios ubicados en el este de la segunda ciudad de Siria desde que las fuerzas del régimen de Bashar al Asad cortaron el 7 de julio la ruta del Castello, última vía de aprovisionamiento del sector controlado por los insurgentes.
Este fin de semana las tropas gubernamentales tomaron el control de la totalidad de la ruta, aislando por completo a Alepo este del mundo exterior y haciendo temer por un largo sitio.
‘Pronto, la hambruna’
«Tengo miedo por el futuro (…) El régimen no se contentará sitiando los barrios del este (de la ciudad), sino que también los atacará», teme Mohamad.
En Mashad, otro barrio rebelde, el mecánico Mohama Zaytun afirma no tener más trabajo a causa de la falta de gasolina.
«Pensar en el sitio me impide dormir», confió este hombre de 44 años, con cinco hijos. «Tengo provisiones para apenas una semana. Si todos los productos alimenticios comienzan a faltar en el mercado, pronto significará la hambruna», predice. «Intento huir de la ciudad, pero no hay ninguna ruta segura», apostilla.
La ex capital económica de Siria es una de las ciudades más afectadas por la guerra. Entre 2010 y 2011 quedó dividida en dos sectores, uno controlado por el régimen en el oeste y otro por los rebeldes en el este.
Para los expertos, el avance del ejército, apoyado por la aviación rusa, es un golpe muy duro para los insurgentes y podría dar un giro al conflicto que ha provocado más de 280.000 muertos.
«Además de la catástrofe humanitaria, los recientes acontecimientos de Alepo son muy importantes políticamente hablando», subraya Karim Bitar, director de investigaciones en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS). «Privados de oxígeno, los rebeldes enfrentan una misión imposible», explica.
El presidente sirio, en cambio, se siente «considerablemente más cómodo que hace algunos meses» y sus fuerzas «podrían consolidar aún más sus posiciones», en su opinión.
Fotos: AFP
Necesidad de ayuda ‘urgente’
Según Naciones Unidas, casi 600.000 personas viven en las zonas sitiadas en Siria, en la mayoría de los casos por parte del régimen, sin acceso a alimentos ni a ayuda médica, lo que provoca muchos casos de desnutrición. Decenas de personas han muerto de hambre en estas zonas.
Si los barrios del este de Alepo no están aún definidos como «sitiados» por la ONU, pero esta última se ha declarado «muy preocupada por la escalada de violencia» que «pone en peligro a centenares de miles de personas» en esta ciudad. Ha llamado a «todas las partes a autorizar la entrega de ayuda de ayuda humanitaria» y «la evacuación de los civiles que lo deseen».
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) ha subrayado una situación «particularmente inquietante a causa de la fuerte concentración de habitantes en esta zona».
Según la OCHA, hay suficientes alimentos para 145.000 personas para sólo un mes, en tanto que Alepo este no recibe ninguna ayuda desde el 7 de julio. «Hay una ayuda vital que es urgente entregar», añade.
Mientras el régimen cierra su cerco sobre Alepo, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, recientemente anunció que quiere reanudar las negociaciones de paz. Dos sesiones precedentes de conversaciones intersirias tuvieron lugar en Ginebra desde comienzos del año, pero sin lograr acercar a los bandos adversarios.
Para Basma Kadamani, miembro de la oposición siria en el exilio, el «castigo colectivo» impuesto a los civiles en Alepo «impone un gran signo de interrogación sobre Ginebra».
Fotos: AFP