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Figueredo: Trump puede hacer muchas cosas, pero no las puede hacer todas

El caso de Donald Trump es interesante por varias cosas: no es político de carrera, no es dirigente de partidos, ni nada relacionado con el complejo sistema de gobierno estadounidense. Siendo un hombre con una gran fortuna, tampoco es el paradigma del empresario americano, mas bien ha sido cuestionado en cierta manera por la forma en que maneja sus negocios.

Eso, por supuesto, no le impidió hacerse con la Presidencia de una de las potencias mundiales. Y allí empieza a haber problemas. Varios especialistas apuntan que Trump tiene un pensamiento que se contradice con lo que está ocurriendo en el mundo actualmente, o que sus declaraciones no guardan relación con una política coherente. En ese sentido, indican, Trump no es de ningún partido. Él es él. Es su política (o su forma de verla).

Estos puntos, entre otros, más o menos impactantes a nivel mundial, evidencia que tendrá problemas en su gobierno, tomando en cuenta las caracteristicas del Gobierno de Estados Unidos como tal: la división de poderes, el funcionamiento de las instituciones, y cómo esto descuadra con esa forma de actuar que Trump ha reflejado.

Incertidumbre

El especialista en Derecho Internacional, Emilio Figueredo, en entrevista a Globovisión, explicó que Trump se ha metido en tres terrenos, uno más complicado que el otro», y las reacciones de los países implicados, han sido, incluso, violentas, como el caso de China.

«Él se olvida de que China es el principal acreedor de los Estados Unidos. Si China retaliara, pudiera tumbar el mercado de los bonos americanos. Y otro de los temas es que él se montó encima del Partido Republicano pero desprecia ese partido. (cuando) en un momento fue demócrata, y amigo de los Clinton», advierte Figueredo.

El exembajador también apunta que Trump es la expresión típica de un fenómeno de la antipolítica y de la política como un espectaculo: «(Trump) es de estos nuevos autócratas ególatras que se transforman inmediatamente en un producto de mass media y logran mantenerse casi eternamente en una carrera presidencial».

Con las cosas que ha dicho, se evidencia, según Figueredo, que ya está presente el núcleo del bipartidismo en algunas decisiones. Es decir, «Trump puede hacer muchas cosas, pero no las puede hacer todas», puntualiza.

Muy a diferencia de Venezuela, en Estados Unidos Donald Trump no puede hacer «lo que le da la gana», puesto que toda orden ejecutiva que emita debe ser antes discutida y aprobada por el Congreso de la Nación.

En el programa La Hora Clave, Ian Vásquez, analista del Centro CATO, agregó en cuanto a esto que Trump no llegará a cumplir toda la agenda que tiene prevista en la region porque «el Congreso siempre tiene algo que decir», y aclara que el Congreso, especialmente los republicanos, han favorecido el libre comercio.

Sin embargo, no niega que las decisiones tomadas por el nuevo presidente de Estados Unidos puede causar mucho daño, puesto que «en el camino puede hacer cosas que van en contra de los tratados del libre comercio, puede crear tensiones en la región», problemas que le podrían tardar años, o meses, a la Casa Blanca para resolver.

Otra realidad

Emilio Figueredo pone sobre la mesa una «paradoja que es muy complicada de entender: El gobierno de Estados Unidos está dividido en un 50-50, más de un 50% porque Hillary Clinton gana el voto popular con 3 millones de votos, y Trump gana las elecciones por un sistema electoral que fue instaurado hace mas de 200 años, que tenía sus ventajas pero ya no responde».

Por otro lado, expone que hay muchas cosas que tienen que ser revisadas pero, más allá de haber perdido por mayoría de votos, la victoria de Trump constata otra de las realidades del mundo actual, como los grupos xenófobos o «excluídos»: «quizas lo que ayudó a Trump fue lo que esta pasando en muchas partes del mundo: hay un agotamiento después de la globalizacion; mucha gente perdió sus fuentes de trabajo y tuvieron que entrar en estructuras donde desparecen los sindicatos, etc. La tendencia natural del excluído es ir contra quien sea».

A un día de la toma de posesión de Donald Trump, aumenta la incertidumbre en el globo. Sin embargo, hay una esperanza de que, una vez que ocupe la silla presidencial, las cosas fluyan mejor de lo que se tiene previsto.

«Independientemente de lo que (Trump) diga, es un nombre de negocios. La gente piensa que él va a endurecer las posiciones (respecto a Cuba), pero creo que va a negociar las posiciones que interesan, a los Estados Unidos y, particularmente, al imperio Trump», sugiere Figueredo.

 

En Estados Unidos los gobiernos aparentemente más duros y radicales han sido los que han facilitado grandes aperturas. Algunos dicen que es más facil negociar con un gobernante radical y duro, que hacerlo con un gobernante de apariencia dócil. A partir del día 20 se certificará.

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