Estados Unidos difunde imágenes del incidente de su dron con el avión ruso
La grabación muestra cómo el avión de combate del Kremlin suelta combustible sobre el aparato no tripulado estadounidense en dos pasadas. En la última se produce el impacto entre el caza ruso «Su-27» y el dron estadounidense.
Según informó el comando de Estados Unidos en un comunicado, las imágenes muestran el momento en el que «un avión ruso realizaba una interceptación insegura y poco profesional de un dron ‘MQ-9’ de la Fuerza Aérea de EE.UU. en el espacio aéreo internacional sobre el Mar Negro, el 14 de marzo».
El mando estadounidense también ofrece un guión gráfico de cómo ocurrió este incidente en el Mar Negro, en el que había otro caza ruso, que ha aumentado la tensión entre Washington y Moscú y que tiene como fondo la guerra en Ucrania.
En otro informe, el Pentágono afirmó que “estas acciones agresivas de los aviones de Rusia son peligrosas y pueden llevar a un error de cálculo y a una escalada de la violencia”.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia negó cualquier contacto entre sus cazas Su-27 y la aeronave, que EE UU ha tenido que derribar en el mar Negro. “Como resultado de una maniobra brusca en torno a las 9.30, hora de Moscú, el aparato no tripulado MQ-9 entró en un vuelo incontrolado con pérdida de altura y colisionó contra la superficie del agua”, señala el comunicado ruso.
Detalles del incidente
Según el guión de este video, el suceso comienza cuando un avión ruso se acerca a la parte trasera del «MQ-9» estadounidense. Poco después la aeronave del Kremlin comienza a liberar combustible a su paso y, mientras lo hace, vuela por encima del dron.
En apenas unos minutos, el «Su-27» ruso inicia una segunda aproximación hacia el «MQ-9», vuelve a liberar combustible y pasa aún más cerca del aparato no tripulado.
Poco después, el avión ruso choca con el dron y la imagen de la cámara del «MQ-9» se pierde durante aproximadamente 60 segundos, relata el comando estadounidense.
El incidente tuvo lugar cerca de la anexionada península ucraniana de Crimea, donde Moscú ve con malos ojos la presencia de la OTAN, sean buques de guerra o aparatos de reconocimiento y vigilancia.