El tercer yihadista de la sala Bataclan intentó entrar en el Ejército francés
El tercero de los terroristas que el pasado 13 de noviembre atacaron en París la sala de conciertos Bataclan, identificado como Foued Mohamed-Aggad, intentó sin éxito ingresar en el Ejército francés, informó este jueves el diario «Le Parisien».
Aggad, de 23 años y natural de Estrasburgo (este de Francia), «hablaba todo el rato del Ejército» y entrar en sus filas «era realmente lo que quería hacer», dijo un conocido suyo al periódico y afirmó que le decepcionó mucho no conseguirlo.
A su madre, según el rotativo «Le Monde», le confesó posteriormente que, si «Alá le había cerrado esas puertas», era para que pudiera sumarse «al mejor Ejército», el del califato yihadista.
Su radicalización, indicó en «Le Parisien» Françoise Cotta, abogada de su madre, fue rápida, en cuestión de meses, y se produjo principalmente por internet, pero también en fines de semana «de reflexión» organizados por Mourad Farès, conocido por reclutar yihadistas en Francia y encarcelado desde septiembre de 2014.
Su identidad era hasta ayer la única que faltaba por detallar del comando de tres terroristas que la noche en que tocaba el grupo estadounidense Eagles of Death Metal irrumpió en la sala Bataclan con kalashnikov y explosivos y mató a 90 personas, además de herir a más de dos centenares.
Su madre, de origen marroquí, puso a la Policía tras su pista después de recibir un SMS de un número sirio en el que su nuera, Hadjira, le comunicaba que su hijo había muerto como «mártir» en la capital francesa.
Aggad no tenía antecedentes judiciales, pero, de acuerdo con «Le Monde», la Policía le había abierto una ficha «S» de seguimiento por radicalización y era objeto también de una «alerta azul» por parte de Interpol para establecer su ubicación, dado que su perfil podía interesar en alguna investigación.
El joven fue a Siria en diciembre de 2013 con todos sus ahorros, entre 5.000 y 6.000 euros, junto con su hermano Karim, actualmente encarcelado, y otros ocho hombres, todos procedentes del conflictivo barrio de Meinau, en Estrasburgo.
Dos de ellos murieron allí pronto y el resto, salvo Foued, volvieron a Francia entre febrero y marzo de 2014, antes de ser detenidos en mayo de ese año por su escapada yihadista e imputados por asociación de malhechores con fines terroristas.
La madre comentó a una amiga en una conversación interceptada por los investigadores que Foued le había dicho que «menos mal» que no había vuelto como Karim y le preguntó si prefería verle libre o encerrado entre cuatro paredes.
En abril de 2014, la madre le dijo a Karim que Foued le había contado que tenía la intención de morir «como mártir» durante el mes sagrado musulmán de ramadán.
«Prefiero separarme de aquellos que amo en nombre de Dios y encontrarlos en el paraíso que quedarme en un país de infieles y no cumplir con mis obligaciones, es decir, la yihad», escribió a su madre el pasado marzo.
Los investigadores, según «Le Monde», encontraron en el ordenador portátil de Karim un mensaje de Foued de marzo de 2014 en el que decía a su mujer que, si volvía a Francia, no era para entrar en prisión, sino «para hacerlo explotar todo».