Defensa de Rousseff ve «ilegitimidad» en el impeachment
En el debate que hubo este lunes en el seno de la Comisión de la Cámara encargada de decidir si procede o no la destitución de Dilma Rousseff, el Procurador General del gobierno brasileño, José Eduardo Cardozo, aseguró que el pedido de destitución de la presidente era un “error histórico”, un “golpe de Estado”.
El abogado del gobierno se hizo presente en la reunión para ejercer la defensa de la mandataria de izquierda, ante la comisión de 65 parlamentarios que debe dar su parecer sobre la apertura de un juicio de destitución.
Los diputados de oposición sostuvieron que el Procurador General de la Unión no podía ejercer la defensa de la presidente, aunque después de un largo debate, el presidente de la Comisión, Rogério Rosso, decidió que sí podía.
Cardozo insistió que la tentativa de impeachment podría significar un golpe de Estado, de no cumplirse todos los presupuestos previstos en la Constitución, o de no estar tipificado en la legislación penal; es decir, en la ausencia de «crimen de responsabilidad» que justificase un impeachment, este equivaldría un «golpe de Estado» que amenazaría el futuro de la joven democracia brasileña.
«Un nuevo gobierno no puede nacer con esa mancha de ilegitimidad, sean quienes sean los hombres que lo integren», afirmó Cardozo.
Si la comisión considera que hay causas válidas para abrir un juicio político, este debe ser aprobado por 342 de los 513 diputados y ser tramitado luego por el Senado.
«Vamos a proteger a Dilma»
Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) fue nombrado jefe de gabinete de Rousseff, pero su asunción fue bloqueada por un juez del Supremo Tribunal Federal (STF), por sospechas de que el nombramiento es una treta para librar de la justicia ordinaria al fundador del Partido de los Trabajadores, quien es investigado por presunta corrupción en el escándalo de la estatal Petrobras.
Lula, que el sábado mostró confianza en poder asumir esta semana el cargo, multiplica los mítines de apoyo a Rousseff.
«El pueblo fue a la calle y vamos a proteger el mandato de Dilma», dijo en un acto en Sao Bernardo do Campo, donde surgió como líder sindical en los años de la dictadura militar (1964-85).
Rousseff, con la ayuda de su antecesor seguía negociando con varios partidos para rearmar su gobierno y asegurarse los votos necesarios en la Cámara, tras la ruptura del partido centrista PMDB, que cuenta con 69 diputados.
Sin embargo y a pesar de los esfuerzos, a juicio del especialista en derecho penal internacional, Carlos Armando Figueredo, el punto más difícil de la defensa de Rousseff es desvirtuar que el nombramiento de Lula como Ministro Jefe de la Casa Presidencial no sea obstrucción a la justicia.
Con información de AFP