Defensa de los Flores buscó acabar con credibilidad de informantes de la DEA
Por Maibort Petit
@maibortpetit
La segunda jornada de la audiencia para suprimir evidencias del caso de Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas trajo grandes sorpresas para las partes involucradas en la acusación de la Fiscalía de Nueva York contra los sobrinos de la pareja presidencial venezolana, acusados de conspirar para transportar 800 kilos de cocaína desde Venezuela a los Estados Unidos.
Por un lado la defensa puso en jaque a dos informantes confidenciales de la DEA, clasificados como CS-1 y CS-2, dos mexicanos padre (55) e hijo (34) que actuaron en la operación del caso Flores en 2015 y, que en agosto de 2016, fueron acusados de tres delitos por los cuales están siendo procesados.
Los dos hombres se declararon culpables de conspirar para importar cocaína a los EEUU, conspirar para distribuirla y de mentirle a los agentes del gobierno norteamericano.
La Fiscalía recibió un duro golpe cuando los informantes admitieron, ante el juez, que habían estado con prostitutas durante su trabajo en Caracas; que uno de ellos había consumido cocaína durante la operación y que además habían llevado a una persona no autorizada a una de las reuniones con los primos Flores donde se negociaba la droga.
Defensa sorprendida
Por su parte, la defensa fue sorprendida cuando el informante, al que pretendía quitarle credibilidad ante el juez, confesó que habían sido Flores de Freitas y Campos Flores quienes pagaron por los servicios de las prostitutas, stripers y que además les habían proveído de carros y guardaespaldas durante su estancia en Caracas en octubre de 2015.
CS-1 informó que Flores de Freitas y Campos Flores los invitaron a una discoteca llamada El Trío en Caracas, en los intervalos de las reuniones de trabajo que se efectuaron en Venezuela en el mes de octubre de 2015.
CS-1 dijo que Campos Flores les había dicho que el club era de su propiedad hasta hacía unos meses, cuando decidió venderlo, pero que mantenía un lugar de atención VIP en la discoteca.
Los dos informantes testificaron ante el juez que habían cometido actividades no autorizadas por la DEA. La confesión fue usada por el equipo de la defensa de Campos Flores y Flores de Freitas como un arma para eliminar las evidencias recogidas por los dos testigos, y que conforman un elemento clave en la investigación de la Fiscalía, que ahora se encuentra en las manos del juez Paul Crotty.
Según se supo en la audiencia, el padre CS1 se hizo pasar como un narcotraficante del Cártel de Sinaloa.
Los dos informantes aseguraron que habían trabajado durante años para las autoridades de la DEA y locales como informantes encubiertos. El padre CS1 dijo haber ganado alrededor de un millón de dólares durante los años de cooperación con la agencia antidrogas y el hijo aseguró que obtuvo cerca de 400 mil dólares por su labor.
Los abogados defensores preguntaron en varias oportunidades si habían mentido y CS1 confesó que sí lo había hecho pero que no lo había informado a los fiscales hasta este viernes, luego de haberse enterado que su hijo testificó sobre el tema. Los dos sujetos tienen un acuerdo de cooperación con el gobierno y los fiscales amenazaron con poner fin al mismo si volvían a mentir.
Hablan otros testigos
Durante la jornada de este viernes, 9 de septiembre, también se sentó en el estrado un oficial de justicia criminal quien explicó a la defensa la naturaleza de los equipos de grabación usados por los informantes confidenciales para recoger las evidencias, que conforman la acusación del gobierno de EEUU contra los sobrinos de la primera dama de Venezuela.
El experto dijo que no es posible que los informantes manipulen las grabaciones, ya que los dispositivos requieren de un código especial para poder bajar la información que no es entregado a los informantes que hacen el trabajo.
Asimismo comentó que las grabaciones no pueden ser alteradas ni cambiadas, ya que los informantes no tienen la capacidad de manipularlas sin la codificación necesaria.
No a la tesis del secuestro
Igualmente subió al estrado el agente de la DEA encargado de supervisar la investigación del caso Flores, Robert Zachariasiewicz. En su testimonio reiteró que fueron los agentes de la policía haitiana los encargados del arresto y de la expulsión de los dos acusados, y que los mismos fueron entregados a la DEA una vez habían cumplido con los procedimientos establecidos para la extradición.
Zachariasiewicz explicó que había advertido al Ministro de Justicia de Haití que la operación involucraba a dos familiares de la pareja presidencial venezolana, por lo cual debía estar al tanto que podrían generarse posibles implicaciones políticas de gran envergadura.
La defensa insistió con el agente Zachariasiewicz si se había escogido Haití porque tenían garantizado que el gobierno procedería con la extradición inmediata, a lo que éste respondió que EEUU tiene con la isla caribeña relaciones de cooperación estrechas que contribuyeron a que el procedimiento se diera rápidamente.
Droga de alta calidad
Durante la maratónica audiencia, celebrada en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, el informante CS1 explicó que el hijastro del presidente Nicolás Maduro aseguró, en una reunión que tuvo lugar en octubre en Caracas, que estaba en capacidad de proveer cocaína de alta calidad a sus clientes «porque no le gustaba tener problemas».
El informante comentó que el encuentro ocurrido en un inmueble, propiedad de Campos Flores en Caracas, el acusado mostró un ladrillo de cocaína para que el supuesto comprador alias «El Mexicano», pudiera comprobar la calidad del producto que intentaban comercializar a los Estados Unidos.
CS1 explicó que Campos Flores sacó un producto y le proveyó unos guantes de latex. «Por mi experiencia con las drogas supe que el producto era de alta calidad, ya que al ponerlo en mis manos se hizo aceite. Por la textura, el color y el brillo sabía que era de la buena» confesó.
En Haití
Igualmente CS1 reveló que durante el último encuentro con los acusados, ocurrido en un hotel de Puerto Príncipe, el 10 de noviembre de 2015, Campos Flores le había solicitado 20 millones de dólares a cambio de una tonelada de cocaína.
«Al terminar la reunión y cuando el agente de la DEA me dijo que saliera del lugar le dije a los dos acusados que subiría a una de las habitaciones donde se encontraba mi amigo, el que había traído los 20 millones de dólares solicitados por Campos Flores para pagar la campaña de su mamá (Cilia Flores) a un curul de la Asamblea Nacional, y que a cambio ellos recibiríamos una tonelada de cocaína», dijo el testigo.
CS-1 comentó que el salió de la reunión para buscar el supuesto dinero, y fue allí que concluyó su misión, ya que de inmediato se presentaron las fuerzas policiales haitianas para proceder con el arresto de los dos targets.
Los acusados lucían en la audiencia muy entusiasmados y acoplados a su enorme equipo de defensores, que incluye 6 abogados y 7 asistentes. Los dos llevaban puesto los uniformes azules de la prisión.
Flores de Freitas se mostró preocupado cuando su nombre fue mencionado por el testigo CS-1 como la persona que pagó las prostitutas en Caracas, ya que ese tópico había sido usado, en la audiencia del jueves por sus abogados, para rebatir y tratar de ridiculizar a los agentes de la DEA encargados de la investigación que generó la acusación.