La Corte Suprema de Brasil revocó este domingo la decisión de un magistrado de segunda instancia que permitía a la Alcaldía de Río de Janeiro decomisar libros que aborden temáticas de homosexuales ofrecidos a menores de edad.
La polémica medida fue suspendida mediante una cautelar dictada este domingo por el propio presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), magistrado José Antonio Dias Toffoli, ante una petición de la Procuraduría General de la República.
La procuradora general, Raquel Dodge, había solicitado este mismo domingo una intervención urgente del Supremo para «impedir la censura al libre tránsito de ideas, a la libre manifestación artística y a la libertad de expresión en el país».
En su cautelar, Toffoli alegó que la decisión del magistrado de segunda instancia relacionó las relaciones entre homosexuales a contenidos impropios o inadecuados para menores de edad, con lo que «violó al mismo tiempo la estricta legalidad y el principio de igualdad».
El presidente de la Corte Suprema agregó que el régimen democrático «presupone un ambiente de libre tránsito de ideas, en el cual todos tienen derecho a voz» y que la democracia «sólo se firma y progresa en un ambiente en que diferentes convicciones y visiones del mundo puedan ser expuestas, defendidas y confrontadas unas con otras, en un debate rico, plural y resolutivo».
La decisión de la Corte Suprema zanjó la polémica que surgió el jueves pasado, cuando el alcalde de Río, el pastor evangélico Marcelo Crivella, protestó contra la exposición en la Bienal del Libro de esta ciudad de un cómic en el que aparece el diseño de los dos adolescentes homosexuales besándose.
Tras manifestar su rechazo a la exposición del cómic sin ninguna restricción para menores, Crivella ordenó el viernes el envío de un equipo de fiscales a la Bienal, que cierra sus puertas este domingo, para decomisar libros considerados inapropiados para menores de edad que estén expuestos sin las respectivas advertencias.
El alcalde alega que la legislación establece que publicaciones con contenido considerado inadecuado para menores pero dirigido al público infanto-juvenil tienen que estar envueltas en plástico negro y tener las debidas advertencias.
Pero un juez del Tribunal de Justicia de Río, a petición de los organizadores de la Bienal, determinó el viernes que la Alcaldía no podía imponer ese tipo de restricciones por tratarse de una medida de censura y un atentado a la libertad de expresión.
Esa primera decisión judicial fue revocada el sábado por el presidente del Tribunal de Justicia de Río, magistrado Claudio de Mello Tavares, quien, ante un recurso de la Alcaldía, dijo que en la ley sí está prevista la retirada del mercado de libros con contenido impropio para menores que esté destinado a niños o jóvenes y que esté expuesto sin las debidas advertencias.
Tras la sentencia de Tavares, la alcaldía envió un nuevo grupo de fiscales a la Bienal en la noche del sábado para decomisar libros cuya exposición pudiera estar violando la ley, pero los funcionarios abandonaron el evento sin ninguna publicación y dijeron que no habían identificado ninguna irregularidad.
El libro que generó la polémica es el cómic «Vengadores: La cruzada de los niños», una publicación de los estudios Marvel sobre un grupo de superhéroes y en la que dos de los protagonistas de sexo masculino fueron dibujados en una escena besándose, aunque totalmente vestidos y sin ninguna otra connotación sexual.
En protesto por la intención de la alcaldía de decomisar libros, el youtuber brasileño Felipe Neto adquirió y distribuyó gratuitamente el sábado en la Bienal 14.000 publicaciones que abordan temáticas de homosexuales.
Varias parejas de homosexuales, además, se besaron pública y simultáneamente en una protesta dentro de la Bienal, cuyo público abucheó a los fiscales durante su visita al evento.
En su petición para que el Supremo suspendiera la censura, la procuradora general alegó que «la decisión viola frontalmente la igualdad, la libertad de expresión artística y el derecho a la información, garantizados por la Constitución, por los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Brasil y por diversos precedentes del Supremo Tribunal Federal».
Dodge agregó que la intención de la alcaldía atenta contra la igualdad debido a que «discrimina frontalmente personas por su orientación sexual e identidad de género».