Correa defiende la integración de Latinoamérica para hacer frente a EEUU
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, apostó por una América Latina más integrada «para, como bloque, tener más presencia mundial» y negociar en mejores condiciones con EEUU, la «potencia hegemónica» del continente.
«El mundo del futuro será un mundo de bloques», vaticinó el mandatario y doctor en economía en una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid.
Según Correa, que este lunes finaliza su viaje oficial de tres días por España, «la integración» de la región es una cuestión «sumamente importante» para el futuro de los pueblos latinoamericanos.
En paralelo, el mandatario ecuatoriano cree que en el proteccionismo que defiende el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puede haber «oportunidades» si cada país recupera sus «capacidades nacionales».
«El proteccionismo no es mala palabra» si sirve para «proteger a los pequeños productores», explicó.
A su juicio, los países que apostaron por el aperturismo con Estados Unidos tendrán «problemas», es el caso de México, cuyo tratado de libre comercio con su vecino le traerá ahora «grandes pérdidas», aunque, dada la potencia de la economía estadounidense, reconoció que también Ecuador también los va a tener.
Por otro lado, Correa defendió la naturaleza «política» de la economía, frente a los que le atribuyen un carácter «técnico».
«Primero la decisión política con legitimidad democrática y después debe venir la técnica», afirmó, y defendió un control político del sistema financiero.
Dijo que «lo más grave que se ha hecho a la economía es quitarle el carácter político», e insistió en que «el fin de la economía no es cuadrar cuentas, no es contentar al Fondo Monetario Internacional y al capitalismo financiero (…), es el bienestar humano»
Antes de esta conferencia, Correa se reunió con Felipe VI, en un encuentro al que también asistieron el canciller ecuatoriano Guillaume Long, el secretario de Estado español de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Fernando García Casas, y los embajadores de ambos países.
Correa repasó con Felipe VI los principales asuntos de la relación bilateral y comentaron otros de la agenda internacional.
Además, Correa trasladó al rey español su agradecimiento por la ayuda que las autoridades españolas prestaron tras el terremoto ocurrido en el país andino el pasado mes de abril y el apoyo brindado por España en la consecución del acuerdo comercial multipartes de Ecuador con la Unión Europea (UE), del que ya forman parte Colombia y Perú.
Más tarde, el presidente ecuatoriano se reunió con el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, con quien abordó cuestiones de la agenda iberoamericana, y con la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena.
Durante su viaje oficial por España, Correa aprovechó para reunirse con autoridades y mantener varios encuentros con la comunidad ecuatoriana en el país en las ciudades de Madrid, Barcelona, Murcia y Valencia.
La comunidad ecuatoriana que vive en España asciende a cerca de 430.000 personas, siendo la más numerosa de la región latinoamericana en el país.
Este será el último viaje de Correa a España como presidente, ya que en mayo finaliza su segundo mandato -la ley le impide la reelección-, tras diez años de Gobierno en el país, el periodo más largo de la democracia ecuatoriana.
El mandatario defendió la gestión de su Gobierno a lo largo de esta década, con reformas constitucionales, mejoras en infraestructuras, sanidad, educación y servicios sociales.
Unos avances que, en su opinión, han servido para amortiguar las pérdidas económicas de los dos últimos años, con una bajada de precios del petróleo y la revalorización del dólar que frenó las exportaciones, además de desastres naturales, circunstancias que Correa definió como «tormenta perfecta».