Confirman 84 muertos en atentado con camión en Niza
Al menos 84 personas murieron el jueves en Niza arrolladas por un hombre armado que embistió con un camión contra la multitud que celebraba la fiesta nacional francesa, en un atentado «terrorista» no reivindicado.
El conductor, que durante dos kilómetros avanzó sembrando caos y muerte, fue identificado como Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, nacido hace 31 años en la periferia de la ciudad tunecina de Sousse y residente en Niza, «capital» de la Costa Azul. Sus documentos habían sido hallados en el vehículo.
Al menos dos niños figuran entre los fallecidos y más de cincuenta fueron hospitalizados.
En el momento del drama, cientos de personas acababan de presenciar en el paseo de los Ingleses, la rambla costera de Niza, los fuegos artificiales con motivo del aniversario de la toma de la Bastilla.
El vehículo de 19 toneladas avanzó dos kilómetros arrollando a su paso a la gente, hasta que el conductor, que tenía una pistola y disparó varias veces, fue abatido por la policía.
«Escuché un bum, me di la vuelta y vi el camión acelerando, y cuerpos que salían disparados», contó Najate, una vecina de Niza de 52 años que presenció la escena.
La banalidad del modo operatorio —un camión como única arma— y el hecho de que figuren varios niños entre las 84 víctimas han puesto los pelos de punta. El conductor «cambió de trayectoria al menos una vez», afirmó la policía a la AFP. «Claramente trató de causar un máximo de víctimas».
La desenfrenada carrera dejó al menos 84 muertos, además de 18 heridos «entre la vida y la muerte» y unos 50 «leves». Entre los fallecidos hay dos estadounidenses, un ucraniano, una suiza, un ruso y una armenia.
Tras el drama, el país observará tres días de duelo nacional a partir del sábado.
Marie, de 37 años, agente de seguridad en Villa Masséna, un palacio muy cercano al lugar de los hechos que acogía una celebración por el 14 de julio, vio a «cientos de personas precipitándose dentro para protegerse». «Había niños, y la gente se pisoteaba», contó.
Varios vecinos describieron al autor del ataque como «solitario y silencioso».
Un motociclista trató de detener el camión abriendo la puerta del conductor, pero finalmente fue arrollado, explicó por otro lado el periodista alemán Richard Gutjahr, que presenció la escena desde el balcón de un hotel.
Fuentes policiales dijeron que el vehículo había sido alquilado en la región «hace unos días», y que dentro se encontraron una granada desactivada y armas falsas.
Las autoridades hicieron además un llamado urgente para que la gente done sangre, y decenas de personas buscaban al mismo tiempo en Twitter noticias de sus parientes.
Por su lado, la mezquita de Al Azhar, la más alta autoridad del islam sunita, pidió «unir esfuerzos para derrotar al terrorismo y limpiar al mundo de este mal».
Fotos: AFP
‘Carácter terrorista’
El «carácter terrorista» del ataque es «innegable«, dijo en una intervención televisiva el presidente Hollande, que este viernes se desplazó a Niza.
El primer ministro Manuel Valls dijo por su lado tras una reunión de crisis en la presidencia que sus compatriotas deben unirse frente a «la guerra que el terrorismo nos está haciendo».
El jefe de Estado advirtió asimismo que, pese a los ataques, Francia «reforzará su acción en Siria e Irak», países donde combate a los yihadistas del Estado Islámico (ISIS).
El estado de emergencia, que debía finalizar dentro de quince días, ha sido prolongado tres meses. Dicho régimen, decretado tras los atentados del 13 de noviembre, facilita los registros policiales y la puesta bajo arresto domiciliario de los sospechosos.
Igualmente, Hollande anunció el recurso a miles de ciudadanos reservistas para secundar a policías y gendarmes, agotados por meses de vigilancia intensiva desde 2015.
Este es uno de los atentados más sangrientos cometidos en Europa en los últimos años.
El 13 de noviembre pasado, los suicidas del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) mataron en París a 130 personas, 90 de ellas en la sala de conciertos del Bataclan.
Antes de estos atentados, Francia ya había sido golpeada por la violencia yihadista en los ataques de enero de 2015 contra la revista satírica Charlie Hebdo y un supermercado kósher, que dejaron 17 muertos y a los que siguieron varios otros ataques y tentativas.