Censura en Internet bajo la excusa de la guerra económica: Caso cubano
En el día mundial de la Libertad de Prensa, es importante recordar el trabajo de periodistas quienes trabajan en regímenes dictatoriales como el de Cuba, en donde las posibilidades de expresión mediante el internet y de los canales convencionales como la radio, televisión y periódicos son muy limitadas.
En este reporte de la periodista Daniela Damiano, se evidencia cómo la libertad de prensa no existe en Cuba, nación que es gobernada férreamente por una familia, los Castro, durante casi 60 años.
Vivir en un país donde existen grandes dificultades y peligros para expresarte a través de Internet en plena era digital es la realidad que tienen que padecer cientos de activistas de derechos humanos, periodistas independientes y blogueros en Cuba.
Hildebrando Chaviano, abogado, periodista colaborador de varios medios cubanos y director del Centro de Análisis de Políticas Públicas Libertad y Desarrollo, quien vive en la isla, asegura que este tipo de censura es una manera de controlar lo que el mundo percibe de un país, es como un intento de mostrar lo que se considera conveniente para no recibir críticas o acusaciones por parte de entes externos. Textualmente expresa: “Como cualquier régimen totalitario, de esta forma se asegura que no vean la luz pública los actos de corrupción y la pésima gestión de gobierno”.
A pesar de la reciente apertura diplomática entre la isla y los Estados Unidos, Amnistía Internacional (AI) en su último informe indica que el gobierno continúa “controlando el acceso a Internet, bloquea y filtra sitios web, limitando el acceso a la información y las críticas al Estado”.
El gobierno de Raúl Castro usa el bloqueo de los motores de búsqueda de contenido para impedir el acceso de los ciudadanos a algunas páginas, tal como sucede en países como China, Rusia, Kuwait, Siria, Azerbaiyán y Venezuela. “Con frecuencia, las autoridades filtran y bloquean de manera intermitente los sitios web que son críticos con el Estado. Limitar de ese modo el acceso a la información vulnera claramente el derecho a la libertad de expresión, incluido el derecho a buscar, recibir y difundir informaciones».
Chaviano indica que entre las principales limitaciones para acceder a internet está el alto costo de la hora de conexión, que actualmente ronda los 2 dólares aproximadamente, en un país cuyo salario promedio es de 23.
En la actualidad solo el 25% de la población de Cuba usa Internet, mientras que solo 5% disfrutan de conexión en sus hogares por el alto costo que implica el servicio. A pesar de que el gobierno ha empezado a instalar puntos de wifi en zonas públicas, es el país en todo el continente americano que menos lo usa.
También la lentitud del servicio es una limitante para subir contenidos que revelan graves violaciones a los derechos humanos.
Las personas que se atreven a publicar contenidos en Internet en contra de los intereses de sus autoridades se encuentran en un inminente riesgo, ya que si son descubiertos pueden ser víctimas de maltratos físicos, psicológicos y el despojo de sus pertenencias. “Los que nos arriesgamos a denunciar al gobierno sabemos que somos vulnerables a amenazas, detenciones, golpes y confiscación de equipos en cualquier momento”, aseguró Chaviano.
Al menos 8.600 personas fueron detenidas por razones políticas, de oposición al gobierno o activismo durante 2015, según la última investigación publicada por la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).
Trabajos de investigación realizados por activistas de Amnistía Internacional, organización que ha sido vetada para entrar en el país, aseguran que “las personas privadas de libertad por sus opiniones políticas a menudo no son acusadas de ningún cargo y permanecen recluidas durante largos periodos en prisión provisional”.
Guerra económica y otros fantasmas
El director del Centro de Análisis de Políticas Públicas Libertad y Desarrollo indica que la mayor censura se aplica contra medios de prensa tradicionales y los que hacen uso de Internet en su defunción, especialmente a través de la Ley 88, conocida como Ley de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, que sirve básicamente “para reprimir a blogueros y periodistas independientes críticos del gobierno”.
Para darnos una idea de lo que constituye el referido texto legal, el artículo 7.1 es el que más limitaciones impone sobre el trabajo de los medios de comunicación cubanos, en él textualmente se establece: “El que, con el propósito de lograr los objetivos de la Ley «Helms-Burton», el bloqueo y la guerra económica contra nuestro pueblo, encaminados a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar al Estado Socialista y la independencia de Cuba, colabore por cualquier vía con emisoras de radio o televisión, periódicos, revistas u otros medios de difusión extranjeros, incurre en sanción de privación de libertad de dos a cinco años o multa de mil a tres mil cuotas o ambas”.
Reiteró que la censura es tal que “el gobierno cubano tiene absoluto control sobre los medios de comunicación y, por ley, la disidencia no tiene acceso a ellos” para mostrar sus trabajos de opinión e investigación al ciudadano común para que esté informado.
Para los y las activistas de derechos humanos y periodistas independientes, que realizan trabajos críticos al gobierno, les es muy difícil realizar sus labores pues sus líneas de comunicaciones fijas, móviles y conexiones a Internet se encuentran frecuentemente vigiladas o fuera de servicio por cortes a discreción.
Resistencia al control
A pesar de los controles, muchos cubanos se las ingenian para no quedar aislados con el resto del mundo y, a fin de cuentas, conocer lo que pasa en otros países y poder ellos contar qué sucede dentro de su blindada isla. Se sabe que los ciudadanos están evadiendo la censura usando más conexiones inalámbricas clandestinas, aplicaciones que bloquean los controles y el intercambio de información a través de dispositivos USB.
En materia de redes sociales, Chaviano aseguró que todavía no existe ninguna legislación que limite la libertad de expresión a través de este medio, sin embargo, se debe ser prudente con lo que se publica o la información personal que se emita por esta vía. Para mantenerse informados, la ciudadanía cubana utiliza frecuentemente sus redes sociales, ya que por allí pueden consumir las noticias que difunden los medios sin necesidad de entrar en su página oficial, usualmente bloqueadas.
El activista explicó que la terrible censura contra la libertad de expresión que viven las personas en su país no puede evadirse, solo se enfrenta asumiendo las consecuencias que esto pudiera desencadenar para la persona.
El derecho a la crítica y la libre expresión del pensamiento son los más vulnerados actualmente. A pesar de ello, exhortó al gobierno cubano a aceptar las recomendaciones que expertos en la materia y países vecinos han ofrecido para que el servicio de Internet sea accesible a todos y todas, sin ninguna limitante que condicione su uso. “Los llamo a considerar la conexión de banda ancha propuesta por el gobierno y las compañías norteamericanas. Permitir la publicación y circulación dentro del territorio nacional de órganos de prensa independientes”.
AI lleva varios años impulsando una campaña a favor del respeto a las libertades en Internet. Solo en 2015 se documentaron varias personas detenidas en 16 países alrededor del mundo por los que “habían dicho o hecho” en Internet.
Amnistía Internacional considera que la libertad de expresión corre grave peligro al ser perseguida y censurada por los gobiernos mediante la aplicación de legislaciones restrictivas. Al respecto, Salil Shetty, su secretario general, destacó que “necesitamos un enfoque radicalmente distinto sobre la protección de los derechos en línea para defendernos de las restricciones que imponen los gobiernos a las libertades en Internet”.
Hoy, Día Mundial de la Libertad de Prensa, se exhorta al gobierno cubano a eliminar todos los métodos de censura existentes en Internet para que el derecho a la libre información esté garantizado y sirva para el desarrollo de su pueblo.
Con información de Daniela Damiano @amnistia