Candidatos de EEUU no abordan preocupaciones de los ciudadanos, por Armando Avellaneda

Por Armando Avellaneda

Dos debates entre los dos principales candidatos presidenciales se han celebrado y los estadounidenses siguen sin saber cuáles son, a juicio de ellos, los problemas más importantes del país y cómo los enfrentarán. Y es que los ciudadanos de Estados Unidos han sido testigos de una campaña en la que los escándalos, la propaganda y los ataques y revelaciones de ambas bandos han ocultado sus verdaderas preocupaciones.

El careo más reciente entre la abanderada del Partido Demócrata, la ex primera dama y ex senadora por Nueva York, Hillary Clinton, y el del Partido Republicano, el empresario Donald Trump, fue lo más parecido a un ring de boxeo en el que los contrincantes utilizaron todos los golpes –incluso los bajos- para ganar la contienda.

Los asistentes a la Universidad Washington en San Luis, Missouri, y los televidentes vieron el 9 de octubre cómo se atacaron sin piedad, lanzándose se acusaciones y medias verdades que opacaron los temas clave para el país. Clinton atacó a Trump por un video hecho público poco antes en el que hace años el hoy candidato por el Viejo Gran Partido hablaba con ligereza de las mujeres.

Trump insistió con el error de su rival cuando, al frente del Departamento de Estado, utilizó una cuenta de correo electrónico privado para abordar asuntos relacionados con la seguridad nacional del país.

También llevó al mismo lugar del debate a cuatro mujeres que supuestamente fueron víctimas de acoso sexual del ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton.

“El debate abordó temas de política interior y de política exterior después de los primeros 20 minutos; el tema es que ambos candidatos tienen un gran ‘equipaje’, por lo que no sorprende que se hayan atacado con mucho gusto”, expresó Steven Schier, profesor de Ciencias Políticas del Carleton College.

“Cada candidato acusó al otro de haber dicho falsedades y de tener un comportamiento deplorable. El debate hizo poco por cambiar la posición de la mayoría de los estadounidenses. Trump está llevando a cabo una campaña sobre el tema del cambio y que es un agente de cambio –probablemente sea un agente del caos-. Clinton sigue siendo la candidata del establishment”, señaló Timothy Kneeland, profesor de Ciencias Políticas del Nazareth College.

Al final el público vio un ganador. Cerca de 57 % de los entrevistados por una encuesta del canal de noticias CNN votó a favor de Clinton. “Su oponente está perdiendo el apoyo de su propia base del Partido Republicano; esto puede ser grave para él, dado que no tiene equipo de campaña en cada uno de los estados de Estados Unidos”, indicó Kneelad. “Él hizo bastante bien para mantenerse en competencia, pero su campaña no va bien”, acotó Schier.

“Veo, por el contrario, que Trump ganó este debate, después de perder la primera parte”, precisó Jim Campbell, profesor de Ciencias Políticas del College de Ciencias y Arte de la Universidad de Nueva York en Buffalo.

El verdadero perdedor, en todo caso, fue el ciudadano, que no vio propuestas ni ideas para enfrentar los retos nacionales. Una encuesta de Gallup reveló en septiembre que 70 % de los ciudadanos está angustiado por temas no económicos y 30 % por los económicos. Del primer grupo, 11 % ve con preocupación por su poca identificación con el gobierno, 8 % por posibles reformas electorales, 7 % por asuntos relacionados con el racismo, 6 % por inmigración y 5 % por terrorismo.

Cuando se mira el grupo que tiene como gran preocupación la economía, 14 % dice estar angustiado por la economía en general, 11 % por el desempleo y 3 % por el déficit del presupuesto federal.

Esta situación ha sido una constante en la campaña Los temas que más han resaltado son la relación de Trump con la ex miss Universo venezolana Alicia Machado, su negativa a hablar de sus impuestos, sus palabras sobre las mujeres hace unos años atrás o sus extravagancias y comentarios de al gusto hacia los inmigrantes y los musulmanes. También han destacado lo que muchos consideran como debilidades de Clinton cuando fue secretaria del Departamento de Estado o los presuntos problemas de su esposo con las mujeres.

“Muchas de las distracciones han sido la consecuencia del historial inusual de un candidato como Trump. Él es el único que ha traído muchos ataques personales al proceso y Tweets curiosos. Es poco probable que en el futuro otros sigan su ejemplo porque esto ha sido poco productivo para él”, expresó Schier.

“El tema central debe ser como proveer paz y revigorizar la economía. No ha sido así. Si Trump desea mejorar debe ser más efectivo recordando a la gente que la dupla Barack Obama-Clinton ha fallado en esas dos dimensiones”, advirtió Campbell.

“Los estadounidenses están preocupados por el terrorismo y la economía. Tanto demócratas como republicanos están de acuerdo en que son temas que se deben enfrentar. Muchos están desanimados por el tono de la campaña. Sospecho que muchos se queden en casa y que ello pueda ayudar a Clinton.

Los republicanos, que se ven a sí mismos como moral por encima del resto, están consternados con Trump y su misoginia. Lo que se alimenta es un antagonista de sentimiento hacia el presidente Obama y Clinton. Muchos sospechan que en el centro de esto está el racismo y el sexismo”, dijo Kneeland.

El tercer y último debate presidencial está a la vuelta de la esquina; será el 19 de octubre en Nevada. Las elecciones serán el 8 de noviembre. Los analistas consultados indican que todo parece indicar que Clinton sería la primera mujer en presidir Estados Unidos. Para ello en una elección tan compleja en la que en nada vale el voto nacional y en la que hay que ganar en la mayoría de los estados debe primer vencer en entidades clave como Ohio, Pensilvania, Florida, Nevada, New Hampshire, Michigan y Virginia.

Habrá que ver si en estos días los temas clave retoman la agenda o si se les sacrifica por otros más mediáticos.