Bolsonaro, Venezuela y la actual geopolítica mundial
Jair Messias Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército y férreo defensor de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985), quien se alzó con la Presidencia del gigante del sur al obtener 55,13% de los votos válidos, superando por 10 puntos porcentuales a su contrincante, Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores (PT), ya está causando resquemor en varios países dentro y fuera del continente americano.
Este miércoles 14 de noviembre, Cuba decidió cancelar su Programa Más Médicos en Brasil por las críticas que hizo el Mandatario electo al proyecto y al gobierno de la isla.
Dicho programa, amparado por la Organización Panamericana de Salud y firmado en 2013 con la ex mandataria Dilma Rousseff, atendió a unos 113 millones 359 mil pacientes de bajos recursos en la nación amazónica, en más de 3 mil 600 municipios y, en unas 700 de estas localidades, su población fue atendida por primera vez por un médico a través de este proyecto.
#Bolsonaro anuncia que ofrecerá asilo a los médicos cubanos que quieran quedarse https://t.co/NLguoJsb5F #Cuba pic.twitter.com/44755Pjfgi
— el Nuevo Herald (@elnuevoherald) November 15, 2018
Cuba ha decidido cancelar su programa de médicos en Brasil y retirar a los 14.000 profesionales que ya han atendido a 113 millones de brasileños desde que se iniciase el programa.
La decisión se debe a la hostilidad y las amenazas del nuevo presidente Jair Bolsonaro contra Cuba. pic.twitter.com/OXstWqEVS2
— 14Milimetros (@14Milimetros) November 15, 2018
Pero esta no es la primera reacción negativa que ha provocado el ex diputado evangélico y ultraderechista del Partido Social Liberal (PSL), quien durante la campaña causó rechazo entre buena parte de la población de su país por sus posturas racistas, machistas, homofóbicas, discriminadoras y misóginas.
En materia de política exterior, Bolsonaro, quien asumirá su mandato el próximo 1º de enero, tuvo que aclarar ante el gobierno de China los “malos entendidos” divulgados por la prensa durante su campaña, referidos a que él no quería comerciar con la nación asiática y prefería ahondar en su relación con Estados Unidos.
China es actualmente el mayor socio comercial de Brasil, tanto como destino de exportaciones como fuente de importaciones. La nación suramericana exportó el año pasado 47.490 millones de dólares a China e importó 27.320 millones de dólares del país asiático, con lo que terminó 2017 con un superávit de 20.170 millones de dólares frente a su principal socio comercial, detalló EFE.
Pero durante la campaña electoral surgieron dudas sobre el futuro de esa relación con Bolsonaro cuando esté en el poder, debido a que el ultraderechista es un crítico de todos los regímenes de izquierda y llegó a describir al gigante asiático como un predador que quiere dominar sectores estratégicos de la economía brasileña, agregó la agencia española.
El presidente electo aclaró, en consecuencia: «No tenemos ningún problema ni con China ni con cualquier otro país. El comercio con China puede ser ampliado», y afirmó que su intención es que la nación suramericana pueda tener negocios con todos los países del mundo pero sin distinción ideológica.
Brasil, forma parte junto a Rusia, India, China y Suráfrica, del grupo Brics, iniciativa de poderosas economías que afianza el multilateralismo mundial ante la hegemonía estadounidense.
Sus declaraciones previas respecto de China y su intención de afianzar su relación con EEUU hicieron que el presidente surafricano advirtiera que “Bolsonaro entrará a una familia de los Brics que está casi irrevocablemente comprometida con el multilateralismo, él entrará a una familia Brics que busca hacer las cosas de una manera que fortalezca el beneficio mutuo. Si empieza a empujar en una dirección diferente, lo hará perjudicando el interés de Brasil».
Venezuela y otros gobiernos de izquierda
El Mandatario electo no oculta su ultraderechismo, ni la animadversión que le causan los gobiernos de izquierda, como Cuba, Nicaragua y sus vecinas Venezuela y Bolivia.
Respecto de Venezuela, Bolsonaro califica al gobierno de Nicolás Maduro como una dictadura y miembros de su partido, el PSL, afirmaron que no cierran la puerta a una “intervención militar”. De hecho, tras su elección, una de las primeras llamadas que recibió fue la del presidente de EEUU, Donald Trump y coincidieron en endurecer la postura de ambas naciones para forzar el término del gobierno socialista bolivariano.
En la misma línea que Bolsonaro, quien defiende un distanciamiento de Venezuela, el general Antonio Hamilton Mourao propuso días atrás una «presión diplomática» al Gobierno del presidente Maduro para permitir que el país pueda realizar «elecciones en situación de normalidad».
De Argentina, por su parte, los analistas consideran que el triunfo de Bolsonaro le quitará peso a la nación gobernada por el también liberal Mauricio Macri, tanto que el recién electo prefirió a Chile como su primera visita tras su toma de posesión, en contra de una viaje a Buenos Aires que parecía lo lógico según la historia reciente y su relación con Mercosur.
Celebran en la UE y en Israel
Mientras tanto, en Europa aplauden las promesas de reducción del Estado que defiende el sucesor de Michel Temer y esperan ansiosos por las privatizaciones prometidas.
Los presidentes de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, le refirieron su deseo de mantener la cooperación con el país suramericano.
La UE y el Mercado Común del Sur (Mercosur) al cual está adherido Brasil, trabajan desde 2004 en un acuerdo de libre comercio, al cual los europeos le otorgan mayor importancia ahora, tras el proteccionismo que propaga Trump.
Las empresas de España, por su parte, esperan las anunciadas privatizaciones para ampliar sus negocios Uno de los platos fuertes es Electobras, la mayor empresa eléctrica de América Latina
Pero más satisfecho está Israel, tras el anuncio de Bolsonaro de trasladar, emulando a EEUU, su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, lo cual produjo la reacción del mundo árabe. Catar ya le pidió al brasileño que no lo haga y le advirtió que esa decisión lo pondría en contra del consenso internacional que no reconoce a dicha ciudad como la capital israelí, por los derechos que reclaman Palestina y el mundo árabe sobre ella.
Así se van moviendo las decisiones en materia de política exterior del nuevo presidente de Brasil, a quien otros analistas califican de fascista y advierten que en el corto plazo podría amenazar al mundo.
