Bolivia da un paso para superar la tensión diplomática con España
La mañana del último día de 2019, un año convulso en Bolivia, estuvo marcada por el pronunciamiento de la Delegación de la UE
El Gobierno interino de Bolivia busca resolver el «impasse» con España por su decisión de expulsar a dos diplomáticos españoles con el envío de un alto representante a su embajada en Madrid, sin dejar de defender la medida que desencadenó la tensión y que fue rechazada por la Unión Europea (UE).
La decisión boliviana, originada en la visita de los diplomáticos españoles acompañados de individuos «encapuchados» y «presumiblemente armados» a la embajadora de México en su residencia en La Paz el pasado viernes, siguió dando de qué hablar este martes.
El pronunciamiento europeo
La mañana del último día de 2019, un año convulso en Bolivia, estuvo marcada por el pronunciamiento de la Delegación de la UE en el país en rechazo a la decisión del Gobierno interino de declarar personas no gratas a la encargada de Negocios de la Embajada de España, Cristina Borreguero, y al cónsul español, Álvaro Fernández.
La UE consideró que «la expulsión de funcionarios diplomáticos es una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a situaciones de gravedad».
Los jefes de misión de los Estados miembros y de la UE se reunieron el lunes con la representación española para conocer lo sucedido, según el comunicado, en el que la delegación también pide «recibir a la mayor brevedad una explicación de parte del Gobierno interino de Bolivia».
Además expresó su «firme deseo» de que la situación se supere «con celeridad» y abogó por el restablecimiento de las «tradicionales y excelentes relaciones de Bolivia con todos los Estados Miembros y la Unión Europea».
La primera respuesta boliviana
La primera autoridad boliviana en responder al pronunciamiento europeo fue el ministro interino de la Presidencia, Yerko Núñez, quien defendió la decisión del Gobierno de Jeanine Áñez de declarar personas no gratas a Borreguero y Fernández, además de otros funcionarios y la embajadora de México, María Teresa Mercado.
Núñez negó que la medida fuera en contra de España o México, países con los que «siempre» se buscará tener una buena relación bilateral y a los que Bolivia respeta.
«Queremos que, así como respetamos, también nos respeten la soberanía en Bolivia», sostuvo el ministro, que también ratificó la versión boliviana sobre el incidente del pasado viernes que dio origen a la tensión con ambos países.
Núñez aseguró que en ese suceso hubo «personas encapuchadas y presumiblemente armadas», lo que «atenta contra la seguridad del Estado» y «no es diplomacia», ni «amistad».
La autoridad defendió el derecho del Gobierno interino de «tomar medidas para defender la soberanía de los bolivianos» ante ese tipo de acciones.
En la residencia mexicana se encuentran asiladas desde noviembre alrededor de una decena de exfuncionarios de la Administración de Evo Morales, varios de ellos acusados por el Gobierno de Áñez por delitos como terrorismo.
El suceso fue interpretado por Bolivia como una intención de evacuar a los exministros de Morales, algo que el Ejecutivo español ha negado en todo momento, al asegurar que se trató de una visita de «cortesía y que los diplomáticos iban acompañados de «personal de seguridad» para su propia protección.
El envío de un diplomático
La Cancillería boliviana emitió después un comunicado en el cual expresó su deseo de «superar este impasse a la brevedad y mantener estrechas relaciones con el Reino de España, en el marco del tradicional respeto y la amistad que siempre las han caracterizado».
«Para este cometido, el Gobierno Constitucional de Bolivia acreditará en la Embajada de Bolivia en Madrid a un alto representante diplomático», anunció la Cancillería boliviana, que también indicó que lo ocurrido el pasado 27 de diciembre fue lo que condujo a declarar personas no gratas a los diplomáticos españoles.
Aquella situación ha sido «debidamente explicada en el comunicado emitido» en esa fecha por el Ministerio de Exteriores de Bolivia «y de ser necesario brindará la información adicional que se le requiera», señala el comunicado.
La Cancillería boliviana también reconoció el apoyo de la UE al país en áreas como el fortalecimiento de la democracia y las nuevas elecciones generales previstas para 2020 y aseguró que desea mantener en un alto nivel las «excelentes relaciones» con ese bloque y sus Estados miembros.
Desde el exterior
El Gobierno español calificó el lunes de «gesto hostil» la decisión del Gobierno boliviano y replicó con la expulsión de tres diplomáticos del país suramericano que fueron designados durante la gestión de Evo Morales.
Por su parte, el subsecretario mexicano de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga, señaló en esta jornada que el Gobierno de su país mantiene la «comunicación necesaria» con el de Bolivia, pero no ha existido diálogo con ellos.
También se pronunció al respecto en Buenos Aires el expresidente boliviano Evo Morales, quien condenó «enérgicamente» la decisión del Gobierno de Áñez y advirtió de que «no se han respetado los derechos internacionales».
Morales dimitió como presidente de Bolivia el pasado 10 de noviembre denunciando un golpe de Estado y viajó a México, donde permaneció asilado un mes y el 12 de diciembre llegó a Buenos Aires, donde solicitó refugio.