Por lo menos tres heridos, entre ellos un excarcelado opositor, dejó este sábado una manifestación contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega en el marco de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde hace 17 meses.
Uno de los heridos es el excarcelado opositor Pedro Estrada, que sufrió una herida en la cabeza tras caerle una bomba de luz y sonido lanzada por agentes antidisturbios, según pudo constatar Efe.
Los otros dos lesionados son una mujer, que se desmayó, y otro hombre, ambos sin gravedad. Los hechos ocurrieron en la entrada del estacionamiento del edificio del Centro Pellas, en el nuevo centro de Managua, donde decenas de nicaragüenses se concentraron para participar en la marcha denominada «Nada está normal», convocada por dos agrupaciones opositoras.
Cuando los opositores, después de orar, rezar el Padre Nuestro, cantar el himno nacional y alzar la bandera de Nicaragua, se disponían salir a las calles, decenas de agentes antidisturbios, que se encontraban apostados en la entrada del edificio, bloquearon el paso y tras reclamos verbales de los manifestantes, los oficiales lanzaron bombas lacrimógenas, así como de luz y sonido.
Los opositores se dispersaron y se refugiaron en el edificio, sin mayores incidentes.
En otro punto de Managua, decenas de opositores se concentraron también en el estacionamiento de un edificio de oficinas y lanzaron consignas en contra del Gobierno de Ortega y a favor de la libertad de los denominados «presos políticos», y justicia para las víctimas de las protestas.
Entre otros gritaron consignas como «El pueblo unido, jamás será vencido», «Qué vivan los estudiantes», «Justicia», «Democracia sí, dictadura no», «De que se van, se van», mientras alzaban banderas de Nicaragua, que la oposición utiliza como símbolo de protesta contra el Gobierno sandinista.
La Unidad Nacional Azul y Blanco y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, dos de las agrupaciones opositoras más visibles de Nicaragua, convocaron a esa manifestación para reclamar el restablecimiento de los derechos constitucionales en el país, que vive su peor crisis sociopolítica en décadas.
Cese de la represión
Con la manifestación exigimos «el cese de la represión y el asesinato de campesinos, la liberación de más de 120 presos políticos, y el retorno con garantías de los exiliados», dijo uno de sus dirigentes, Félix Maradiaga, quien recién volvió del exilio, y al que la Policía Nacional acusa de organizar grupos para alterar la paz en Nicaragua desde que comenzó la crisis, el 18 de abril de 2018.
Además, agregó, para conmemorar el aniversario de la muerte de Matt Romero, un «adolescente asesinado por la dictadura el 23 de septiembre de 2018».
La Policía se desplegó este sábado en las principales vías de acceso a Managua y en diferentes puntos de la capital previo a esa manifestación opositora, que de momento se ha reducido a concentraciones.
Las autopistas principales, rotondas y diversas intersecciones de Managua fueron ocupadas por agentes antidisturbios y de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP) desde tempranas horas de la mañana, según se pudo constatar.
Cientos de patrullas, repletas de agentes policiales, fueron especialmente visibles en los primeros kilómetros de la carretera que conecta Managua con Masaya, al sureste, una de las principales autopistas de la capital.
Nicaragua sufre una grave crisis sociopolítica que ha dejado 328 muertos desde abril de 2018, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aunque algunos grupos elevan a 595 el número de las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 200 y denuncia un intento de golpe de Estado.
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