Acciones de Venezuela llevan a Guyana a ganar el Esequibo
La Organización de Naciones Unidas anunció el pasado 16 de diciembre que llevará a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la disputa por la región del Esequibo entre Venezuela y Guyana, si para finales de 2017 no se ha logrado «un avance significativo» en la resolución del conflicto.
El secretario general, Ban Ki-moon, decidió continuar por un «último año» con el proceso de buenos oficios que la organización mantiene desde 1990 para tratar de cerrar el asunto.
«Si hacia fines de 2017, el secretario general concluyera que no se ha logrado un avance significativo hacia un acuerdo completo para la solución de la controversia, elegirá la Corte Internacional de Justicia como el próximo medio de solución, a menos que los Gobiernos de Guyana y Venezuela, en forma conjunta, solicitaran que se abstenga de hacerlo», dijo su portavoz, Stéphane Dujarric.
Lo cierto es que Guyana no va a pedir eso a la ONU, ya que por al menos 50 años ha venido trabajando con un equipo de asesores y abogados internacionales, además de contar con un expediente rico en argumentos, que la convierten en la parte más preparada, ante la eventual visita a la Corte, para quedarse con el territorio en reclamación.
Venezuela, por su lado, ha gastado el discurso de la negociación en lugar de prepararse para el litigio en la Haya, y ahora, con la concesión que le ha dado el secretario de la ONU de prolongar por un año más los buenos oficios, tiene muy poco tiempo para preparar un cuerpo argumentativo decente para presentar en la CIJ.
El conflicto del Esequibo lleva 50 años bajo mediación de la ONU, desde que se firmara el Acuerdo de Ginebra en 1966, un proceso que Guyana siempre quiso llevar a la Corte, y que Venezuela, aún a estas alturas, se aferra a «su compromiso con la solución negociada de esta controversia».
«Venezuela perdió la oportunidad»
Para Emilio Figueredo, exembajador ante las Naciones Unidas para la aplicación del Acuerdo de Ginebra, la negociación directa ha fracasado: «la canciller insiste en el método de los buenos oficios cuando esto ya se agotó hace 25 años».
«Venezuela, apelando siempre a la improvisación, se aferró absurdamente a unos buenos oficios cuando pudo buscar otro mecanismo estipulado en el Artículo 33 de la Carta de la ONU, como la mediación», asegura Figueredo, también especialista en Derecho Internacional, y agrega que el país perdió la oportunidad de prepararse para defender su reclamación del territorio.
Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas:
Para toda controversia susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales se tratará de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la mediación u otros medios pacíficos (investigación, conciliación, arbitraje, arreglo judicial), y que el Consejo puede instar a las partes a que arreglen sus controversias por dichos medios.
Figueredo apunta, incluso, que esta insistencia en la negociación de la canciller Delcy Rodríguez es lo que ha llevado a Ban Ki-moon a decidir elevar el conflicto a la CIJ directamente si en el 2017 las diligencias de los «buenos oficios» no prosperan.
¿Tiene la potestad el secretario de la ONU para esto? Sí, y lo avala el artículo IV del Acuerdo de Ginebra, firmado entre Venezuela, Gran Bretaña y la entonces Guyana Británica:
Si los medios así escogidos no conducen a una solución de la controversia, dicho órgano, o como puede ser el caso, el Secretario General de las Naciones Unidas, escogerán otro de los medios estipulados en el Articulo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, y así sucesivamente, hasta que la controversia haya sido resuelta, o hasta que todos los medios de solución pacífica contemplados en dicho Artículo hayan sido agotados
La disputa del territorio, de unos 160.000 kilómetros cuadrados -lo que supone dos terceras partes del territorio de Guyana-, se agudizó el año pasado después de que la estadounidense Exxon Mobil descubriera yacimientos de petróleo en aguas en la zona del litigio.
El Gobierno de Venezuela emitió en la misma época un decreto presidencial que dictaba una orden administrativa de defensa del país, con una demarcación que incluía como propias todas las aguas del Atlántico frente a la costa de Esequibo. Dicho decreto generó el rechazo del Gobierno guyanés y disparó la tensión entre las dos partes, que desde entonces han acudido en numerosas ocasiones a la ONU para defender sus posturas.
El nuevo secretario ya está preparado
El mismo 16 de diciembre se conoció que Ban consultó la iniciativa con su sucesor, António Guterres, quien será el que nombre, poco después de asumir sus funciones, un nuevo representante personal para encargarse del proceso de buenos oficios y quien evalúe la situación a final de año.
La ONU explicó que el nuevo representante contará con «un mandato reforzado de negociación».
El anterior representante, Norman Givan, falleció en abril de 2014 y desde entonces el propio Ban ha buscado gestiones al más alto nivel para tratar de buscar una solución a la disputa.
Mientras tanto, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; y de Guyana, David Granger, ya están al tanto de la decisión del secretario general saliente, según el portavoz.
Un día después de conocerse la decisión de la ONU, Venezuela la consideró como una «victoria de la Diplomacia Bolivariana de Paz», y exigió a Guyana «el cumplimiento de buena fe en los buenos oficios».
Sin embargo, esta actitud, en 25 años, no ha logrado que tres (3) buenos oficiantes dieran con una solución negociada al diferendo entre Venezuela y Guyana.
Por lo pronto, el área en reclamación se encuentra bajo la autoridad del gobierno de Guyana hasta que no se resuelva algo diferente conforme al tratado, y ellos van «armados» para mantener ese estatus. «Venezuela no está preparada para argumentar, jurídicamente hablando, en contra de los alegatos que presentará Guyana», finaliza Figueredo.
