¿Dónde encuentro Fortaleza?
Nuestra columna cumple un año desde que comencé a escribir en español a mis compatriotas venezolanos con un primer artículo ¿Cómo salir del túnel del tiempo en que se ha convertido Venezuela?
Creo firmemente que es enteramente cierto: «El gobierno que elijas es el gobierno que te mereces» (Thomas Jefferson). Entonces la solución de los problemas del mundo, y el de Venezuela especialmente, fundamentalmente no pasan por la política, aunque necesitemos de ella coyunturalmente para implementar soluciones a corto y largo plazo, pasa por las personas. Por lo tanto, lo que es verdaderamente determinante son las creencias y la visión que sostenemos como sociedad; porque los gobiernos sólo sostienen y amplían dichos fundamentos.
Para que nuestros países cambien y vivamos en un mejor y más amplio espacio social, depende muy especialmente que TÍ, si tú el que lee: qué puedes hacer por ayudar para que todo avance y no qué puedes recibir para tú avanzar.
En mi artículo anterior hablé sobre las Mujeres Fuertes de Venezuela (y de la que fue mi mamá espiritual), hoy quiero reflexionar sobre el camino para fortalecernos los hombres para ser ese apoyo que nuestras familias y nuestros países necesitan.
En inglés hay una palabra que no se traduce adecuadamente al castellano: ACCOUNTABILITY; es el reducto y depuración más visceral y autentica de lo que es responsabilidad.
¿Qué significa “accountability”?
Lo que marca muy especialmente la diferencia entre un adolescente y el adulto es accountability. Cuando los jóvenes empiezan a salir de su cucurucho y asoman la cabeza fuera del nido, comienzan a ver todas las cosas fuera en “desorden”, tal como realmente están. Y aflora esa indignación tan típica de la adolescencia: las cosas no son como “ellos entienden” deberían ser, llegan inclusive a creer que ELLOS lo tienen todo claro y se SIENTEN MEJOR que los demás, especialmente que los adultos y que ELLOS SAVEN como todo debía ser.
Hay aún más de un adulto que opera así y todo ello es la raíz del problema más grande del ser humano: seguir viviendo como adolescentes.
Pasar de “ESO está mal” a “¿CÓMO puede estar mejor?” y posteriormente a “QUÉ ESTOY HACIENDO yo para que estén las cosas como están?” es el comienzo hacia la adultez.
Accountability es el asumir autoría por todo aquello que me pasa, siento o experimento… porque si somos sinceros, son mis creencias las que marca la perspectiva de cómo veo las cosas, y ya que mis creencias no siempre son verdad, mejor asumir mi carencia que mi certeza. Al final, el mundo no lo puedo cambiar por pura voluntad, pero yo sí puedo cambiar y, si me cambio y soy más responsable, no sólo cambia el mundo que veo, sino que afecto de una manera real el mundo que todos compartimos.
“La edad adulta es el período de la vida humana en el que se ha alcanzado la plena madurez física e intelectual” (Enciclopedia Británica). No hay “plena madurez” sin la consciente disposición de colaborar y ser apoyo y, sobre todo, conocer tus limitaciones.
Acceder al potencial que tenemos dentro
Todo en la vida tiene ventajas y desventajas. Para los hombres venezolanos, haber crecido con mujeres fuertes a nuestro alrededor tiene también desventajas.
A comienzos de los años 90, el Monasterio de Nuestra Señora de los Andes en Venezuela invitó a Mikel De Viana, un jesuita brillante, profesor universitario de sociología de la UCAB para que hiciera un retiro a los monjes (todos extranjeros), la temática: “quién es el hombre venezolano.” Por una semana, cada día les daba una clase magistral sobre la historia, la demografía, los cuadros psicológicos, fortalezas y áreas de mejora (debilidades) del hombre venezolano. La última frase del último día, para cerrar la semana de retiro, clausuró con la siguiente frase: “para que el joven venezolano se haga hombre, tiene que ‘matar’ a la madre.”
Tú pensarás que es un poco radical, y si eres venezolano, te habrá impactado la frase, por no decir algo más criollo. “Madre sólo hay una… ¡menos mal!”, reza un refrán popular venezolano. En una cultura donde por 75 años las mujeres fueron el único sustento real y único valor, y la figura masculina estaba totalmente ausente; cuando posteriormente de las guerras civiles venezolanas, en los siguientes 100 años, las mujeres marcaron el ritmo en casa y el padre aún estaba física o emocionalmente ausente… en medio de esa cultura, para el joven venezolano romper con el cordón umbilical de la madre no es algo que él pueda hacer gradualmente o sin “fuerza” y nervio.
Cuando refunfuñamos sobre la política, la situación económica, los corruptos, la falta de ley y la injusticia… se lo estamos diciendo a la “madre”.
Los hombres no lloran
Yo crecí con esta frase. Luego en la vida fui escuchando que teníamos que “estar en contacto con nuestros sentimientos”, que “los hombres también pueden llorar”, o que “un hombre fuerte no tiene miedo de mostrar cómo se siente”.
Ya, todo eso es verdad, PERO… un hombre no se queja, sino actúa… y si decide no actuar, se calla. Y si no le gusta callar, ACTUA.
Los padres de los jóvenes de mi generación fueron hombres a los 17 años. Verdad, no estaban en contacto con sus sentimientos, sufrieron por reprimirlos y por ello no fueron buenos maridos. ¿Qué sucedió? Que el acceso de sus esposas afuera de la familia les generaba incertidumbre y un riesgo real de que vieran fuera algo que mostrara su debilidad y sus carencias; por ende, ahí era donde el señor de la casa ponía el límite: la señora no podía trabajar o estudiar o hacer vida fuera de casa sino cosas de mujeres y con otras mujeres… eso si acaso. Peor aún, el divorcio no era socialmente aceptable; y ese coctel explosivo lo vivimos más de uno de mi generación.
Pero la solución para los hombres no era soltar los valores que nos hacen recios y capaces de actuar y transformar nuestro entorno, sino abrirnos a ser flexibles y conocer nuestras debilidades.
Algo liberador para cerrar
En infinidad de ocasiones, en anteriores artículos he mencionado lo complicado que es la percepción y que “no percibimos las cosas como son, sino como nosotros somos” (Krishnamurti). La consecuencia de esta realidad es algo muy sencillo, pero enteramente liberador: si me molesta algo o alguien, no es ello o ella, es la “imagen” que tengo de “ello” en mí.
Paréntesis: sobre la cita de Mikel, “para que el joven venezolano se haga hombre, tiene que ‘matar’ a la madre”; no es la madre a quien tiene que matar, es la imagen de la madre que tiene dentro suyo. “Nunca nos molestamos por la razón que creemos” (Curso de Milagros).
Asumir accountability de todo lo que sentimos, vemos y nos pasa es una manera de disciplinar nuestro ser para enfrentar las dificultades de la vida, también para utilizar la creatividad e ir más allá de lo aparente y, sobre todo, centrar nuestra consciencia en la humidad: porque al final “sólo sé que no sé nada.”
La accountability nos ayudan a:
- Ser más FLEXIBLES.
- Reconocer QUÉ tengo que cambiar.
- Desarrollar la HUMILDAD.
- CONOCERME a mí mismo.
- Descubrir cuanto más grande es el mundo que yo.
Con suerte descubrirás quién eres, te darás cuenta de cuantas cosas tienen que suceder para que nuestra sociedad pueda aspirar a lo que en realidad es importante… crecerá en ti aquello que necesitas para hacerte un hombre capaz y confiable.
¡Te necesitamos!
Próximo martes…
¿Cuál es el punto blando de un hombre recio?
Hay un increíble guion de Charles Portis (1933-2020) llevado a la gran pantalla dos veces, TRUE GRIT (ES: Verdadero Temple) e investiga que es GRIT; en español es carácter, firmeza o inclusive es una característica clave en resiliencia: determinación. ¿Cómo se genera este atributo en el carácter de una persona?
Acompáñanos en este cine-foro de la película dirigida por los Hermanos Cohen (2010).
Ver la película PRIME VIDEO
EL PUNTO a la i
El historial de la columna está en cdots.substack por si quieres revisar artículos anteriores.