La desesperación es mala consejera
Eso suelen decir los psicólogos, ya que la desesperación puede obstaculizar el pensamiento claro, al inundar el cerebro con emociones negativas como el miedo, la ansiedad y la angustia. Esta combinación emocional puede llevarnos a una falta de decisión oportuna.
Además, la desesperación a menudo nos impulsa a actuar de manera irracional, adoptando soluciones perjudiciales en la mayoría de los casos.
Otro efecto de la desesperación es que limita nuestras opciones, ya que percibimos todo a través de un estrecho túnel, impidiéndonos ver con claridad.
Finalmente, la desesperación puede convertirse en un círculo vicioso, generando aún más desesperación.
En la difícil situación actual de nuestro país, no podemos permitir desesperarnos. Hemos logrado una unidad de mando entre nuestra candidata, la plataforma unitaria y el equipo de negociación. Debemos dejar que sean ellos quienes decidan lo más conveniente y oportuno, manteniendo la calma y cordura necesarias para no obstaculizar sus acciones.