La justicia como mecanismo de represión
Los Juicios de Moscú fueron una serie de procesos judiciales llevados a cabo en la URSS entre 1936 y 1938, durante los cuales el dictador Stalin purgó a la mayoría de los principales dirigentes bolcheviques que habían participado en la Revolución de Octubre junto a Lenin.
En estos juicios, el fiscal Vishinski inventó presuntas conspiraciones y traiciones a la patria para condenar y eliminar a cualquier disidencia dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética. Estos juicios han sido ampliamente considerados como una pantomima, ya que las pruebas presentadas eran falsas e inexistentes, y muchos acusados fueron obligados a confesar mediante tortura o amenazas de ejecución.
Las principales consecuencias de estos juicios fueron la ejecución de miles de personas y el envío de millones a los gulags. Posteriormente, Fidel Castro se inspiró en estos métodos para crear un clima de terror en Cuba, utilizando este tipo de procedimientos para eliminar cualquier expresión de disidencia y consolidar su control absoluto sobre la población cubana.
Por lo visto, en Nicaragua y en Venezuela permanecen en el aire los métodos del estalinismo.
Ningún pueblo ha elegido libremente de ser gobernado en base a dogma socialistas, o sea un gobierno que lo controla todo, la economía tiene que estar planificada por los burócratas a los cuales el mercado y los gustos de la gente no interesan, no se permite la propiedad privada, tiene que ser pública o colectiva, la remuneración tiene que estar balanceada con la necesidad, no con el trabajo hecho, la felicidad tiene que estar colectiva, dividida por cada individuo, no la suma de la felicidad de cada uno. Y el triunfo de la revolución socialista, supremo anhélito de unos individuos con problemas psíquicos, está por encima de todo, de la constitución, de la ley, de la voluntad del pueblo. Cualquier medio es lícito para imponer ese deshumano sistema: el psicópata asesino de Ernesto Guevara, el Che, fue claro en la ONU: «(…) hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando … loe enemigos de la revolución». Esos excrementos con semblante humano son enemigos de la humanidad.