En Nombre de los Quinofilos
(%=Image(7643949,»L»)%) En nombre de muchos de sus admiradores me permito desearle, Sr. Joaquín Lavado, mucha salud y felicidad por sus 75 años de vida. Supongo que celebra su aniversario con su característica humildad y no mucha alegría, puesto que en los últimos 30 años el mundo continúa muy enfermo, tal como su “hija” Mafalda lo diagnosticó al colocar a su globo terráqueo en una cama, preocupado por sus síntomas de guerras, violencia, intolerancia y un calentamiento, que casi con clarividencia, ella detectó cuando pocos sabían que sería el más peligroso de sus padecimientos que lo pondría en peligro de muerte.
Quienes crecimos con Mafalda desde que usted se “embarazó” en 1963 con su idea – así se lo diría el escritor Amos Oz quien conoce bien el proceso de parir creaciones luego de una larga gestación – recordamos la gran sensibilidad de ella ante las injusticias y desigualdades que durante su niñez de diez tirajes, la hicieron comprender que la humanidad no superó la epidemia de indiferencia que ha sufrido a lo largo de la Historia. Mafalda compartió con nosotros la imposibilidad de vendarse el alma y así aminorar el dolor que produce la pobreza, y fue ella la que al escuchar a dos adultos mofarse de su candidez por haber creído en su infancia que podrían cambiar al mundo, corrió a advertir a sus amigos la mala noticia de que hay que apurarse a cambiarlo, porque si no, resulta que el mundo lo cambia a uno.
Recordar a la ilustrada Mafalda es homenajearlo Sr. Quino y alegra saber que sigue usted retratándonos con agudeza a todos nosotros, en nuestra ambigüedad de nobleza e infamia humana. Logra usted con sucinto o ningún texto, pero fino trazo y genialidad retratar a nuestras zoo-ciedadades de consumo, tanto las que son muy condescendientes con el egoísmo como aquellas, cuyos tiranos predican a sus súbditos vivir con-su-mismo pensamiento y opiniones.
Soy de los que piensa que los textos y tramas de Mafalda y sus otros dibujos merecen el Nóbel de Literatura por su calidad, que a veces expresan mucho más que centenares de páginas compiladas en libros. Sin embargo, al igual que Mafalda con su iracunda reacción a que pasen los años y no le den un Oscar al Pájaro Loco, tendré que resignarme a que eso no va a ocurrir. No importa, puesto que sé que los galardones están de más para usted.
Hasta los 120 y con salud, Sr. Quino.