El carnaval
La celebración del carnaval tiene sus raíces en el antiguo Egipto, remontándose a más de 5000 años, donde se realizaba en honor al Dios APIs, asociado con la fertilidad. En la antigua Grecia, la festividad honraba al Dios Dionisio, vinculado al vino y la alegría. Durante el imperio romano, se conocía como saturnales en honor al Dios Saturno, y en la era cristiana, su nombre en italiano, «carnivale», marcaba el inicio de la Cuaresma, un período de ayuno y abstinencia de carne. Nada que ver con el jolgorio en el que se ha convertido en algunos países del mundo.
Que ahora tomemos lunes y martes como días de fiesta, para olvidar las penurias a las que estamos sometidos, podría ser útil si, más allá de ponernos máscaras, nos ayudara a pensar que el régimen juega con nosotros en un carnaval perpetuo en el que lo único que se celebra es que nos siguen mareando para permanecer atornillados en el disfrute del poder.