2024, elecciones en México y el mundo
El año 2024 parece ser un año electoral en el planeta. No solo se trata de las elecciones en México que, por primera vez, ve enfrentarse a dos mujeres que quieren dirigir al país, después de años de gobiernos corruptos que lo saquearon y de un gobierno que concluye, el cual puso los intereses del pueblo, de la mayoría de los ciudadanos, como su prioridad; pero, pese a sus esfuerzos, la corrupción, el tráfico de influencias, los abusos de poder y la simulación en el ejercicio del gobierno no pudieron desaparecer; en buena medida, por la incorporación de funcionarios de otros gobiernos a las instituciones, quienes no tenían ningún compromiso con el proyecto del presidente y su lucha contra la corrupción.
El año 2024 será histórico, no sólo para México sino para el mundo, por el número de elecciones que se realizarán; en las que participará más de la mitad de la población del planeta. Sin duda, en cada país el proceso electoral va a adoptar formas muy distintas, de acuerdo con el carácter más o menos democrático de su sistema político. En el nuestro, al concluir las precampañas, lamentablemente, hemos visto a la oposición recurrir a los viejos métodos de las campañas negras y de terror, reviviendo los fantasmeas del anticomunismo y el fascismo en los discursos y la propaganda que circula en los medios digítales.
En este año electoral, nada más y nada menos se llevarán a cabo 76 elecciones nacionales en el planeta, para elegir parlamentarios, autoridades locales, estatales o regionales, presidentes municipales; pero, sobre todo, para elegir nuevos presidentes en muchos países; procesos en los que participarán más de 4 mil millones de ciudadanos.
Sólo en México, además de la elección del presidente o presidenta del país, en las elecciones del 2 de junio de 2024, se elegirán 128 senadores; 500 diputados federales; así como los diputados de 31 congresos locales; presidentes municipales y alcaldes; síndicos; regidores y concejales; se elegirán 9 gobernadores (Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán); procesos electorales a los que acudirán cerca de 98 millones de ciudadanos.
México vivirá unas elecciones históricas, en las cuales se enfrentan dos mujeres diametralmente opuestas.
Una de ellas, la ingeniera Xóchilt Gálvez, representa el pasado de los gobiernos corruptos que saquearon el país y voltearon la espalda al pueblo, llevando sus fortunas amasadas a las Islas Caimanes, España, Suiza o Luxemburgo, respaldada por los partidos que hasta hace pocos años atrás eran enemigos, el PRI, PAN y PRD; la otra mujer, la Dra. Claudia Sheinbaum, representa la continuidad de un proyecto de transformación iniciado en 2018 y la esperanza de profundizar la lucha contra la corrupción y la democracia en México, apoyada por MORENA, el Partido Verde, Convergencia y el PT.
Pero no todos los procesos electorales serán iguales, en términos de mecanismos democráticos y de representación. Si bien México vivirá unas elecciones históricas, éstas no tendrán el impacto de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, en el marco de las tensiones geopolíticas actuales y bajo un sistema de elección indirecta que minimiza a los ciudadanos. Ya hemos visto los resultados de las elecciones en Taiwán del 13 de enero, las cuales acabaron con los sueños de la conservadora Tsai Ing-wen y han abierto el paso a Lai Ching-te, del Partido Democrático Progresista (PPD), lanzando nuevas alertas al gobierno chino que aspirara a que la isla vuelva a ser parte de la gran China continental.
En Indonesia, un nuevo presidente pretenderá darle continuidad a su acercamiento con China; en Rusia, viviremos de nuevo el teatro de Vladimir Putin en sus juegos de roles entre la presidencia y el primer ministro, tal como lo ha hecho en años, al margen de la democracia y de la crítica internacional, en medio de la guerra de ocupación contra Ucrania. Además, habrá elecciones en Bielorrusia; elecciones legislativas de Corea del Sur; elecciones en la India; en Sudáfrica, donde crece el desencanto con el ANC de Nelson Mandela; en Irán, tendrán elecciones legislativas, en un país donde la alternancia es imposible.
Al final de 2024, seguramente veremos redibujada la geopolítica mundial y los bloques comerciales tendrán nuevos interlocutores, los cuales deberán llegar a acuerdos para reactivar la economía mundial y poner fin a los conflictos bélicos, a fin de mejorar el comercio mundial y el crecimiento de las economías nacionales, donde el bienestar de sus ciudadanos ha quedado postergado por el endeudamiento post pandemia de 2020.