Al menos 50 personas murieron tras ataque a campo de refugiados en Gaza

La locura homicida está desatada y todo indica que se agravará. Los repudiables actos terroristas de Hamás, asesinatos y secuestros, contra inocentes israelíes dio lugar a la respuesta irracional de los gobernantes de Israel que decidieron convertir la Franja de Gaza en un gigantesco Gueto que amenaza ser un cementerio para el inocente pueblo palestino allí encerrado, en peligro de muerte por los bombardeos de las fuerzas militares de Israel o por hambre y sed, o de mengua por falta de medicinas y atención médica por el criminal asedio y corte de suministro de electricidad, alimentos, agua, medicinas y combustibles ordenado por los gobernantes de Israel. Benjamin Netanyahu, antiguo héroe de guerra de Israel y autor de varios libros sobre la lucha contra el terrorismo decidió el camino errado: Es evidente que solo confía en la fuerza brutal y arrolladora para destruir el terrorismo. Parece que poco aprendió de tolerancia, de valorar la vida de los otros, de vivir en busca de la armonía y superar las diferencias y desencuentros, de la sabiduría de su padre, el brillante historiador e hispanista Benzion («Hijo de Sión») Netanyahu, medievalista y especialista en la Inquisición Española, quien no alcanzó a ver la lamentable transformación de su hijo de héroe a villano. No es igual combatir contra otros ejércitos que aprobar la matanza de civiles inocentes, niños, mujeres, ancianos y hombres desarmados y no combatientes. Decir que son solo «daños colaterales» es una mentira porque la mayoría de los muertos son mujeres y niños palestinos. Ya los gobernantes de Israel, con Netanyahu a la cabeza, han reconocido que ordenaron bombardear un campo de refugiados matando a decenas de civiles inocentes para matar a un dirigente de Hamás. Para ellos, para los enloquecidos gobernantes de Israel cegados por el odio, el racismo anti árabe y la sed de venganza, la vida de los palestinos no vale nada. Netanyahu escogió el camino de la violencia y con ésta errada decisión alejó la paz duradera de Israel y masacrar a un pueblo inocente e indefenso, como es el pueblo palestino ante el poderoso Ejército de Israel, no solo recuerda al inocente e indefenso pueblo judío ante la poderosa Alemania Nazi que perpetró un genocidio contra ellos, el Holocausto, también recuerda que los jerarcas nazis terminaron derrotados, aplastados, y murieron como abominables monstruos genocidas, ya por propia mano, al suicidarse, o en la horca, como vulgares asesinos. Los Nazis también se creyeron todopoderosos y por esto se mostraron arrogantes, soberbios y en su locura homicida no entendieron que ya no tenían brújula moral. Netanyahu sacó a Israel del camino de la negociación y la Paz y lo enrumba por el infernal camino de la violencia y la guerra. Un mal para Israel, cuyos gobernantes no entienden que el mundo los compara ahora con los alemanes Nazis, los antiguos verdugos del inocente pueblo judío. Y ahora los inocentes son los palestinos masacrados por la declarada venganza de gobernantes que actúan como tarados morales. En el gigante Gueto de la Franja de Gaza los gobernantes de Israel, sedientos de sangre y venganza, están masacrando a inocentes civiles palestinos y escriben así una negra página en la historia de Israel y de la Humanidad, que nos avergüenza a todos, porque cada masacre, cada matanza, cada genocidio, es un mancha eterna de oprobio y vergüenza para toda la Humanidad, no solo para sus criminales perpetradores.