¿Podrá aceptar la población algo distinto a las primarias?
En las últimas semanas, se ha generado un debate en las redes sociales y entre sesudos analistas políticos, acerca de qué hacer con aquellos candidatos que supuestamente están inhabilitados. Además, otro tema que ha sido objeto de discusión es, si dado que las encuestas muestran una ventaja inalcanzable para María Corina Machado, ¿por qué no proclamarla de una vez como la candidata de consenso?
Sin embargo, es importante entender que lo que la población realmente desea es poder ejercer su derecho al voto y no que se decida por ella. La sociedad está cansada de las fórmulas políticas preestablecidas y de que se les imponga a candidatos en los que no confían ni sienten entusiasmo, aunque estos puedan tener méritos indiscutibles.
Otro error común en la política es pensar que la población vota en contra de algo o alguien, en lugar de hacerlo a favor del que propone soluciones y brinda esperanza. Esto quedó evidenciado recientemente en las elecciones de Ecuador, donde se observó que los votantes optaron por respaldar a aquellos candidatos que presentaban propuestas concretas y generaban confianza, en lugar de simplemente votar en contra de los otros contendientes.
Es importante entender que las primarias son una herramienta fundamental para conocer el liderazgo político de los candidatos. Estas elecciones internas funcionan como una especie de súper encuesta que permite determinar quiénes son los candidatos con mayor o menor apoyo popular. Es comprensible entonces que algunos sectores políticos prefieran evitar la realización de primarias, ya que temen los resultados y el posible desprestigio que podrían sufrir si se revela su falta de apoyo popular.