La campaña para desvirtuar las primarias
Es evidente que el régimen no desea que las primarias se lleven a cabo, porque estas, más que elegir a un o una candidata a las elecciones presidenciales de 2024, también representan un mecanismo crucial de movilización y unidad nacional. Si se realizan con éxito, esto podría socavar las posibilidades de triunfo de Maduro o cualquier otro candidato respaldado por el régimen en unas elecciones que se aproximen a la verdadera libertad y equidad.
Por lo tanto, su campaña en contra de las primarias, utilizando intermediarios para desacreditar el proceso, es un claro indicio de su temor. Han empleado diversas estrategias, desde intentar exigir amparo mediante el habeas data hasta el uso de personas que anteriormente formaron parte de la comisión de primarias para que públicamente las descalifiquen. La última artimaña es afirmar que en este proceso solo votarán 1.500.000 personas, pero resulta injustificado comparar esta cifra con elecciones nacionales supervisadas por el CNE. Además, cualquier cantidad será mayor que el tamaño de muestra utilizado en la mayoría de las encuestas, que rara vez supera los 3.000 participantes.
Es importante destacar que este proceso democrático es preferible a la selección a dedo o por consenso, especialmente cuando se cuestiona quiénes son los que realmente participan en esta supuesta decisión. Si la cifra de votantes les parece insignificante, entonces no deberían temer que participe el candidato o candidata ganador(a) en las primarias. Esto, siempre y cuando no haya inhabilitaciones injustas. Su empeño en obstaculizar las primarias es una clara señal de que son conscientes de que han perdido el apoyo popular y que buscan evitar un proceso democrático que podría confirmarlo.
El ciudadano de a pie guiere la primaria