Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos
La Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos dispone: “Una Milicia bien regulada,, es necesaria para la seguridad de un Estado libre, no se prohibe por la ley; el derecho del pueblo a poseer y portar armas, no será infringida”.
Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiera tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que, cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan «más rápido y mejor» que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.
Muchos historiadores y académicos convienen en que lo que motivó que se aprobara la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos fue la necesidad de que en todo el territorio de dicho país hubiera una milicia armada, constatando que en vastas regiones del país no había presencia de fuerzas policiales ni militares. En esas regiones reinaba la ley del desierto y generalmente los ciudadanos eran víctimas de bandas armadas, sobre todo en el llamado “Lejano Occidente”. Lo que se buscaba era crear “milicias bien organizadas” que fueran legítimas y pudieran tener y portar armas. En la época de la enmienda, las armas disponibles eran mosquetones y pistolas. Pero vemos que, a lo largo del tiempo, ese derecho se interpretó en el sentido de que los ciudadanos podían tener y portar armas más sofisticadas, como ametralladoras y fusiles semiautomáticos y hasta disponer de granadas y explosivos.
La Asociación Nacional de Rifles de los Estados Unidos defiende a capa y espada la venta de toda clase de armas y por cuanto financia la elección de miembros del Congreso, se vale de ello, y logra que no se apruebe una ley federal que se imponga sobre leyes de los estados y fije estrictos límites a la venta de armas.
Se ha visto que, en lo que va de año, se han producido 150 ataques con poderosas armas de fuego que han causado la muerte de muchísimas personas. Esas muertes se habrían podido evitar si los asesinos no hubieran podido comprar libremente esas armas o tener acceso a ellas.
Se hace necesario aclarar que, fuera de la tenencia de armas hay otras razones que conducen a esas matanzas, a saber, el culto a la violencia, difundido por toda clase de medios, entre ellos los juegos electrónicos que los niños adoran y que enseñan a matar. Es importante notar que cuando un individuo causa muertes en uno de esos actos criminales, las fuerzas policiales lo matan, y que sería preferible que lo arrestaran para averiguar el motivo que lo llevó a los asesinatos.