Periodismo, una profesión riesgosa
A los periodistas venezolanos en su día, 27 de junio
Para las más de 8.900 víctimas de violaciones de derechos humanos (DDHH) que pidieron a la Corte Penal Internacional (CPI) la reanudación de la investigación contra Venezuela por la presunta comisión de crímenes de lesa humanidad, y en especial para los periodistas incluidos en ese macabro expediente, debe haber resultado un regalo de la justicia que la CPI haya confirmado la instancia mediante un documento difundido precisamente el martes 27 de junio, Día Nacional del Periodista. Un acto de justicia que sin duda satisface a todo venezolano de bien, testigo indignado de las maniobras obstaculizadoras del régimen en afán de engavetar el justo reclamo de la sociedad venezolana, hecho realidad a través del esfuerzo infinito de tantos defensores de DDHH y organizaciones no gubernamentales, dispuestos a todo trance a plantar cara al régimen en sus despropósitos despóticos de control social.
Acostumbrado como está a vestir con ropaje legislativo los atropellos a la ciudadanía, el régimen ha elaborado una jurisprudencia amplísima para entorpecer el ejercicio de la libertad de prensa, de expresión, de pensamiento, de información. La Ley Orgánica de Telecomunicaciones, la de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, la de Transparencia y Acceso a la Información de Interés Público, la Ley contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia, son apenas unas pocas de las muchas enfiladas a coartar derechos humanos inalienables y que apuntan a limitar el ejercicio del periodismo.
Según cifras ofrecidas por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y señaladas en el libro «Consumo Informativo y Cultural en Venezuela», entre 2013 y 2018 se produjo el cierre de 115 medios de comunicación en Venezuela. Además, el SNTP denunció que entre enero y octubre de 2022, salieron del aire 79 estaciones de radio, un promedio de 8 emisoras por mes, afectando el 66,6% del país. De acuerdo con la ONG Espacio Público, al menos 233 emisoras de radio han sido cerradas entre 2003 y 2022, o sea, el 64% de los medios de comunicación apagados en Venezuela.
En ese mismo libro se reseña que en cuanto a prensa escrita, en 2015 el 38,8% de la población leía diarios impresos nacionales, cifra que se redujo a 3,1% en 2021 y a 1,9% en medios regionales. Esto es así porque a partir de 2013 el régimen controló la importación y venta de papel periódico a través del Complejo Editorial Alfredo Maneiro, lo que forzó el cierre de importantes medios impresos (69 de ellos entre 2013 y 2018). En 2021 circulaba apenas una veintena de periódicos de al menos 130 impresos que existían 8 años antes. A esto siguió el bloqueo a medios digitales, con el consiguiente descenso de Venezuela al puesto 159 entre 180 países evaluados por Reporteros Sin Fronteras (RSF) en 2022.
Transparencia Venezuela en su informe 2023 destaca que en los últimos 24 años en Venezuela se ha construido un aparato hegemónico de medios públicos dedicado a reproducir la narrativa oficial, sustentado en opacidad, censura, cerco a la prensa independiente y hostigamiento a periodistas y ciudadanos, todo un arsenal restrictivo de la libertad de prensa. Con esas tenazas, la estrategia gubernamental ha sido exitosa en enmascarar la dimensión de la crisis humanitaria sin precedentes que atraviesa el país.
«En Venezuela ejercer el periodismo se ha convertido en una profesión de alto riesgo [… y hay] una política de Estado de agresiones contra periodistas y medios para generar censura, minimizar las opiniones y evitar que el ciudadano sea informado debidamente», dice Edgar Cárdenas, secretario general del Colegio Nacional de Periodistas (CNP). Comprendiendo la importancia capital de las comunicaciones para modelar sociedades, «es una lástima que [el régimen] haya aplicado esa comprensión a la causa equivocada» decía Antonio Pasquali, ilustre profesor de comunicación social.
Fue en 1817 cuando Simón Bolívar escribió a Fernando Peñalver para pedirle «…una imprenta, que es tan útil como los pertrechos», ratificando así la importancia de las ideas en medio de la guerra. Fue así como el 27 de junio de 1818 salió a la calle el primer número del «Correo del Orinoco», que circuló por 4 años como contrapartida a la Gaceta de Caracas, de espíritu realista. Su lema: «Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público», es hoy objeto de burla por un régimen enfocado en socavar las libertades de los venezolanos. Desde 1964 tenemos permanente recuerdo del propósito del Correo del Orinoco original (no del usurpador actual) al evocar cada 27 de junio el Día Nacional del Periodista, en recuerdo de una fecha que hoy, más que nunca, nos inspira a apoyar a un gremio empeñado en la información veraz y la defensa de la libertad, a todo riesgo.