El Editorial

La cárcel “Mandela” y el “feminismo iraní”

El líder sudafricano resistió prisión por 27 años contra el régimen del apartheid y al salir lideró un proceso de cambios que permitió el fin de racismo institucionalizado en su país

Bautizar a un Centro de Detención con el nombre de “Nelson Mandela”, en una nación con un juicio pendiente ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y donde se ha documentado la tortura y asesinato de personas por razones políticas, es un despropósito, por decir lo menos.

El líder sudafricano resistió prisión por 27 años contra el régimen del apartheid y al salir lideró un proceso de cambios que permitió el fin de racismo institucionalizado en su país. El emblemático nombre de Mandela caracteriza en su simbología lo opuesto a la violación de los derechos humanos y al ejercicio del autoritarismo y la intolerancia.

Otro hecho insólito sorprendió recientemente a la opinión pública venezolana. Durante la visita que realizó a Caracas la primera dama de la República Islámica de Irán, Jamileh–Sadat Alamolhoda, participó en un encuentro en Caracas para destacar el rol de la mujer.

El año pasado Irán vivió intensas protestas tras el asesinato de Mahsa Amini, una mujer kurda de 22 años, durante su detención por supuestamente no cumplir con las reglas del hiyab (velo). Las protestas dejaron gran cantidad de muertos y detenidos.

Ambos hechos ocurridos en suelo venezolano constituyen un intento fallido por reconfigurar la realidad. En diciembre próximo se conmemoran 75 años de la Declaración Universal de los Derechos humanos, es propicio el momento para reconectarse con las obligaciones de las instituciones en esta materia, en vez de usarla como panfleto.

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Un comentario

  1. La burla y la desfachatez de estos personajes solo es permitida en regímenes como el que nos (des)gobierna y como el que nos visita. Lástima que la ignorancia que impera en el país aplaude este tipo de acciones. Pongamos un poco de nuestra parte y seguro que tendremos oportunidad de salir de esta desgracia.

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