América Latina entre el Dólar Americano y el Yuan Chino, o la Creación de una Moneda Propia

Entre el Pasado y el Futuro

La historia reciente de América Latina se escribió en gran medida y hasta hace relativamente poco tiempo alrededor de Estados Unidos, pero desde unos años el relacionamiento de China con la región ha avanzado aceleradamente, como lo ha hecho el gigante asiático con Europa, Africa y Asia. 

Para no pocos, histórica y regionalmente, EEUU consideró a Latinoamérica su “patio trasero”, al punto de abandonarla o prestarle poca atención a su desarrollo, mas allá de atender los conflictos políticos que le interesaban y que aparecían en la región. Estemos o no de acuerdo con esta interpretación o posición, lo cierto es que EEUU ha perdido presencia e influencia real en América Latina, con perspectivas de reducirse aún más ante el avance de China y la presencia de un “enfoque ideológico de izquierda” alrededor del cual parece avanzar la región, con sus avances y retrocesos temporales.

Adicionalmente, nada descartable es el acercamiento de Rusia a Latinoamérica, a tal punto que algunas veces parece reflejar un movimiento muy bien coordinado y planificado con China, aunque con diferente énfasis, pero con un objetivo común que es el de reducir la influencia de EEUU sobre la región. Todo esto se refleja claramente en el terreno económico y político mediante las estadísticas y el significado de las reuniones y acuerdos firmados entre las partes.

La relevancia de lo que viene aconteciendo es tal que las economías más grandes de Latinoamérica están envueltas en este nuevo relacionamiento y compromiso, tal es el caso de Brasil, México y Argentina, pero que se extiende a muchas otras naciones.

Mirando a futuro, la disyuntiva para la región parecería ser en cómo evitar que el beneficio económico que está obteniendo no permee sus decisiones políticas y por tanto su independencia, tarea por demás muy complicada de manejar en la medida que la relación se solidifica cada vez más.

Algunos Aspectos Relevantes en Materia de Comercio

La relevancia de China en Latinoamérica durante el presente siglo se puede evidenciar en aspectos como los siguientes:

1. La OECD planteó hace unos años en sus perspectivas económicas, explorando los vínculos con Latinoamérica a lo largo de la última década, que China se ha posicionado como uno de sus socios comerciales más relevantes. Ha adquirido una nueva dimensión que tendería a beneficiar a las dos partes, señalando que esta se potenciaría en la medida que el país asiático convierta progresivamente su economía basada en las exportaciones y la inversión en una sustentada en el consumo y los servicios, entre otros factores, mas allá de su simple rol de proveedor de materias primas.
2. El volumen de comercio bilateral entre China y Latinoamérica ha ido creciendo y se ha ubicado entre US$ 300.000 y 400.000 millones. En términos generales, la relación se ha ido fortaleciendo y la pandemia ha sido un episodio para aumentar esa influencia. En este sentido, se ha reportado queChina se ha trasformado en el primer socio comercial de América del Sur y en el segundo de América Latina entera, mientras que representa la mayor fuente de financiamiento de la región. Y todo esto ha ocurrido ante la aparente presencia pasiva de EEUU, en una interpretación que algunos hacen de identificarlo con la lógica misma de la globalización.
3. A las inversiones chinas en proyectos de infraestructura y energía, previo a la situación pandémica de COVID-19, se han unido a las tecnológicas y al otorgamiento de préstamos, siendo muy relevantes en el caso de países con muy baja calificación de crédito, entre ellos a Argentina y Venezuela.
4. De cara al futuro, esto plantea una importante disputa entre China y EEUU, que más recientemente ha alcanzado la explotación de una materia prima clave en estos tiempos como es el litio de Latinoamérica.
5. A título de resumen, un estudio realizado por el Laboratorio Doublethink – Fondo Comunitario Mundial 2022, evidencia que “China mantiene una estrategia de penetración política, económica, militar, académica y comunicacional” alrededor del mundo, y América Latina es un claro ejemplo de esta.

Por otra parte, es importante mencionar que el comercio de bienes de EEUU con América del Sur y América Central alcanzó en 2022 una cifra cercana a US$ 375.000 millones, mostrando una recuperación por segundo año consecutivo y reflejando la importancia que América Latina representa para EEUU, no obstante reconocer que este comercio se concentra de manera importante en pocos países. Asimismo, EEUU también representa una proporción muy importante de la inversión extranjera directa que recibe la región, especialmente en algunas naciones como es el caso de México.

Asimismo, vale destacar que América Latina, en general, no ha mostrado un alto grado de comercio intrarregional a lo largo de los años. No obstante, en un informe del BID de finales de 2022 se reportaban algunos aspectos dignos de referir: a) las exportaciones de América Latina crecieron a una tasa desacelerada respecto al comercio mundial en razón de los shocks externos ocurridos (conflicto en Ucrania, política Covid-19 cero en China y endurecimiento de las políticas monetarias), pero beneficiadas por los incrementos en los precios; b) la actividad comercial de los servicios continuó mostrándose solida; c) la expansión del comercio intrarregional (33,5%) resultó más dinámica que la extra regional (18,5%), haciendo que el peso del comercio al interior de la región aumentara hasta 15,8 % en el primer semestre de 2022; d) es imprescindible dar un renovado impulso a las estrategias de inserción internacional de la región, con una agenda clara de integración regional.

En la Búsqueda de una Moneda Común

En la misma línea de lo antes dicho, el dólar estadounidense es la moneda que ha privado en las transacciones comerciales, de inversión y financiamiento con Latinoamérica, poniendo en evidencia su influencia e importancia regional. No obstante, este escenario se ve hoy día amenazado por la significación de China y su propia moneda (el yuan) en estas transacciones, lo cual ha ido acompañado por las presiones chinas en el ámbito político para dar al traste con el poderío de la moneda norteamericana y así imponer al yuan como la moneda de referencia en estas transacciones. Esto es un proceso claro que está ocurriendo y que muy pocos (por no decir nadie) se atreverían a minimizar o desconocer.

El avance de lo anterior ha sido tal que la moneda china ya se está convirtiendo de hecho en una moneda cada vez más importante en las transacciones bilaterales y en la constitución de las reservas internacionales de los países.

Un gran riesgo para este avance chino en la región latinoamericana sería la posibilidad de un descalabro de magnitud de la economía china, lo cual no se visualiza por ahora en el horizonte. No obstante, justo esreconocer que la debilidad económica de Latinoamérica y su nivel de endeudamiento hacen temer por la fortaleza de las relaciones y la estabilidad regional, a menos que otros factores entren en juego como podría ser el de la aparición de presiones de dominio territorial por parte de China, lo cual complicaría el panorama geopolítico actual de la región y el mundo que tensaría aún más las relaciones entre EEUU y China.

Lo anterior plantea, de manera particular, una interesante disyuntiva para América Latina en términos de la moneda que a futuro prevalezca en la región, ya que ante el avance del yuan se le contrapondría el deseo histórico de la región por poseer su propia moneda regional, aunque es cierto que podrían convivir ambas monedas.

En este sentido, Latinoamérica ha tratado de avanzar en su  comercio planteándose la aceptación de sus propias monedas nacionales, pero también planteando monedas o unidades de cuenta comunes  para estimular el comercio intrarregional, entre ellas el Peso Andino, el ECU y el Sucre, pero que han tenido muy limitado uso. Incluso, la creación del Banco del Sur, llamado a sustituir al Fondo Monetario Internacional y demás bancos de desarrollo multilaterales/regionales planteaba la creación de su propia moneda regional.

Hoy día los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) se plantean también una nueva moneda para transar y que se ha prometido anunciar próximamente, con el objetivo de reducir la influencia actual del dólar norteamericano y romper su hegemonía, más aun si consideramos que la agrupación está abierta y desea la incorporación de nuevos países miembros. Obviamente, sería una nueva moneda que se añade a las propuestas anteriores, yendo por encima (al menos en principio) del propio yuan chino, que habría que calibrar para su convivencia y crecimiento como agrupación.

Pero, lo anterior puede significar para América Latina el abandono, una vez mas, de su histórico y ansiado proyecto de tener realmente una moneda propia regional independiente de las monedas fuertes del mundo, a menos que el yuan termine por “hacerle el favor” de regir como moneda regional. Sin embargo, esto tendría implicaciones muy particulares, restringiendo el manejo de la política monetaria de los países de la región. En este caso, estaríamos, muy probablemente, saliendo de una posible “dolarización” de América Latina (desdolarización) para entrar en una “yuanizacion”, lo cual podría verse como la concreción del proyecto de internacionalización del yuan. En todo caso, América Latina pareciera estar más cerca de una “yuanizacion” de sus economías, que de concretar su sueño de tener una moneda propia regional.

Cabe preguntarse entonces si es esto lo que los países latinoamericanos desean para lograr su independencia económica y aislarse de los shocks externos del comercio y financiamiento mundial como tantas veces se ha defendido y enarbolado…  ¡Realmente no pareciera! … ¿O será que América Latina está transitando una nueva “trampa” que retardará nuevamente su desarrollo por no disponer de una renovada estrategia de inserción internacional y de una clara agenda de integración regional?

… Amanecerá y veremos.