Hasta cuándo vamos a culpar a España por nuestros propios errores
España no conquistó sino colonizó a Hispanoamérica. Más allá de la leyenda negra que fue fabricada por holandeses y difundidas por los países que veían al imperio español como un obstáculo para sus propios propósitos imperiales, es bueno dejar de lado esa visión que percibe a nuestro pasado colonial como algo oprobioso y esclavista. Los imperios romano y español han sido los únicos verdaderos imperios de la historia y ambos extendieron a los habitantes de sus extensos territorios su ciudadanía, lo que nunca hicieron los demás países que conquistaron territorios en diversos continentes.
España nos legó lo bueno y lo malo que ella era en esos siglos, pero no podemos olvidar que hubo más de 20 universidades creadas en Hispanoamérica, 200 años antes de que se creara la primera en EEUU, entre otras, nuestra propia UCV. También en materia de hospitales España hizo más de lo que hicieron los otros países. En materia de planificación urbana construyeron numerosas ciudades usando como método la cuadrícula. Y así podríamos seguir enumerando hechos relevantes como unificar el lenguaje, incluso respetando los múltiples idiomas locales, y difundir una religión común a todos. Si se hubiera aprobado en 1812 la constitución elaborada por las cortes de Cádiz, el destino de nuestra región habría sido diferente y tal vez la capital del imperio español se habría mudado a Ciudad de México. Hay que recordar que las Cortes Generales de la Nación Española se constituyeron en 1810, luego de la invasión napoleónica y la integraron todas las provincias ibéricas y los veintinueve representantes de los territorios españoles en las Indias, que no eran considerados como colonias sino parte integrante de la monarquía, y los representantes debían ser designados por los ayuntamientos de los diversos virreinatos, capitanías generales.
Por la capitanía general de Venezuela fueron designados: Luis Mendoza por Maracaibo, quien renunció y lo sustituyó, José Domingo Rus. José Ignacio Zavala por Coro, no llegó a posesionarse del cargo. Fueron designados como suplentes, Fermín de Clemente Francia, y Esteban Palacios.
Lamentablemente, el retorno de Fernando VII de su prisión en Francia abortó este importante intento de elaboración de una constitución liberal y se regresó a la monarquía absoluta.
La guerra de independencia, para algunos historiadores una guerra civil, acabó con el imperio español, que sólo conservó bajo su dominio a Cuba, Filipinas, y Puerto Rico, hasta 1898.
Muy bueno su artículo sobre la herencia española.