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Éxodo de la tiranía

Aunque 6 millones de venezolanos han emigrado fuera de nuestro país para buscar una vida más estable, aún no ha comenzado el verdadero Éxodo al que me refiero… salir de una tiranía, no es salir de su geografía, es entrar en una nueva etapa de Venezuela, su economía, sus relaciones sociales y un nuevo contrato social, es entrar al País Prometido.

Ya me reclamaron de no abrir viejas heridas en mi artículo anterior, CAE EL GOBIERNO DE VENEZUELA. Pero si no somos capaces de enfrentar los errores cometidos y reconocer nuestra participación en cómo lo vivimos y marcamos el ambiente a nuestro alrededor para que otros lo vivieran, nada cambiará. Lo que viene será mucho más duro y con dificultad podrás aguantarlo.

“Guerra avisada, no mata soldado”, ¿cómo prepararnos para lo devastador e imposible de prever? Viktor Frankl, el sobreviviente de un campo de concentración nazi, brillantemente clarifica la presente situación de los venezolanos actualmente: 

Pretendo hacer una reflexión sobre el libro del Éxodo de la Biblia. Quizás es necesario clarificar que no pretendo una reflexión religiosa, sino humanista y espiritual de la lucha interna del hombre por discernir el camino que la vida le exige para llegar a la Tierra Prometida, espacio geográfico, pero también de convivencia de un pueblo consigo y su entorno.

El pueblo de Israel es liberado de la tiranía de Egipto

Antes de entrar en tema del período posterior a la salida de la tiranía, miremos algunos de los milagros que permitieron al pueblo salir de Egipto: el endurecimiento del corazón del faraón fue indispensable, el milagro del Nilo aparecer rojo una mañana y otro es la invasión de las ranas por todo el reino. En el libro del Éxodo, tienen consonancia los milagros en Egipto con Venezuela, los estamos comenzando a visualizar en la tiranía que nos rige y gobierna. Primero, la falta de empatía del presidente en reconocer la necesidad de nuestra gente más necesitada; el Nilo teñido de rojo es la división y la tirantez existente entre la codicia y lucha por el poder de los dirigentes; por último, la inconformidad y mal sentir de la base social que una vez celebraban el “Patria o Muerte” de los dirigentes, ahora los encumbrados ven que sus acólitos se convirtieron en ranas.

Es solo cuestión de tiempo para que un error garrafal de la tiranía devenga en el milagro del pase del ángel exterminando a todo primogénito y del cruce del Mar; para dejar atrás la tiranía que nos ha oprimido.

Es mi propuesta que el paso por el desierto de los judíos hace poco más de 3400 años, refleja un proceso psicológico, social y personal que puede iluminar una fase compleja y dolorosa. Aunque no es totalmente novedosa dicha reflexión, contemporáneamente el Dr. Jordan Peterson ha vuelto a hacer relevante dicha interpretación y ciertamente me ha influido a escribir este artículo, pero numerosos eruditos, teólogos y estudiosos a través de la historia, han hecho previamente dicha analogía.

¿Por qué 40 años deambulando por el desierto?

Lo natural del esfuerzo es la resolución ventajosa, si te esfuerzas y decididamente enfocas tu energía hacia un claro objetivo, lo natural es que avances hacia él. Puede que no llegues a la primera, así que tienes que reformular, reflexionar qué puedes mejorar y volver a intentar. Todo está en continuo movimiento y eso nos ayuda a reformular para alcanzar nuestras metas.

Saldremos de la tiranía… pero cuando un sistema corrupto es enorme, con conexión con todas las esferas sociales, económicas y funcionales de un país, cae el caos primigenio es a donde todo retorna.

El proceso entre la salida de la tiranía y llegar a la Tierra Prometida es el período del desierto. Por favor no volver a cantar victoria de la caída, denota ignorancia y falta de criterio; hay más de un depredador con poder en el sistema, y buscará posicionarse.

El país al que queremos llegar es el que puede dar oportunidad a todos, que iguala los derechos para que podamos asumir el reto de la vida que queremos, sin detrimento de nuestras diferencias personales, para alcanzar lo que ambicionamos, con pasos seguros y decisiones lúcidas. Porque los derechos están para que nosotros no tengamos obstáculos cuando asumimos la responsabilidad de hacer algo con nuestras vidas, no para garantizar las dádivas que me permitan vivir sin responsabilidad. Este es el único punto de partida posible para generar el País Prometido.

Llegamos a ese país todos o no hay país dónde llegar.

Las columnas de fuego y humo que guiaron a los judíos en el desierto

Si una cosa he aprendido en mi vida es que, dadas ciertas circunstancias y condiciones, todos podemos llegar a ser guardias en el campo de Auschwitz, director de una farmacéutica que sólo le importan los beneficios por encima de la salud de sus clientes o presidente de Venezuela al comienzo del Siglo XXI. La auténtica luz en una persona, solo se alcanza atravesando la oscuridad interior; hay que salir de la cueva. Reconocer ese potencial oscuro, evita que permanezcas y operes por mucho tiempo desde allí… e inclusive, eventualmente no volver a caer en ello.  Ya lo hemos reflexionado en otros artículos (¿EN VERDAD QUIERO VER? y otros artículos en www.cdots.substack.com).

Forjar el orden en el caos es el reto que enfrenta a cada ser humano en su vida en este mundo. Hay un punto de luz en la oscuridad y un punto oscuro en cada momento de luz; eso simbolizan la columna de humo en el día y la columna de fuego en la noche, que guiaban a los judíos en el paso por el desierto.

A cada giro, los viajeros de la transición hacia el País Prometido encuentran contradicción y adversidad. El mundo al revés, nada es lo que parece, el dolor libera, la comodidad puede estancar. El desierto es la etapa donde los valientes encuentran su debilidad y los blandengues se hacen duros. Es una etapa muy dura, pocos avanzan, la mayoría se estanca. Porque no entramos en un País Prometido como individuos, sino como pueblo… por ello dura tanto.

Las quejas en el desierto

Era mejor ser esclavos en Egipto que morir de hambre en el desierto.
Éxodo 16:3

Cae maná del cielo para alimentar al pueblo. Luego…

¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.
Números 21:5

Aparecen serpientes que pican a los judíos y mueren.

Cuando uno NO sabe dónde está, siempre el horizonte del pasado parece mejor.

Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos.
Éxodo 16:3

Las serpientes son la representación del adversario cuando no sabemos dónde estamos, cuando el caos que nos desborda y echamos mano de todo afuera para no asumir responsabilidad propia. La vida está llena de momentos que inducen a la serpiente a picarnos, pero lo que nos mata son las murmuraciones, la envidia, el resentimiento, la incapacidad de reconocer que estamos donde merecemos hasta que aprendamos la lección; ello nos impide avanzar y nos encalla en un punto recurrente. Dice el Dr. Peterson con acierto, está bien, pero con una o dos serpientes podría aprender la lección, pero ¿tienen que ser cientos?

La preparación para avanzar en el desierto que tendremos que transitar

Yo no soy diferente de mis lectores, todos estamos generando cientos de decisiones todos los días. Hay infinidad de pequeñas decisiones que erramos cada día: una mentira piadosa; es solo una vez, no pasa nada si…; a un mesonero no le doy una propina acorde con su esfuerzo, aunque mi comida hubiera sido costosa. No hablo de grandes decisiones sino de pequeños fallos o incongruencias que van minando tu discernimiento y nos afianzan más en el país que hoy es Venezuela; para llegar a ese país lo hicimos en 40 años. Son síntomas de un malestar mucho más grande. Nuestra experiencia de vida está amalgamada por cientos de pequeños detalles, al igual que la de un país; por tal son errores vitales.

Si cometemos sólo 10 “errores vitales” cada día, en un mes son 300, en un año son 3650… al igual que en nuestra vida son los pequeños detalles que forjan mi experiencia, sucede igual en Venezuela; todos colaboramos, llevamos 24 años cavando este hueco en que se ha convertido Venezuela.

No sólo son mucho más de 10 errores que cometes al día, sino que cada uno afianza un problema en tu vida y define cómo la ves e interpretas. Cuándo tienes que resolver un problema, es mucho esfuerzo y dedicación para desenredarlo; ¿y si son treinta?

El que es de confiar en lo poco, puede asumir más responsabilidad en lo mucho. Comienza a ser la solución de los pequeños problemas que están a tu alcance, no sólo te ayudas a ti mismo y a los que están a tu alrededor, además de posiblemente encontrar otros que arrimen el hombro, sino que también comenzarás a ser parte de la solución de Venezuela.

No esperes por un salvador, ¡eres tú!

Próximo martes en EL PUNTO a la i

La curación de las picadas de serpiente y las tablas de la ley

Cuando sufrimos las dolencias de la vida, no pocas veces son consecuencia de nuestras malas actuaciones u omisiones; concedo que a veces el sufrimiento de la vida es causado por una tragedia, aunque no siempre está claro, cuan responsables somos de algunas tragedias que nos alcanzan.  Sin embargo, contra todo ello hay un antídoto y está a tu alcance.

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