Noticia de última hora: ¡El gobierno de Venezuela cae!

No cabe la menor duda que el gobierno está trabajando para su propia autodestrucción. No importa cuán fuerte y sólido parece, si creas división, aún sin quererlo, te divides a ti mismo. Aunque la mitad de la población pareciera que le gustaría que el gobierno de Maduro cayera, sin embargo, no parece que hayamos aprendido nada de nuestra historia.

El 11 de abril del 2002 fue un día muy singular en la historia de Venezuela. Chávez decide ordenar al General Rosendo que despliegue el Plan Ávila para movilizar las fuerzas armadas a “defender Miraflores” de la manifestación pacífica que avanzaba a pedirle la dimisión a su presidente. Tal acción desencadena una sucesión de eventos que termina en la célebre: “Se le solicitó al Sr. Presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó”, por el Min. de la Defensa Gral. Lucas Rincón esa misma noche.

A la noche siguiente fuimos unos 12 amigos a cenar en un costoso restaurante de Valencia, Venezuela; todo era alegría y algarabía, empezaron a pedir Champagne. No recuerdo ahora si fui el único en la mesa, pero yo no quise tomar ni brindar, lo tenía claro, quería esperar a que ese lodo fraguara. Al día siguiente veíamos en la tarde como Chávez era devuelto a Miraflores y juraba estar arrepentido y que cambiaría.

¿Qué devolvió Chávez a Miraflores?
A mi parecer hay tres razones principales:

Primero, la ineptitud política del entonces presidente de FEDECÁMARAS y “supuestamente” presidente interino, Pedro Carmona Estanga, a quien Luis Michelena le ofreció juramentarse en el Congreso con los diputados, con los que aún no habían abandonado como ratas el zozobrante barco, lo cual él rechazó alegando que era un congreso ilegítimo. Dicho hecho lo conozco de alguien presente cuando le hicieron la políticamente astuta propuesta.

Segundo, los muy listos tecnócratas que buscaron posicionarse en el nuevo efímero gobierno, dando una señal clara que volvíamos al ecosistema anterior de la intentona de Chávez del 4 de febrero de 1992. Ese evento había elevado a Chávez al estrellato, luego de lanzar a todo un país al caos, por la célebre frase: “Compañeros, lamentablemente ‘por ahora’, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital”.

Tercero, y quizás el más importante, no estábamos preparados para otro modelo de política, nos tomó por sorpresa y los tontos se alegraron, y los vivos buscaron posicionarse.

Todo ese pasado nos debería llamar a reconocer que no salimos en su momento de Chávez porque no estábamos preparados para esa transición; al igual que las instituciones, la sociedad, y los individuos tampoco lo estábamos.

Y ahora estoy seguro que tampoco y hay que reflexionar sobre ello.

No hay nada más cierto que Maduro caerá.

Cuando lo he preguntado a amigos, al unísono escucho, “¡por favor!”. Yo veo con absoluta claridad que el caos que ahora tenemos está sostenido por la complicidad, el amiguismo, los intereses cruzados, de muchos, pero muchos en Venezuela; pero también por la omisión de otro tanto. El gobierno ha hecho de su política social, la complicidad de la población y todos apuntalan al sistema para que no caigan sus preventas y beneficios; o si no, al menos para que las cosas no vayan a peor. Y por favor, no dudes de que puede ser posible hundirnos aún más.

El gobierno de Maduro caerá, no hay ninguna duda. Pero se ha constituido en una especie de monstruo con tentáculos y conexión con casi todas las instituciones del país. Si cayera, cae todo.

Para reflexionar sobre los procesos de salida de una tiranía, podemos ver otros países que lo han hecho, pero quizás no nos vendría mal, ver más atrás. Las historias ancestrales, tienen un matiz arquetipal que nos ayuda a comprender los planos psicológicos y sociales de las realidades más primigenias y que nos muestran patrones que ilustran e iluminan los grandes procesos de la Vida.

Cuando el pueblo judío fue guiado por Moisés fuera de la tiranía de Egipto donde habían permanecido por 300 años, no fueron directos a la Tierra Prometida. ¿Por qué? Porque al salir de una tiranía, donde por años se ha convivido con el totalitarismo, como la Unión Soviética 70 años, o en nuestro caso de 24 años, no se sale y todo mejorará. Mientras más aspiras a subir, más profundas tienen que ser tus raíces, y ellas no profundizan al momento, toman tiempo y esfuerzo, conflicto y adversidad y mantenerse en el curso con determinación y perseverancia. La manera más rápida para hacer esa transición tan dura, es que los individuos de esa sociedad maduren y asuman responsabilidad del por qué estaban allí y como participaron para el descalabro… no hay otra manera. Para eso es el desierto, para fortalecer el carácter, centrar la visión y reafirmar la determinación.

Escucho casi gritos, pero “ellos han destruido las instituciones, la democracia y ahora hasta la educación”. Ahora no recuerdo donde una vez leí, si en un sistema se corrompen 70 partes de 1000, ósea 7%, el sistema entero se hace inestable y tiende a colapsar. Pero también es cierto que una sola persona puede cambiar el curso de la historia. Napoleón, Hitler, Gandhi, Jesús, Buda, pero ninguno de ellos lo hicieron solos. Necesitaron de ayuda.

“No preguntes qué puede hacer tu país por ti; pregúntate qué puedes hacer tú, por tu país”, fueron las célebres palabras de John F. Kennedy en su discurso inaugural como presidente el 20 de enero de 1961. Nunca unas palabras fueron más relevantes para Venezuela o los países de nuestro continente. Olvídense de las instituciones, enfóquense en UDS, en sus familias, levanten la cabeza y hagan aquello que saben es correcto; dejen de mentir, de colaborar con lo que saben es incorrecto, basta de escurrir el bulto; dejen de mirar afuera para resolver sus vidas, miren adentro y vean qué están derrumbando dentro de UDS por sus actos y omisiones. Esa es la mejor manera que ahora pueden ayudar a nuestro país. Dí con determinación: ¡basta! Sé tú el puerto donde encalla el barco de responsabilidad y PUNTO.

La tormenta está avisada. Cuando algo crece desproporcionadamente y es corrupto en su manera de actuar y relacionarse, no queda otra, va a caer. La cuestión no es “si va a caer”, sino “cuándo”; y también qué se llevará cuando se vaya por el desagüe. El gobierno venezolano está ahora traicionando a sus fundadores y colegas de mentira y maldad… ¿qué crees que va a pasar a mediano plazo? El miedo sólo funciona por un tiempo, hasta que el adversario ve la oportunidad de una debilidad y aprovecha la apertura para traicionar al que está arriba.

El diluvio viene, sé parte de aquellos que comienzan a construir el arca, o ayuda a otros a hacer lo mismo. Sé tu mejor versión, eso es lo que Venezuela necesita, seamos la luz que una vez fuimos para todo un continente… nunca fueron más necesarias las palabras de nuestro Libertador.

Próximo martes en EL PUNTO a la i

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