Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes presenta «Jesucristo Superstar» para pagar reparaciones en su infraestructura
La noche del 1 de abril, un grupo de jóvenes tomaron los espacios de la Plaza Italia de la avenida San Martín para la presentación del musical «Jesucristo Superstar». La puesta en escena fue coordinada por la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, que arriba a sus 100 años de fundada y, a través de diferentes actividades, busca obtener el dinero suficiente para ejecutar una serie de reparaciones en su fachada e interior.
Los miembros de la comunidad y la feligresía se congregaron en el sitio para disfrutar de un espectáculo innovador. La expresión artística fue llevada al altozano de la iglesia, en donde jóvenes que hacen vida en sus grupos pastorales rompieron los estándares de las manifestaciones de fe tradicionales a la cuaresma y la Semana Santa.
Con un juego de luces que arropó todo el espacio y una acústica poderosa, el famoso musical de la década de los setenta «Jesucristo Superstar» salió de Broadway para ser visto en las calles de uno de los sectores más populares de Caracas. Una producción que fue posible gracias al auspicio de empresas como PastelPanes y Estampados con Fe.
Bajo la dirección de Salvador Orozco, miembro activo de la parroquia, la obra contó con la participación de más de cincuenta personas, entre actores y equipo logístico, de edades comprendidas desde los cinco años hasta más de cincuenta.
“La iniciativa surge en diciembre. Le dije al padre César Lawsan, párroco del recinto, para hacer el montaje de Jesucristo Superstar. El musical es la inspiración de los viacrucis que se hacían en la parroquia; pero nunca se hizo el musical. Y el objetivo que nos trazamos con esta actividad es ayudar al mantenimiento de la parroquia, pues va a cumplir un siglo y hay deterioros en su infraestructura, específicamente dentro del templo. Esta es una de las maneras en que los jóvenes de la parroquia hacen bulla para llamar la atención de colaboradores”.
Para la presentación se vendieron 200 entradas, cuyo costo variaron entre un dólar y dos dólares (si querías un snack). Aunque en menos de un mes se agotaron las entradas, el monto total recaudado no supera los 300 dólares.
El musical se presentará nuevamente en la iglesia Nuestra Señora de Chiquinquirá, ubicada en La Florida, el próximo 6 de mayo a las 7:00 pm. El equipo fue invitado por el grupo pastoral Emaús para reunir fondos para un retiro, pero un porcentaje de los ingresos será donado a la iglesia Nuestra Señora de Lourdes. Y si bien, lo que nuevamente se recaude no es suficiente para el trabajo que la parroquia necesita, los organizadores aseveran que esta actividad “es un llamado de atención para las personas que quieran unirse al proyecto” de recuperarla.
La “obra del centavo”
Quienes hacen vida en sus espacios conocen la célebre historia. En 1922, la congregación francesa Hijos de María Inmaculada se asentó en el sector Palo Grande, de la Avenida San Martín de Caracas, para misionar en el barrio El Guarataro.
Entonces, la necesidad de construir una capilla fue creciendo, y el padre Augusto Pavageau dibujó bocetos inspirados en icónicas obras arquitectónicas, presentado al superior, el padre Pedro Michaud, una infraestructura de estilo gótico.
Fue el padre José Calvet el que organizó la búsqueda y recepción de fondos mediante la campaña “Obra del centavo”, la cual consistió en designar a diez tesoreros, celadores y suscriptores para que comprometidos con el proyecto donaran semanalmente un centavo semanal. Aunque el aporte no era suficiente, feligreses y personas inspiradas con la iniciativa, donaron dinero y organizaron actividades profondos.
En total se recolectaron dos millones de bolívares aproximadamente. La obra fue dedicada a la Inmaculada Concepción, y el 8 de diciembre de 1924 se realizó la primera misa entre los cimientos de la infraestructura que hoy se conoce. Doce años después, en 1957, la estructura fue erigida como iglesia parroquial y su nombre fue cambiado a Nuestra Señora de Lourdes en honor a los fundadores.
La centenaria estructura es uno de los templos más icónicos de la ciudad; sin embargo, aunque la congregación y la feligresía por años ha dedicado a mantenerla en pie, la crisis también ha tocado a sus puertas, ocasionando filtraciones tanto en su fachada como en el interior de sus naves que debilitan la edificación.
“Cuando nos paramos de frente al templo, la torre que está de lado izquierdo, sobre el Santísimo Sacramento, conserva la campana más grande de la iglesia y su piso tiene un agujero; la fachada tiene filtraciones que se han comido los frisos; hay plantas que han crecido en los alrededores de la estructura. Hay que ir trabajando poco a poco”, agrega Orozco.
El dirigente señala que el apoyo es importante para poder llevar a cabo los trabajos que la parroquia requiere, por ello se están organizando más actividades con las que se pueda recaudar el dinero y costear las reparaciones.
“Si no le hacemos un cariño a la parroquia se nos puede caer encima. No hay la suficiente entrada de colecta como para poder ser autosustentable. Aquí todo el mundo hace un aporte. Hay un equipo que coordina las actividades de los 100 años de la parroquia y hay delegaciones que hacen actividades pro fondos para ir recogiendo”.
