No podemos seguir en un círculo vicioso
Muchas veces tenemos la impresión de que vivimos atados a una noria o, peor aún, que repetimos a diario el mito de Sísifo.
Nos resulta difícil entender que ese sentimiento es el resultado de lo que han terminado por incrustar en nuestras mentes al hacernos pensar que hagamos lo que hagamos, intentemos lo que intentemos, el régimen cuál porfiao, siempre se mantendrá incólume en el poder.
Ese estado que podríamos calificar como catatónico, nos nubla la mente y nos impide ver la realidad, que más bien es la de una estructura de poder que se está fragmentando por las múltiples y visibles contradicciones evidenciadas en la ruptura de la ley del silencio o de la omertá, requisito esencial del poder detentado por una unión de intereses comunes.
Frente a eso si hay una real posibilidad de avanzar hacia una transición democrática y esta será posible en la medida en que las primarias logren unir a la oposición tras un candidato o candidata que tenga un respaldo mayoritario de la población venezolana.
De acuerdo