Hace falta seriedad
No todo puede ser tomado a chiste, ni mucho menos es aceptable que todo evento público de naturaleza política tenga que ser, como se dice en criollo, meneando el esqueleto.
La situación del país es grave en todos los sentidos, no sólo por la destrucción del aparato productivo, el incremento de la desigualdad y la necesidad de emigrar para sobrevivir, sino también por la quiebra de los valores éticos y morales que propaga el régimen con sus malos ejemplos.
Y esto viene a colación no solamente con el destape de la olla podrida de PDVSA que es la evidencia palpable del tejido corruptivo que se ha impuesto en la administración de los bienes públicos. También nos referimos a la forma de hacer política con base en la mentira y el engaño para tratar de disimular la quiebra del país.
Todos tenemos que enseriarnos y proceder a enfrentar la realidad construyendo soluciones a los principales problemas. Eso no se logra con palabrería vana, sino sentándose en una mesa a negociar.