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El Sacrificio correcto para que la vida florezca

Uno de los mayores logros de la humanidad es la comprensión de que hay un orden en el Universo. En el siglo 6 a.C. Pitágoras postuló formalmente la idea de que el tejido de la realidad era armónico, y podía ser conocido y actuar sobre él. Sin embargo, bien puede remontarse a nuestros antepasados primordiales, y fue la intuición religiosa la que le dio forma a esta singular idea. Uno de los ejemplos más singular es el Génesis en la Biblia, en ella los judíos navegan su camino a través de la vida que eventualmente revolucionaría el campo de la ontología.

En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Ahora la tierra estaba sin forma y vacía, la oscuridad estaba sobre la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas.

Y Dios dijo: «Sea la luz», y hubo luz. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de la oscuridad.

Genesis 1: 1-4

Europe (1794), William Blake

Es interesante que, en el proceso de creación del universo en seis días del Genesis, al crear cada dimensión del universo Dios especifica “era bueno”. Esta singular afirmación señala dos grandes verdades, todo lo creado ES bueno y es la mente la que alterna esa valencia; la otra verdad es que cuando nosotros ejercemos esa singular habilidad de darle vida a algo asignándole un nombre, esfuerzo por incorporar lo nombrado a nuestra consciencia y separarlo del primordial caos, entonces ES o existe.

Así como es arriba, es abajo (EN: as above, so below); o podemos decir: así como es afuera, así es dentro. Tenemos dentro de nosotros todo el universo. Como Rumi afirma con singular genio: No eres una gota en el océano, eres un océano en una gota. Estás avasallado en tu vida por el caos, forzado a poner orden y separar la luz de la oscuridad, o el trigo del bagazo. Si no lo haces, el caos incrementará desenfrenadamente en tu vida; si lo haces, lo reconocerás como Bueno.

Hay orden en el proceso de creación, el Logos[1] ordena el caos inicial. Primero la intención, seguida por el postulado presentado (el Logos) y luego la acción que crea el Universo.

¿Es tan diferente de nuestra experiencia de la vida cotidiana?
Piénsalo detenidamente.

Te levantas cada mañana para ir a trabajar o estudiar o lo que sea que hagas, ¿por qué lo haces? ¿Por qué no robar, engañar o hacer lo que haga falta para obtener lo que quieres? Porque hay algo dentro de ti que cree que puedes mejorar el mañana si trabajas «diligentemente» en lo que haces hoy. ¡La intención! Pero le acariciamos al azar, siguiendo «las reglas» de la cultura, las costumbres y lo que otros hacen, y lo hacemos sin rumbo.

Pero, si queremos crear algo significativo en nuestras vidas, no nos limitamos a saltar de la cama, ducharnos y vestirnos para empezar el día. Hacemos un balance del día, nos centramos en nuestros mayores objetivos primero; planificamos, nos organizamos y actuamos. Todo lo que podemos hacer para aumentar la probabilidad de lograr lo que buscamos eras de alcanzar nuestra meta. Entonces, aplícate y da gracias por la oportunidad y hazlo de todo corazón.

Newton (1805), William Blake,

Ahora, si te lo tomaras verdaderamente en serio, lo harías antes de irte a la cama para ayudar a tu psique a organizarlo en tu subconsciente.

¿Cuál es el sacrificio apropiado para que tu vida pueda florecer?

Sí, nos despertamos cada mañana y hacemos lo necesario para comenzar el día. Para muchos, puede ser preparar el desayuno para la familia y llevar a los niños a la escuela, para otros es planificar un día de trabajo productivo, para otros… queda clara la idea. Algunos días te «sientes» más entusiasta y otros menos. Pero haces lo que tienes que hacer «casi» todos los días. La pregunta sigue siendo, ¿por qué lo haces? Hábito, o necesidad de poner comida sobre la mesa y pagar las cuentas, o tal vez unas vacaciones de verano o un juguete nuevo que deseas.

¿Cómo hacemos para que nuestro día tenga un propósito suficientemente significativo para que valga el esfuerzo que hacemos? La receta de tu sacrificio para compensar el esfuerzo que pones en él es compleja, pero hay algunos básicos que podemos hacer para ponernos en el camino correcto hacia una vida exitosa.
PRIMERO: ¿estás agradecido por lo que tienes?  Si vives tu vida con gratitud, atraerás abundancia a tu alrededor. Cosas simples como una sonrisa mientras saludas a alguien o estar conscientemente agradecido cuando alguien te ayuda, o dar la bienvenida a una situación incluso si no puedes ver su beneficio inmediato; ayudan mucho a ordenar tu mente y voluntad. Una actitud abierta y acogedora hacia todo es la fusión atómica para impulsar un cambio profundo en tu vida.
SEGUNDO: ¿tienes claro a qué apuntas y cuáles son tus prioridades? Nadie lo dice mejor que Jordan Peterson, una gran parte de la razón por la que las personas fracasan es porque nunca establecen los criterios para el éxito; dado que el éxito es una línea muy estrecha, la probabilidad de que tropieces con ella al azar es prácticamente cero. ¿Qué tendrías que hacer para que tu vida valga la pena todos los esfuerzos que necesitas hacer para despertar cada mañana y vivirla? Imagina cuál es ese objetivo, y haz todos los sacrificios posibles que necesites, para que se haga una realidad.

TERCERO: ¿ves víctimas y perpetradores a tu alrededor? No llego a donde debería debido a cómo me criaron, o mi jefe, o la economía, o mi cónyuge, o los políticos, la lista es interminable. Asume la responsabilidad de todo lo que te suceda. Vivimos nuestras vidas evitando la rendición de cuentas con todas nuestras fuerzas. Está alojado en nuestro ADN a través de millones de años de evolución. Cuando asumes la responsabilidad, te mantienes erguido, te haces notar, y tu supervivencia disminuye enormemente, ya que mimetizarte y camuflarte con todo lo que te rodea permitía a tus ancestros sobrevivir y no ser presa de depredadores. Serás señalado como objetivo cuando te mantengas erguido. Asuma la responsabilidad y ponte de pie y di, conmigo termina la cadena, ¡soy el último responsable!  Cuando haces esto, ese gesto comienza a limpiar el cielo de nubes y tormentas que te impiden avanzar, y el sol sale; comienzas a separar la oscuridad de la luz.

Ahora llegamos a la parte del sacrificio.

La consecuencia de ir por la vida sin rumbo, trabajar toda la semana para tener tiempo para ver la televisión, o ir de excursión, o tener una escapada de fin de semana, o ir a tu restaurante favorito, o comprar un juguete… es catastrófico a largo plazo.

No hay nada de malo en que esas experiencias sean parte de la vida, pero si son el objetivo de tu esfuerzo, si actúas como si tus días solo estuvieran aquí por el placer que obtienes del tiempo que inviertes en la vida, ¡estarás perdido! Tarde o temprano encontrarás un peaje y tendrás que pagar un precio muy alto. Cuando te enfrentes a una profunda adversidad o a una grave crisis (y vendrá), no estarás preparado para ello. Entonces darás ese grito vacío al cielo: ¿por qué yo?  O gritarás con indignación, ¡que injusta es la vida!

¡Ahora has sido advertido!

Entonces, es precisamente la visión de la vida que está ahí, de extraer tanto placer y satisfacción como puedas, lo que necesitas sacrificar. Necesitas invertir tu mayor esfuerzo en lo que es verdaderamente importante, para que puedas estar preparado y lograr lo que es verdaderamente significativo. 

La vida es compleja, todo puede caerse a nuestro alrededor, es verdad que no hay garantías de que si te “portas bien” todo resultará mejor. La verdad, no tienes mejor opción; la otra opción es una receta segura para la autodestrucción y menoscabo de lo más importante que tiene la vida: el sentido que podemos sacar de esforzarnos y luchar contra corriente para hacer que las cosas que veo a mi alrededor estén mejor.

Give me a brake! [ES: ¡dame un respiro!]

Tenemos la idea de que si pudiéramos tomar un descanso, estaríamos mejor. Si pudiéramos ganar la lotería o nuestro jefe renunciara, o si nos ofrecieran un nuevo puesto o un aumento, o … ¡Tú eliges! Las cosas no van a ser más fáciles; tú necesitas crecer, ser más que tus obstáculos. El Universo es la tensión entre el caos y el orden. Las cosas se desorganizan y se desmoronan por sí solas. Tienes un cuerpo, porque en ti la naturaleza ha resistido el cambio y el deterioro. La vida es una fuerza impulsora que desafía el caos y la erosión. La conciencia es el milagro de la Vida que nos permite ser colaboradores con el Creador para completar el Universo, completándonos a nosotros mismos.

Para vivir plenamente, es mejor que te apoyes en el cambio y resistas la decadencia, en otras palabras, ¡SACRIFICA!

Tenemos un trabajo o algo que hacemos cada día, y hacemos lo justo para poder obtener nuestra recompensa o sueldo. Puede que sea un trabajo imperfecto, tu jefe no es el líder de equipo que tú crees debería ser, la gestión de la empresa está desconectada de la fuerza laboral o de la realidad de la calle. Entonces, tienes la excusa perfecta para hacer tan poco como te pidan, para sobrevivir y obtener tu cheque a fin de mes. La posibilidad de lo que puedes llegar a ser te llama a hacer lo mejor que puedas en tu posición, a tus compañeros de trabajo o clientes, a ser paciente con lo que sea que te ponga la vida delante. Trabaja no porque el lugar donde lo haces te guste, sino porque quizás tus acciones ayuden a que se convierta precisamente en ese trabajo que te enamore y deje de ser un trabajo. La felicidad es aprender a amar lo que tengo que hacer.

No te dejes afectar por otros trabajadores a los que no les gusta el trabajo y lo dejan claro a cada oportunidad. Asume la responsabilidad y haz de las horas que trabajas, algo de qué estar orgulloso de ti mismo.

Apunta tan alto como puedas imaginar. ¿Cuál es el mayor valor que puedes visionar? No dejes que nada se interponga entre tú y ese objetivo. Caerás, estarás de rodillas más de una vez, a veces encontrarás que la vida te doblegará. Sigue levantándote y sigue avanzando. Asume tanta responsabilidad como puedas y persigue esa visión. Esa es la aventura por la qué naciste.

Si lo haces, separarás la luz de la oscuridad y podrás decir: ¡ES BUENO!

La Escalera de Jacob (1805), William Blake

Esto es lo que deberíamos enseñar en el colegio.
Eso es lo que las humanidades y los grandes pensadores nos enseñan.

El próximo martes…

MÁS Y MEJOR, no hay otra opción para cada día (Sacrificio 2.0)

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[1]La palabra griega λόγος, o logos, es una palabra con varios significados. Heráclito (c. 535 – 475 a.E.C.)  es el primer griego que nos es el término logos, se refería al principio del cosmos que organiza y ordena el mundo que tenía el poder de regular el nacimiento y la decadencia de las cosas en el mundo.  (https://www.newworldencyclopedia.org/)

Una breve explicación que ilumina el Logos está en el contexto humano, Jordan B. Peterson:
https://www.youtube.com/watch?v=SqIRB9hSaAc

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