¿Quién le puso «la cascabel al gato»?
En el titular de este escrito, a la frase interrogante del enunciado popular se le ha cambiado el artículo referente a «El» por «La», respondiendo al propósito de querer referirnos al venenoso ofidio, reptil o culebra, y no a la pequeña esfera hueca sonora de metal.
Si se quiere, y es necesario tratar de entender su alcance, es porque lo que se procura es comparar, por similitud, al nido de serpientes que protagonizó a finales de diciembre de 2022 el último escándalo político venezolano. Sí, a ese mismo relativo al hecho de defenestrar al Ingeniero Juan Guaidó del cargo de Presidente Interino de Venezuela, y de subdividir a la Asamblea Nacional en comisiones, con poderes usurpados -o supeditados- a la Presidencia de la República.
No pareciera oportuno y necesario describir al desastre sociopolítico imperante en Venezuela, ya conocido y debatido en el mundo entero, para evidenciar el alcance del hecho. Pero sí al insólito y errático empeño destructivo de los diversos sectores y personajes políticos de la sociedad venezolana que, durante 23 años consecutivos de lucha, no han podido unificar criterios y acciones, en beneficio de la recuperación y REFUNDACION del país. Y no ha sucedido porque lo que han prevalecido han sido los intereses personales, la corrupción, además del saqueo público, como el deterioro y la destrucción del tejido económico productor, industrial y financiero del país, además del comercial, y no lo que Venezuela ha necesitado de aquellos que se ocupan de la dedicación al esfuerzo político.
Cada día se complica más la posibilidad de unificar a un país que Dios bendijo con todos los recursos naturales, como de los combustibles para que fuera desarrollado y convertido en un modelo para el resto del mundo. En adición al hecho, por el contrario, se ha permitido su desfalco, como su destrucción por un grupo de sibaritas nacionales y extranjeros, con costo al detrimento y empobrecimiento absoluto de millones de ciudadanos venezolanos.
Tal conjunto de hechos, al final, se ha traducido en el establecimiento de la Sociedad Civil Nacional, hoy dividida en tres grupos claramente definidos de la siguiente manera:
1- El que está conformado por los partidarios e integrantes del régimen, que, inversamente al crecimiento, por su pésima gestión y comportamiento, ha ido en permanente decrecimiento, hasta concluir en la conformación de una minoría afianzada en la fuerza. Internamente, el hecho estructural se encuentra subdividido entre varias cabezas o grupos de poder interno, que los debilita e imposibilita en lo que traduce su permanencia en el poder.
2- El otro se trata de la Oposición venezolana, conformada e integrada por la gran Sociedad Civil y el mayor número de partidos políticos, todo los cuales conforman la mayoría nacional. Se expresa respaldada a nivel internacional por unos 60 países democráticos del mundo occidental, incluyendo a los Estados Unidos de Norteamérica y de Europa. Lamentablemente, el absurdo proceder en la reunión de diciembre de la Asamblea Nacional, para destituir al Presidente Interino y crear una figura multicefálica parlamentaria e inexistente constitucionalmente, se plantea para que proceda en contra del criterio jurídico del Tribunal Supremo de Justicia, es decir, del legítimo nombrado por la misma Asamblea, y conformado por los más avezados reconocidos juristas, relacionados con Academias y Universidades.
En lo que eso se traduce, además, es en que se propicia una nueva división en las filas opositoras y, según el resabio popular, se despoja de sus máscaras a unos cuantos alacranes que permanecían ocultos.
3- Los Alacranes, es decir, esa especie de partidos y de personajes que simulan ser opositores al régimen, pero que juegan siempre para y entre los dos bandos a conveniencia de sus pretensiones y apetencias, solían estar conformados por grupos pequeños y ruidosos, aparentando ser más grandes. Sin embargo, a partir de diciembre del 2022, ampliaron su crecimiento, y lo hicieron después de haber estallado el desencuentro en la Asamblea Nacional, donde gran parte de ellos, quitándose la máscara de oposición, se declararon o se identificaron como lo que eran realmente: ALACRANES.
Para el 2024, constitucionalmente, habrá elecciones Presidenciales (?) salvo situaciones imprevistas o probables que las impidan. Se trata de un hecho y de una acción que se presenta como el próximo gran reto constitucional del país. ¿Motivo?: rescatar y recuperar a la Nación.
Hay un hecho al que se le debe prestar atención y seguimiento. Y se trata de que, no obstante la difícil situación de divisiones sufridas por la oposición, la misma sigue siendo abrumadoramente MAYORITARIA, por lo que tales representes de la Democracia en Venezuela deben lograr la mayor unidad y coherencia posible, para lograr el objetivo de la victoria.
Hasta el presente, y según la opinión de quienes no cesan en mantener el seguimiento organizado del hecho político en el país, hoy sólo 3 candidatos, con sus respectivas organizaciones, porque calzan aptitudes, experiencia y respaldo para ocupar posiciones y apoyo en representación de la sociedad Civil y Militar, el cargo de Presidente de la República.Se trata de CÉSAR PÉREZ VIVAS, de MARÍA CORINA MACHADO y de ANDRÉS VELÁZQUEZ.
¿Y qué deberían hacer tales dirigentes?. Ellos, presentando en conjunto a un único Programa de Gobierno realizable y que garantice la recuperación del país, deberían ir a unas Elecciones Primarias entre ellos tres. Haciendo su campaña electoral, recorriendo el país, incluyendo varios debates públicos sobre los principales temas Socio-políticos y Económicos de la vida nacional. Y, el triunfador, se mediría en las elecciones presidenciales (LIBRES Y SEGURAS) del 2024.
Se considera que, con toda seguridad, el Gran Pueblo Venezolano sabrá escoger al que más convenga, y el 5 de enero del 2025 a quien, como Candidato de la Dignidad, asumiría el cargo de Presidente (a) de la republica.