Eros Ramazzotti hizo vibrar el Poliedro de Caracas con su concierto «Latido infinito»
Después de dos horas de recuerdos y nostalgia, Ramazotti se despidió -agradecido- de su público venezolano y la nutrida comunidad italiana anclada en suelo patrio
Después de 10 años de ausencia de los escenarios nacionales, Eros Ramazzotti puso a latir los corazones de sus fanáticos locales en el Poliedro de Caracas.
El cantautor italiano presentó en «El coso de La Rinconada» su espectáculo Latido infinito, que ya había presentado en España, Estados Unidos, Canadá, México, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Argentina, Chile y Brasil.
Sin mayores artificios, ni chaquetas brillantes, ni efectos especiales, con una camisa y pantalón negro, Ramazotti subió al escenario cuando el reloj marcaba las 9:45 pm. Lo escoltaron siete músicos y dos coristas. Las imágenes de artista, músicos y fans eran capturadas por una pantalla LED gigante.
Y aunque horas después reveló que no se sentía muy bien, el intérprete animó al público en todo momento y supervisaba con suma perfección la calidad del volumen y hasta la intensidad de las luces.
Ramazotti entonó un repertorio que incluyó Latido infinito, Los últimos románticos, Soy (que grabó con el español Alejandro Sanz), Otra como tú, Estrella gemela, Si bastasen un par de canciones, Fantástico Amor, Toma la luna yFábula. Mientras lo hacía, sus incondicionales lo aplaudían y gritaban: «Eros, Eros, Eros».
Pero el italiano no se conformó con impresionar con su potente voz a los asistentes también lo hizo con su ejecución de la guitarra.
«¡Gente de Caracas. Los quiero mucho. Todo bien. Estoy viejo yo!», dijo en un momento de la noche. Ramazotti celebraba 35 años de carrera artística. «Esta ha sido una noche difícil para mí porque es la última función. Por la voz. Lo siento«.
La estrella, quien ha vendido 70 millones de discos en el mundo, hizo delirar a la gente con Fuego en el fuego, Otra como tú, Cosas de la vida yLa cosa más bella. Incluso bromeó con su voz nasal, se tomó selfies y grabó videos con sus adeptos, quienes agradecieron que un artista de su envergadura haya decidido volver a reencontrarse con ellos.
Después de dos horas de recuerdos y nostalgia, Ramazotti se despidió -agradecido- de su público venezolano y la nutrida comunidad italiana anclada en suelo patrio