Las elecciones primarias y presidenciales serán el «gran thriller» venezolano
El proceso de las elecciones primarias propuesto por la Plataforma Unitaria para que se realicen durante el venidero 2023, y que, en principio, se llevarían a cabo algún día, en vista de que aún no se tiene ninguna fecha concreta para ser convertido en realidad, teóricamente, servirá de soporte para que, supuestamente, se elija a uno entre los múltiples participantes de la oposición. Pero, además, al electo se le convertirá en el representante exclusivo de la calificada «única»-y legítima- oposición.
Ante el eventual hecho, planteado en las condiciones descritas, desde luego, surge como motivo obligante la necesaria aclaratoria de lo que traduce el suceso de aclarar la razón de la legitimidad. Y tiene que ver con el hecho de que el régimen, estratégicamente, ha logrado fraccionar, o dividir, los partidos de la oposición. Pero, además, que lo ha alcanzado convirtiendo en conquista pragmática la vieja máxima de dudoso origen, y que se le atribuye al dictador y emperador romano Julio César, en cuanto a lo que significa «DIVIDE Y VENCERÁS».
Dividir, desintegrar unidades, en realidad, lo que traduce es inhabilitar candidatos y/o partidos políticos principales de la oposición, y después, ilegal o arbitrariamente, adjudicarlos a cualquier grupo o fracción de los mismos partidos que se manifiesten complacientes o tolerantes al régimen.Y que, según el sabio juicio de la sociedad, lo que traduce es que se trata de grupos y de personas a quienes el pueblo venezolano, sabiamente, ha bautizado con el apodo de «ALACRANES».
Esta propuesta de escogencia primaria de la oposición, como era de suponer que sucedería, ha recibido muchas críticas, tanto a favor como en contra. Y el punto de partida no ha sido otro que la inquietud de lo que tal hecho refleja, cuando el planteamiento de fondo no es otro que el que se refiere a: ¿quiénes y cómo se controlará ese proceso? ¿Será con o sin la intervención del Consejo Nacional Electoral, o lo harán apelando al uso de sus propios recursos?. Resulta pertinente recordar que, con tal fin, la denominada «Plataforma Unitaria Opositora» nombró una «Comisión Electoral Rectora» conformada por personas reconocidas, apreciadas e íntegras, para que, precisamente,actuaran como directrices del proceso. Y hay que reconocer que sucedió así, porque concluyeron logrando la captación de credibilidad, como de aceptación entre la ciudadanía ante los ciudadanos y que, como es sabido, son los que, en alto grado, favorecen un cambio y la salida del régimen.
Sin embargo, por sobre tales hechos, es indispensable, además de necesario y de una responsabilidad ciudadana, fortalecer la unidad y colaborar activamente en este proceso, para poder lograr el triunfo electoral y salir de la gran tragedia preedominante de la actualidad. Porque, definitivamente, hay que insistir en aprovechar todas las oportunidades de trinfo, y, mucho más, si obedecen a acciones constitucionales.
Recientemente, culminó el cuestionado encuentro de negociación y de acuerdos en París, entre la ¿Oposición? y el régimen. Como se sabe, ellos, los llamados opositores, acordaron ciertas concesiones en favor del régimen y sin recibir nada a cambio, salvo el hecho «glorioso» de mencionar un posible acuerdo de ir a unas elecciones Presidenciales, pero sin fijar fecha alguna que, por derecho constitucional y ciudadano, y, según los artículos 230 y 231 de la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela , se establece que, para el 10/1/2.025, tendría que juramentarse el nuevo Presidente(a) de la República. De igual manera, en el encuentro en París, el régimen logró la aprobación para el levantamiento de dos sanciones: A- Librarle al Régimen algunos fondos (aproximadamente $ 3 mil millones) retenidos en el exterior. B- Permitirle a la petrolera Chevron que inicie su producción de petróleo en Venezuela, para cobrarse su enorme acreencia en mora. Y todo sujeto a que el régimen cumpla con los acuerdos a negociar en México, además de la Liberación de Presos políticos, la fijación de fecha electoral, la rehabilitación de partidos políticos, la repatriación de exilados (diáspora), entre otros.
En su ya habitual comportamiento de quienes evidencian el propósito de capitalizar posiciones de control político, sorprendemente, y antes de iniciar la próxima ronda de México, el cuestionado Presidente y otros altos funcionarios del régimen, ya han declarado que sólo habrá un proceso de elecciones presidenciales, siempre y cuando sean levantadas todas las sanciones aprobadas durante los años anteriores, como las recompensas que se han establecido en la consecución de captura, además de la anulación de Juicios Internacionales, tanto personales como comerciales o financieras. Como se dice en lenguaje criollo: «EL RÉGIMEN LE DIO UNA PATADA A LA MESA DE CONVERSACIÓN Y DE NEGOCIACIÓN «, dejando una gran interrogante en el ambiente: ¿Habrá o no elecciones? ¿Podrán los injustamente presos civiles y militares abrazar a sus seres queridos y familiares en las próximas navidades? ¿Podrán regresar a casa los millones de venezolanos que están sufriendo en el exilio, y viviendo entre dolor, tristeza por su ausencia y separación de familias?
Los venezolanos no pueden seguir dependiendo de promesas, como tampoco de dudosos Mesías, ni de intervenciones falsamente salvadoras y construidas en el exterior. Al liderazgo nacional y a quienes apuestan con sus esfuerzos por la solución de los problemas que agobian a los ciudadanos no atados a la voluntad gubernamental, les corresponde asumir el deber y las obligaciones que corresponde, para recuperar la Patria. Y hacerlo unidos en una sola fuerza, monolíticamente, y como una sola voz, sin permitir ni propiciar divisiones. El aprovechamiento de las condiciones que están favoreciendo potenciales soluciones políticas en Venezuela, no pueden darse desestimando el cumplimiento ciudadano con la responsabilidad y la obligación de defender y recuperar al país, asimismo, al conjunto de las familias criollas, como la paz y la tranquilidad nacional, sin hacerle ningún juego de permisividad a quienes insisten en actuar, prevalidos del dominio de intereses mezquinos, mientras demuestran que poco importa liberar y liberarse de responsabilidades y compromisos de lo que significa concluir un nuevo año cargado para los venezolanos con un peso más de dolor, miseria, tragedias y desesperanza.
Hay que hacer todo lo posible para que, con la bendición de Dios, los venezolanos puedan lograr un Venturoso y Feliz Año 2023. Feliz Navidad, queridos y respetados lectores. Reciban todos un fuerte y sincero abrazo.