Educación

Administración de Maduro cada día limita más las opciones de estudios universitarios

Aun cuando en el Libro de Oportunidades de Estudios Universitarios se presenta al menos 632 carreras, la realidad es que las autoridades académicas en el país solo toman en cuenta unas 145. Del mismo modo el Ministerio de Educación Universitaria señala solo a 15 de ellas como prioritarias, limitando así en gran medida las opciones a escoger por los bachilleres.

Y es que de acuerdo a un informe presentado por el Laboratorio de Desarrollo Humano (Ladeshu), en el mismo se advierte que los aspirantes deben tomar en cuenta que para la administración de Nicolás Maduro existen carreras priorizadas, las cuales están relacionadas con su visión sobre lo que se define como: “economía productiva y las necesidades de la nación”.

El ente asegura que de las carreras catalogadas como prioritarias, ninguna de ellas está vinculada al área de humanidades.

Hacen énfasis en el caso de la Medicina, la cual es catalogada como una carrera priorizada pero en la definición de Medicina Integral Comunitaria, la cual es impartida en las universidades afines al chavismo. Pese a esto, las listas no incluyen pregrados de escuelas de ciencias de la salud de las universidades autónomas.

Además de las 15 carreras prioritarias del gobierno, se establecen otras 21 como derivadas y unas 109 como complementarias.

Ladeshu recordó que durante el gobierno del fallecido Hugo Chávez las Pruebas de Actitud Académica fueron consideradas como excluyentes, “y en la narrativa oficial se construyó una matriz de opinión según la cual las universidades autónomas y las experimentales no controladas por el oficialismo eran segregacionistas porque negaban la profesionalización a los estudiantes pobres o con insuficiencias en conocimientos básicos”.

Estipula que no se tomaron en cuenta a la mayoría de los bachilleres que ingresaron a esa casa de estudio, las cuales han sido señaladas como discriminatorias de estratos populares y que además hicieron profesionales apostando continuando los criterios de calidad académica que ellos y el país se merecían ,según descarta el informe.

De acuerdo a este concepto, la administración de Maduro decidió que la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) fuera la que asignara de forma directa hasta 30% de las plazas disponibles para el primer semestre o año.

En 2015 se indicó que para optar por un cupo universitario el índice académico debía tener peso de 50%, las condiciones socioeconómicas de los bachilleres  un 30% y el lugar de donde provengan 15%. El 5% restante corresponde a actividades de tipo sociocomunitarias que desarrolle el aspirante.

De esta manera, se premia en igual proporción a un estudiante que, aun con limitaciones económicas, tenga buen desempeño en sus notas pero que viva en una zona valorada como privilegiada por los técnicos de la OPSU, y a otro alumno que, sin el mismo rendimiento académico que el anterior, viva en áreas consideradas como no privilegiadas”, resaltó Ladeshu.

A la par de estos cuatro criterios, la OPSU ha procedido desde entonces a asignar la totalidad de los cupos disponibles en la educación superior, salvo las cuotas producto de acuerdos gremiales, aptitudes artísticas o deportivas de los bachilleres e hijos de diplomáticos extranjeros.

La organización señaló que en estas circunstancias “donde los que menos se benefician siguen siendo los más vulnerables, la severa crisis que ahoga al país se refleja en la baja matrícula estudiantil de las universidades autónomas y bolivarianas”.

Alertan que para los bachilleres optar por un cupo en la educación superior ya no es una prioridad, pues prefieren dedicarse a otros oficios con los que obtengan una mejor remuneración.

La prioridad de los bachilleres es ganarse la vida en diversos oficios, dada la imposibilidad para la mayoría de trabajar y estudiar como en años anteriores. Vistas en el tiempo, las políticas intervencionistas del gobierno en contra de las universidades que no controla están resultando en un debilitamiento de estas”, destaca el documento.

Ladeshu tomó como ejemplo el caso de la carrera de Medicina en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. En años anteriores era una de las que tenía mayor demanda, con una lista de entre 500 y 600 aspirantes que no fueron asignados por la OPSU y que querían ingresar a través de un censo interno. En lo que va de 2022, solo se han censado un poco más de 60 bachilleres.

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