Lo que le faltó decir a Gerver Torres
Dada mi enciclopédica ignorancia en materia económica procuro leer con atención lo que mis compatriotas economistas de renombre escriben sobre la disparatada conducción económica en Venezuela, que desde luego no se inició con Chávez, pero sin lugar a dudas creció exponencialmente con él porque no hay mejor abono para el disparate que alagar la sabiduría del ignorante, salvo la hipótesis que viene a ser la expresión de la misma idea recurriendo a otra imagen, esta vez no practicada por economistas sino por los publicistas, que produjeron aquel elogio al disparate que decía “así es que se gobierna”.
Dada la oferta del usurpador invitando a los “inversionistas criollos” a participar como accionistas en las empresas nacionalizadas por el “chavismo-madurismo”, que a pesar de las disputas entre ellos y los artículos tratando de “marcar distancia” por parte del chavismo ante el depreciado y despreciado “madurismo”, aunque sabemos que se trata de hormigas de la misma cueva, Gerver Torres dedica su artículo a describir cómo un proceso de “desnacionalización” debe cumplir con una serie de pasos previos, que no voy a describir en mi artículo resumiéndolos, porque seguramente lo haría mal, pero que permite a quien lo lea, como es el caso mío, percibir como esa invitación a los venezolanos a participar en las empresas nacionalizadas es un inmenso disparate en el cual no se respeta ni una sola de las reglas que se imponen en un proceso de desnacionalización.
Una conclusión que yo saqué del artículo, desde luego puede haber otras muchas, es que la apertura a los inversionistas privados no puede hacerse sin que esa apertura comporte que la empresa que recibirá esa inversión dejará de ser una empresa estatal para convertirse en una empresa privada. En otras palabras, que si el Estado mantiene el control de la empresa, las políticas estatales seguirán primando sobre las empresariales, no importa lo bienvenido que hayan sido los aportes, porque el objetivo de la empresa dejará de ser lo que sus estatutos disponen como su “objeto social”, que es como decir para lo que fue creada; porque ese objeto social seguirá dependiendo del fin perseguido no por el estado venezolano, sino por quienes manejen el gobierno.
De esta conclusión yo deduzco que lo dicho por Deng Xiaoping hace más de cuarenta años, “no importa que el gato sea blanco o negro, sino que cace ratones”, no lo han aprendido los chavistas, ni los maduristas; lo que me permite concluir que lo le faltó decir a Gerver Torres y que me perdone por poner como salido de su pluma lo que él no ha escrito, es que no se trata de ninguna invitación a los empresarios venezolanos a que inviertan, sino un llamado de atención a los empresarios nacidos del chavismo y el madurismo que dice así: “Te hemos enriquecido y como tenemos problemas con nuestras finanzas, te vamos a pedir que de esa plata que te hemos permitido ganar pongas una ¡pequeña porción! en unas empresas que lo necesitan.