Antonio Primitivo Cedeño: ¡el hombre nuevo ya nació!
La campaña electoral de las nuevas mega-elecciones (Gobernadores, Alcaldes, Concejales y Diputados) que se celebrará en Venezuela el próximo 21 de noviembre del 2021, ha mostrado la cara de nuevos actores políticos y de otros, no tan nuevos, pero cuyo mensaje no se conocía a la profundidad con que ahora se muestra.
En esas figuras nuevas, en el caso del estado Portuguesa, emerge de Antonio Primitivo Cedeño, político portugueseño que viene de haber transformado un municipio rural como Agua Blanca, en un emporio productivo y de desarrollo local, y el municipio Araure, en el cual, desde el 2017, no solamente se ocupó de los servicios públicos y de dar respuestas a las necesidades de los araureños, sino que dignificó el trabajo en la Alcaldía de sus funcionariados, les llenó de motivaciones, de posibilidades y de herramientas para crecer, fortalecer sus hogares y sobre todo poder tener una esperanza y un proyecto de vida a pesar de la crisis inducida por el Imperio de los Estados Unidos de Norteamérica y sus países vasallos.
Primitivo combinó los pocos recursos presupuestarios con un recurso humano talentoso y creativo; le dio a los impuestos municipales un sentido de pertenencia en el sector privado-industrial de Araure; cada cancelación de impuesto se constituyó no en un aporte al vacío, sino de un aporte a un proyecto de fortalecimiento de algún ala de servicios públicos que se estaba comportando bien pero que era necesario seguir fortaleciendo para no descuidar su impacto positivo en las comunidades. Hizo sentir a los comerciantes y empresarios, parte del Gobierno local y les dio tareas y atenciones, les enseñó que “amor con amor se paga”.
Para algunos estrasñochados que se hacen llamar de izquierda y “más chavistas que Chávez”, Primitivo no es el “…hombre del discurso revolucionario”, y tienen razón, porque Primitivo se ha mostrado como el hombre del hacer revolucionario, de la praxis revolucionaria, del buen vivir en Revolución. Los que le hemos visto sus mensajes públicos alcanzamos a entender de manera directa que es un hombre progresista, transformador, gerente, conciliador y sobre todo, “pueblo”, en él no hay una pequeña señal de egolatría, todo lo contrario, su discurso es cónsono con el lenguaje de las necesidades del colectivo y sus acciones son de un hombre que no cree en un Socialismo que cultive la pobreza y la marginalidad económica en un pueblo que se acostumbre a que le den todo; si no que él entiende el Socialismo como lo entendió el Comandante Supremo Hugo Chávez, como la profundización de la democracia y la activación del emprendimiento como cultura de vida para mejorar la calidad de vida de la gente sin depender de un Estado o Institución que le diga qué hacer y qué podrá comer o comprar; él cree en la libertad plena, en el respeto a la propiedad social e individual, y en la consolidación de un funcionariado que esté allí para servir y no para que le sirvan.
Primitivo pone en práctica la Gobernanza, y este concepto que ha ido introduciendo de manera sutil guarda el secreto de lo que él es como ser humano y lo que será como Gobernante a nivel de la Gobernación del estado Portuguesa. En los últimos años la atención se ha dirigido al examen sobre la manera específica en que los gobiernos establecen sus agendas, diseñan sus políticas, toman sus decisiones y evalúan sus impactos, es decir, hacia temas de gobernanza entendida, como la acción y el efecto de gobernar y gobernarse; algunos confunden la gobernanza con gobernabilidad, no es la misma cosa ni se come de la misma manera; la gobernabilidad, por su parte, indaga acerca de cómo se gobierna, prestando atención a la estabilidad política y en los problemas que no se derivan sino de aspectos deficitarios o debilidades de las instituciones de la democracia, aparte de los consabidos resabios autoritarios que atentan contra el fortalecimiento de una cultura cívica o la debilidad de las bases económicas y sociales de la democracia que impiden la plena vigencia de derechos ciudadanos. Y la gobernanza incluye, aparte de indagar cómo se gobierna y se alcanza la estabilidad política, las interacciones y acuerdos entre gobernantes y gobernados, para generar oportunidades y solucionar los problemas de los ciudadanos, y para construir las instituciones y normas necesarias para generar esos cambios.
La gobernanza para Primitivo Cedeño implica que las personas puedan participar en las decisiones que les aseguran una vida digna, eso es poder popular en acción, en práctica pura; eso lo haría posible Primitivo atendiendo a los ciudadanos que necesitan que exista libertad de expresión y asociación, respeto y fortalecimiento de los derechos humanos, estando informados sobre lo que se decide y hace. Primitivo se retrata como un gobernante que tiene la capacidad para cumplir sus funciones, y sensibilidad para tomar en cuenta las aspiraciones y necesidades de los ciudadanos: ¿Acaso esto no es la Revolución que nos legó Chávez y está cumpliendo Nicolás Maduro?
Mucha letra se ha venido escribiendo atacando la figura de la Revolución Bolivariana en los tiempos de Maduro, desde el 2013 en adelante; se acusa a Maduro de haber enterrado los valores de la Revolución Bolivariana y de mancillar el legado de Chávez. Son opiniones, se respetan, pero no están en lo cierto; Nicolas Maduro ha demostrado una capacidad excepcional en desdoblarse y volverse armar. Cuando se ha visto en la necesidad de decidir, decide; cuando se ha visto en la necesidad de recular, recula, no ha tenido temor en el qué dirán. Se le tilda de tener un discurso simple, básico, sin proyecciones profundas que lo muestren como estadista, pero es que el pueblo antes de un estadista necesita un líder, un hombre nuevo, como lo llamó en la década del 60 del siglo XX, el Guerrillero Ernesto “Ché” Guevara.
La Revolución Cubana, a través de la voz del “Ché”, presentó ese hombre nuevo como el producto de la transformación de las estructuras sociales, de las instituciones, con una profunda y radical transformación de su conciencia, costumbres, valores y hábitos, de sus relaciones sociales; es un completo revolucionario que debe trabajar todas las horas de su vida, debe sentir la revolución por la cual esas horas de trabajo no serán ningún sacrificio, ya que está implementando todo su tiempo en una lucha por el bienestar social; si esta actividad es lo que verdaderamente complace al individuo, entonces, inmediatamente deja de tener el calificativo de sacrificio; es un hombre que cultiva la familia, y desarrolla en dos planos su convivencia ciudadana: desde la masa (pueblo), proyectando valores de unidad, soberanía y patriotismo; y segundo, ese hombre nuevo se organiza en la sociedad conformando equipos de trabajo que tengan como fundamental valor la consolidación de la conciencia social como motor que impulse la movilización y a su vez genere una conciencia Revolucionaria combativa, donde cada persona consolide su lugar para transformar de manera radical y absoluta la sociedad, exigiéndose ese nuevo hombre una profunda variación de sus estructuras mentales planteando la masificación de una educación directa y multimodal, que ofrezca una explicación verdadera y convincente, debido a que no se vale de estrategias para lograr llegar a la conciencia de las personas, sino convertir en hábito el servir al pueblo y erradicar el servilismo y el abuso de poder.
De ese nuevo hombre que está configurado Nicolas Maduro, es la estirpe de un Rafael Calles y de un Primitivo Cedeño, por eso el discurso de Primitivo no cae en un vacío, llena plenamente el interés de la masa y responde, de manera directa, las necesidades de afecto y materiales que están siempre latentes en las comunidades.
Estuve en un Acto de Juramentación de los Comandos de Campaña Aristóbulo Izturíz, de la fórmula de Primitivo Cedeño, él llegaría a las once (11) de la mañana, pero quienes estamos en el mundo de la política moderna, sabemos que debíamos estar horas antes; llegué y me senté en la segunda fila del evento. Se fue llenando el espacio lentamente y antes de llegar la figura del candidato noté dos cosas: una, las sillas dispuestas en el Presídium eran pocas (cero protagonismos para grupos de poder); y otra, que había mucha gente y casi todos con carpetas, con necesidades inmensas. Escuchaba de diferentes voces, muy humildes decir: “! ojalá nos escuche el Papa!” …Llegó Primitivo y lo primero que hizo fue sembrarse frente a la masa allí presente, mirando sector por sector, pancarta por pancarta, mirada con mirada; saludando a los que reconocía y dándole a bienvenida a las nuevas caras. El discurso directo, tocando los problemas más sensibles de la localidad y del estado, y luego, como un artista consagrado del canto, se bajó de la tarima y se acercó a ese pueblo humilde. Recibió cartas, crucifijos, obsequios simbólicos, sin mayor valor que el que el pueblo les da a sus talismanes personales.
Prometió lo posible y resaltó que lo imposible lo lograría de la mano del pueblo; abrigó por unos cuarenta minutos la esperanza y sueños de un pueblo que necesitaba una reingeniería del liderazgo político. Hizo posible que entendiéramos los presentes que él era de esa estirpe de hombres nuevos que vienen hacer Revolución y a cambiar los malos hábitos del asistencialismo por hábitos de trabajo, emprendimiento y consolidación del poder popular para intervenir en las decisiones públicas que competen a todos y de las cuales solamente el pueblo puede ayudar a su gobernante a acertar.
La figura de candidato, o aspirante, de Primitivo Cedeño a la Gobernación del estado Portuguesa, no solamente es del hombre nuevo en tiempos de Revolución, es la de un funcionario público que entiende que se manda con el pueblo y en favor del pueblo, para dar a ese pueblo la mayor suma de felicidad posible. Si alguien estaba en el estado Portuguesa indeciso aún, no busque más, ya el nuevo hombre nació, está en la Revolución y como en Proverbios y cantares de Miguel de Unamuno, en el canto XXIX, está claro de que el “camino se hace al andar”: “Caminante, son tus huellas/ el camino y nada más;/ Caminante, no hay camino, /se hace camino al andar./ Al andar se hace el camino, /y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca/ se ha de volver a pisar./ Caminante no hay camino/ sino estelas en la mar.”